España y la apertura de la cuestión marroquí (1897-1904)

  1. Pastor Garrigues, Francisco Manuel
Dirigida por:
  1. Víctor Morales Lezcano Director/a
  2. Teresa Carnero Arbat Director/a

Universidad de defensa: Universitat de València

Fecha de defensa: 15 de noviembre de 2007

Tribunal:
  1. Juan Bautista Vilar Ramírez Presidente/a
  2. Albert Girona Albuixech Secretario/a
  3. Antonio Niño Rodríguez Vocal
  4. Rosario de la Torre del Río Vocal
  5. Fernando García Sanz Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 126608 DIALNET lock_openTDX editor

Resumen

El estudio realiza una panorámica de cómo se fue perfilando la política española en relación al Sultanato de Marruecos durante el último cuarto del siglo XIX para luego analizar los cambios acaecidos en dicho Imperio a medida que el país experimentaba la presión creciente de las potencias colonialistas. La diplomacia española, tras el fin del conflicto de Melilla intenta ajustar sus actuaciones en Marruecos a las de los gobiernos británico y francés. Los desplantes del Reino Unido y la agresiva actitud gala frustrarán esa iniciativa. A partir de 1897, los gobiernos restauracionistas ven su política en el Norte de África alterada de forma vívidamente dramática, en una secuela de trágicos acontecimientos que terminarán con el desastre del 98. La desorientación es la característica más relevante en la actuación española en la cuestión marroquí, al encresparse la relación francobritánica, y viene a coincidir con la ruptura de los lazos que habían unido a España con la Triple Alianza y con el aislamiento internacional, en vísperas del enfrentamiento militar con los Estados Unidos. El régimen de la Restauración se ha de enfrentar a una trama de problemas y a un auténtico nudo de contradicciones en su política marroquista: la necesidad de conservar Cuba impulsa a un acercamiento a Francia, mientras que la presión imperialista gala en el Tuat y en el Rif fuerza al gabinete Sagasta a intentar una concertación con el Reino Unido. Y esto ocurre en un contexto en el que Marruecos se va a convertir en un nudo de tensiones entre las potencias, derivado tanto de la situación estratégica del Sultanato como de, primero, la disputa franco-británica por intentar situar al Imperio jerifiano en la órbita de sus intereses, y luego de la creciente rivalidad comercial entre Francia y Alemania en el noroeste de África. Además la derrota en la guerra hispano-norteamericana deja al descubierto la falta de preparación militar española para defender el pequeño y disperso Imperio colonial que le restaba; en consecuencia, sufrirá los embates del gobierno marroquí que desea liquidar la presencia hispana en los enclaves que ocupa en el septentrión del Sultanato. Esta dinámica conduce al bloqueo de Alhucemas y Vélez de la Gomera por parte de las fuerzas imperiales del Sultán Abd al- Aziz. La invasión militar del sureste del Imperio jerifiano por el Ejército francés concentra la atención del gobierno marroquí y contribuye a hacer disminuir la presión sobre las posesiones hispanas. A partir de 1899, el gabinete conservador de Silvela emprenderá una ofensiva diplomática tendente a aprovechar la debilidad del Sultanato para arrancar la concesión de los vastos territorios de Tarfaya y la Sakia al- Hamra. Su intención es crear un hinterland defensivo del archipiélago canario en la costa atlántica marroquí. En un claro bandazo táctico, a los pocos meses de haber expresado sus deseos de que España ingresase en la Dúplice franco-rusa, Silvela busca el abierto apoyo del Foreign Office para edificar este imperio colonial sahariano. El fracaso de esta iniciativa conducirá al gabinete liberal de Sagasta durante el bienio 1901-1902 a emprender un proceso negociador hispano-francés en el que en secreto se discute el reparto de Marruecos. Frustrado temporalmente, a partir de 1903 los gabinetes conservadores de Silvela, Villaverde y A. Maura inician, con el nuevo marco de fondo en el que Londres y París han resuelto sus litigios coloniales decimonónicos, un proceso de acercamiento de manera simultánea a las órbitas de estos dos países, de donde España se beneficiará finalmente de una plaza en el reparto de Marruecos. __________________________________________________________________________________________________