Los recursos materiales y las técnicas pictóricas en los murales de las tierras bajas mayas

Laburpena

La pintura mural fue una de las artes más antigua y representativa de la civilización maya, y sin duda alguna una de las manifestaciones que logró transmitir a través de sus contenidos muchos de aspectos políticos, sociales y culturales que la caracterizaron y la distinguieron entre el resto de las culturas que florecieron y se desarrollaron en América durante los tiempos prehispánicos. Desde que se descubrieron los primeros murales mayas a finales del siglo XIX fueron sus imágenes y sus escenas lo que principalmente atrajo el interés de los investigadores, quedando las cuestiones relacionadas con los materiales y las técnicas de las que dependió su realización relegadas a un segundo plano al que apenas se prestó atención hasta la década de los noventa del siglo XX. Es precisamente en este último aspecto en el que se ha centrado la presente investigación, cuyo objetivo principal ha sido identificar que sustancias minerales, vegetales y animales fueron utilizadas por el pintor que trabajó en las ciudades mayas de la Península de Yucatán (México) y del Departamento de Petén (Guatemala), y el modo en el que éstas fueron aplicadas, lo que supuso profundizar en el terreno de las técnicas pictóricas. Para ello fue necesario combinar diversos métodos de investigación, siendo de gran importancia los que se relacionaron con el análisis químico de estas obras de arte y con el estudio de las crónicas que fueron redactadas en América durante la época de la colonia. El resultado de este proceso, y la combinación de los datos que ofreció con otros que pudimos obtener a partir de múltiples y variadas lecturas, no sólo ha permitido caracterizar la paleta cromática y las técnicas pictóricas que se emplearon en estas obras de las tierras bajas mayas, sino que además ha servido para aproximarnos a la figura del pintor que trabajó en una de las civilizaciones más destacadas de la América precolombina.