Wittgenstein y el escepticismo. El escepticismo en el tractatus

  1. Ferrando Bagán, Balbina
Dirigida por:
  1. Maria Victoria Alvarado Fernández Director/a
  2. Plinio Junqueira Smith Codirector/a

Universidad de defensa: Universitat de València

Fecha de defensa: 19 de septiembre de 2019

Tribunal:
  1. Vicente Sanfélix Presidente/a
  2. Nicolás Sánchez Durá Secretario/a
  3. Marcelo Silva de Carvalho Vocal
  4. Guadalupe Reinoso Vocal
  5. Plinio Junqueira Smith Vocal
  6. Angeles Jiménez Perona Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 614813 DIALNET

Resumen

El presente trabajo expone los rasgos escépticos que encontramos en la filosofía del primer Wittgenstein. La constatación de dichos rasgos no implica, en cualquier caso, que esta no posea también filiaciones con otras posiciones filosóficas (de hecho, creemos que obviamente las tiene). El Tractatus Logico-Philosophicus es una obra muy compleja y difícilmente puede adscribirse a una única corriente de pensamiento. Como muestra, a lo largo de este escrito se han tratado sus conexiones con pensadores tan diversos como Kant, Weininger, Hertz, Russell o Mauthner. No defendemos, por tanto, que nos hallemos ante un tratado puramente escéptico. El discurso en torno al escepticismo de la filosofía wittgensteiniana suele centrarse en su periodo de madurez. Como veíamos, en este trabajo reivindicamos los rasgos escépticos de su primera filosofía. Para ello, comenzamos por un primer capítulo en el que perfilamos las diferentes lecturas generales que se han llevado a cabo sobre ella y los (pocos) artículos que se han ocupado de sus rasgos escépticos. Sirve, pues, como un mapa sobre el que situar nuestra lectura y muestra también cuán poco se ha meditado sobre el asunto que nos ocupa. En el segundo capítulo reflexionamos en torno a la propia noción de escepticismo tal y como aparece en el Tractatus, centrándonos en la única vez que lo nombra, el epígrafe 6.51. Proponemos interpretarla de un modo positivo, esto es, sin dar por sentado que Wittgenstein la rechaza y que, por tanto, su filosofía tendría un fuerte carácter antiescéptico. Concluimos, tras esto, que de la afirmación tractariana que tilda el escepticismo de absurdo (TLP, 6.51) no se sigue que el Tractatus no pueda poseer rasgos escépticos. En el tercer capítulo comenzamos ya a exponer los rasgos escépticos de la filosofía del Tractatus, en este caso en lo relativo al ámbito de la ciencia. El capítulo está dividido en dos secciones. En la primera reflexionamos acerca del estatuto epistémico de la ciencia. Defendemos que en el Tractatus se sostiene la existencia de dos tipos de leyes científicas, cuyos paradigmas son: la ley de inducción y la de causalidad. Los principios que se corresponden a la ley de inducción no son absolutamente verdaderos, solo podemos saber su verdad a posteriori, lo que se traduce en una posición escéptica respecto del principio de inducción. Los del segundo tipo son absolutamente verdaderos y, por tanto, vacuos, lo que significa que no dicen nada acerca del mundo. Estos serían los rasgos escépticos del estatuto epistémico de la ciencia en el Tractatus. Este tercer capítulo posee una segunda sección en la que tratamos acerca del valor cultural de la ciencia en el Tractatus, estableciendo para ello las relaciones entre esta obra y el pensamiento de Weininger. Desarrollamos cómo, para ambos pensadores, la ciencia posee limitaciones explicativas respecto a ciertas dimensiones del sujeto. Su afán de universalidad es, pues, infundado. El Tractatus mostraría, así, las limitaciones esenciales de todo conocimiento verdadero que, desde la modernidad, se ha constituido en ciencia. En el cuarto capítulo tratamos acerca del ámbito del valor en el Tractatus, que engloba a la ética, la estética y la religión. Tras la explicación detallada de este concluimos que posee marcados rasgos escépticos, fundamentalmente en relación a la ética, a saber, esta es: subjetiva, no cognitiva, antirealista y antinaturalista. El quinto capítulo trata de la distinción, fundamental en el Tractatus, entre decir y mostrar. Es mediante ésta que se llega a la afirmación de que la filosofía se compone de proposiciones que no dicen pero sí muestran. El estatuto de estas proposiciones nos lleva a una conclusión escéptica: no existe un criterio racional para escoger entre distintas filosofías. Aparece, pues, una consecuencia similar a la que se daba en el ámbito ético. Al sexto capítulo le corresponde el tratamiento del solipsismo. Tras una descripción de este, exponemos la diferencia entre el sujeto psicológico (comprendido al modo humeano) y el sujeto trascendental en el Tractatus. El sujeto del solipsismo es trascendental, y es un sujeto que, a la postre, carece de toda entidad, lo que condena al sinsentido a todas las afirmaciones esencializantes que se intenten decir sobre él. Así, el sujeto racional moderno no ocupará un lugar destacado en el Tractatus. En su lugar encontramos: un sujeto psicológico que no es más que un haz de percepciones y un vacío sujeto trascendental. Observamos, pues, rasgos marcadamente escépticos en la noción tractariana de sujeto. Por último, en el capítulo séptimo tratamos la cuestión de la metafilosofía en el Tractatus y sus conexiones con el pirronismo. Así pues, a lo largo de nuestro trabajo reflexionamos en torno al estatuto de la cuestión del escepticismo en el Tractatus e indicamos los rasgos escépticos que encontramos en esta obra. Estos rasgos se dan con respecto a: el ámbito científico, el ámbito místico, la distinción entre decir y mostrar, el solipsismo y la metafilosofía. Mostramos así cómo se puede afirmar que el Tractatus posee posicionamientos de cariz escéptico respecto de todas estas cuestiones. Esto ayuda a una mejor comprensión de ciertos aspectos de la filosofía del primer Wittgenstein y permite corregir algunas interpretaciones que vieron en el Tractatus, quizás debido a su estilo aforístico, un libro con implicaciones pura y profundamente dogmáticas (esto es, asentando un sistema de verdades sustanciales y absolutas acerca del lenguaje, del mundo y del sujeto).