Tratamiento de la hipertensión intraósea de la rótula mediante perforaciones. Método experimental en ovejas.

  1. Almeida Herrero, Fernando
Dirigida por:
  1. Francisco Gomar Sancho Director/a

Universidad de defensa: Universitat de València

Fecha de defensa: 29 de septiembre de 2006

Tribunal:
  1. Fernando López Prats Presidente/a
  2. J. Gascó Gómez Secretario/a
  3. Nicolas J. Miguel Cerda Vocal
  4. Francisco Javier Vaquero Martin Vocal
  5. Fernando Marco Martínez Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

RESUMEN El dolor femoropatelar es un reto importante tanto desde el punto de vista diagnóstico como terapéutico que aparece en pacientes jóvenes e incluso a edades avanzadas. El aumento de presión intraósea a nivel rotuliano, relacionado con un aumento en el drenaje venoso, se ha postulado como una causa de dolor anterior en la rodilla. Así, se han descrito numerosas técnicas descompresivas con resultados clínicos diversos y en la búsqueda de técnicas menos agresivas, las perforaciones óseas pueden suponer una alternativa. Se emplearon 12 ovejas hembras adultas de la raza merina con un peso medio de 60 kilogramos y una edad media de 4 años divididas en dos grupos. El grupo A se diseñó para demostrar que la descompresión rotuliana produce una disminución de la presión intraósea. Para ello se realizó un traumatismo controlado en ambas rótulas y posterior descompresión en la rótula izquierda siendo la rótula derecha el grupo control. El grupo B se diseñó para observar el efecto de la técnica de descompresión ósea por sí misma, en ausencia de hiperpresión mediante un traumatismo previo, realizándose la descompresión en la rótula izquierda siendo la derecha el grupo control. En ambos grupos se realizaron mediciones de presión al inicio del estudio, a las 6 semanas previa y tras realización de la descompresión y a los 4 meses realizándose el estudio histológico en ambas rótulas. Respecto a las cifras de presión intraósea, se obtuvieron en ambos grupos cifras de presión basal similares, sin diferencias significativas entre las rótulas de cada caso (23+13; 22+13 y 27+12; 31+12). Tras la realización de un traumatismo controlado (grupo A) se observó un aumento significativo respecto a las cifras basales, sin diferencias significativas entre ambas rótulas (63+12; 61+12), mientras que en el grupo B hubo un aumento aunque significativamente de menor cuantía que en el grupo A, justificado por la propia agresión que supone la realización de la medición de presión per se (40+14; 47+8). Tras la descompresión ósea mediante perforaciones y de forma inmediata no se observaron diferencias significativas respecto a las cifras previas, observando incluso en el grupo B un incremento discreto en la rótula sometida a la descompresión respecto a la rótula control, justificado por la propia agresión de la técnica de perforación (61+10; 61+12 y 48+12; 47+8). A las 10 semanas de la descompresión, no se observó diferencias significativas tanto entre las cifras de presión en las rótulas caso, pre y postdescompresión, así como entre las rótulas de un mismo espécimen (56+14; 55+18 y 42+8; 46+11). Desde el punto de vista histológico, se describió la presencia de signos evidentes de lesión en el cartílago articular en el grupo sometido a traumatismo controlado. Se observó la presencia de una multiplicación de la línea de marea o <tidemark>, proliferación vascular, degeneración de la matriz extracelular, disminución número de condrocitos, éstasis intravascular, agregaciones estructurales de eritrocitos, trombosis de fibrina y evaginaciones de tejido conectivo desestructurado. Así, comparativamente con el grupo control, no se observaron diferencias significativas tras la realización de las perforaciones óseas en los hallazgos histológicos, por lo que dichas perforaciones no suponen una mejoría desde el punto de vista anatomopatológico. En el grupo diseñado para la valoración del efecto de las perforaciones óseas por sí mismas en ausencia de traumatismo controlado, se observó una menor incidencia de hallazgos histológicos sugestivos de cambios degenerativos, apareciendo en la mitad de los casos, una multiplicación de la línea de marea, siendo menos frecuente la presencia de alteraciones a nivel vascular y signos de desestructuración y muerte celular. __________________________________________________________________________________________________