El centro de orientación de universidades laborales de Cheste (1969-1978). Un proyecto innovador para una sociedad en cambio
- Chust Torrent, Javier Ignacio
- Joan María Senent Director/a
Universidad de defensa: Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir
Fecha de defensa: 04 de noviembre de 2015
- Ramón López Martín Presidente/a
- Juan Gomis Coloma Secretario/a
- Inmaculada Egido Gálvez Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
Las Universidades Laborales fueron creadas a mediados de la década de los 50 del siglo XX. Eran unas instituciones educativas integrales, dotadas de unos recursos e instalaciones abundantes y con unas excelentes dotaciones, con capacidad para acoger a miles de alumnos, en un régimen de internado en su gran mayoría, y procedentes de las clases obreras más desfavorecidas socialmente del estado español. Con su referente más próximo en la Universidad del Trabajo ¿Paul Pastur¿ de Charleroi (Bélgica), se crearon en España 21 Universidades Laborales (Gijón, Sevilla, Tarragona, Córdoba, Zamora, La Coruña, Alcalá de Henares, Zaragoza, Cáceres, Éibar, Huesca, Cheste, Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas, Almería, Toledo, Málaga, Almería, Orense y Vigo), que durante 23 años (1955-1978) acogieron a unos 100.000 alumnos, con el objetivo fundamental de cualificar técnicamente a los hijos de los obreros, y formarles de una manera integral. Las Universidades Laborales españolas surgieron fundamentalmente por un doble motivo: Por la necesidad de crear en el sistema productivo español, una mano de obra más cualificada, más formada técnicamente, en unos momentos (década de los 50) en que la autarquía nos había dejado lejos de los países europeos y con un sistema económico y social anclado en el pasado. Y en segundo lugar, para dotar a la clase obrera, y fundamentalmente a sus hijos, de una formación, no sólo técnica, sino también humana y cultural, para poder desarrollarse y lograr una mejor promoción social. Los citados Centros fundamentaron su construcción, organización y desarrollo en base a la financiación de las Mutualidades Laborales, entidades organizadas por sectores laborales (metal, siderúrgico, construcción, etc.) que agrupaban a las empresas de cada sector productivo y que tenían como misión fundamental el complementar las prestaciones que recibían los trabajadores cuando el seguro de enfermedad no era capaz de cubrirlas. La entrada en estos centros se hacía en régimen becario. Becas que concedía cada una de las Mutualidades Laborales para sufragar todos los gastos completos de la estancia, manutención y enseñanza de los alumnos, y que, incluso en los primeros años (hasta principios de la década de los 70) se les complementaba con determinado vestuario. En el fondo de la realidad de estos Centros subyacía la idea de la promoción social de los hijos de los trabajadores, elevando sus niveles culturales, humanos y técnicos, y así poder proporcionarles su participación en el devenir económico y social del país. La creación del centro de Orientación de Universidades Laborales de Cheste no se entendería sin entender la historia de las Universidades Laborales. Sobre todo porque el devenir de estos centros planteaba también determinados problemas que era necesario solucionarlos: Y hablamos fundamentalmente de tres realidades: o La necesidad de reducir las pérdidas de becas que se producían en los centros existentes, bien sea por no aprobar los estudios o por una difícil adaptación, tanto a los métodos pedagógicos empleados como a la realidad del Internado. Con la consiguiente sangría económica. o La necesidad de una formación cada vez mayor del profesorado. o La necesidad de que los alumnos estén bien orientados para saber cuáles son los estudios más adaptados a su realidad personal y sus capacidades técnicas e intelectuales. Para subsanar estas deficiencias es por lo que se creó la Universidad Laboral de Cheste, que en base a estos criterios y necesidades expuestos, se denominó Centro de Orientación de Universidades Laborales, pues su misión fundamental debía ser la de unificar el nivel técnico e intelectual de los alumnos que iban a ingresar en los distintos centro del Sistema de Universidades Laborales de España, garantizando en la medida de lo posible su adaptación académica y convivencia, mediante una adecuada orientación de su elección para sus futuros estudios en base a un análisis profundo de sus capacidades, actitudes y aptitudes. Con una arquitectura plenamente moderna, austera y funcional, el arquitecto del Centro, Fernando Moreno Barberá, consiguió aunar dos aspectos que hasta entonces no se le daban mucha importancia: Arquitectura y Aprendizaje. La arquitectura al servicio del aprendizaje y de la convivencia de los alumnos. Fue fundamental para su desarrollo y el éxito que cosechó, el Equipo Directivo que, ya desde antes de su puesta en funcionamiento, creyó en un proyecto totalmente innovador en aquellos momentos, y que se basaba en la Educación Personalizada. La Educación Personalizada, que hunde sus raíces en el pedagogo jesuita francés Pierre Faure, y cuyo aterrizaje en España vino de la mano de Víctor García Hoz y el Movimiento de Renovación Pedagógica ¿Proyecto Somosaguas¿ de la Institución Teresiana, fue la gran apuesta del Centro de Orientación de Universidades Laborales de Cheste. Apuesta del Equipo Directivo en un principio y que fue compartida en su totalidad por el profesorado y equipos educadores del Centro. Para ello fue fundamental la selección y formación del personal que iba a prestar sus servicios (docentes, educadores y orientadores). La Educación Personalizada se fundamenta en considerar que el centro de la educación es la persona, el alumno, y hay que adecuar toda actividad educadora a la singularidad del alumno y a su realidad expresiva con los demás Esta Educación Personalizada se traducía en la siguiente forma de actuar a nivel docente: o Existencia de Departamentos Docentes (En un tiempo en el que no se planteaba su necesidad) en una doble dimensión: Vertical (la misma asignatura en diversos cursos) y horizontal (las asignaturas de un mismo curso, es decir, el ¿equipo docente¿). o Organización del trabajo de los alumnos planificada y programada con antelación por parte del profesorado, con un Gabinete de Programación y Planificación que velaba por su coordinación. o Desarrollo de las Unidades de Contenido a través de fichas de trabajo, las cuales las tenían que ir completando los alumnos en base a materiales preparados por el profesor (fichas de consulta y clases magistrales) y otros recursos (murales, libros de consulta, material audiovisual, etc.). o No existencia de libros de texto, para desarrollar en el alumno la investigación y potenciar el desarrollo de la búsqueda de información y de fuentes documentales para la resolución de los problemas planteados. o Distribución de espacios y tiempos en función del alumno y de la mejor y máxima utilización del tiempo. Por ello las clases eran ¿aulas materia¿ o ¿aulas ambiente¿, de manera que los alumnos eran los que cambiaban de clase y se encontraban en cada aula todo el material necesario para el desarrollo de la asignatura correspondiente. Del mismo modo, utilización de sillas y mesas en clase en función de la actividad trabajada. o Existencia de un ¿Contrato de Trabajo¿ por el que el alumno se comprometía a trabajar los temas de cada asignatura. o Posibilidad de que el alumno desarrollara su trabajo en cada asignatura a su ritmo, organizándose su tiempo y el orden de los trabajos que tenía que realizar para cada Unidad de Contenido quincenal. o Puestas en común y debates al finalizar cada unidad de contenido. Del mismo modo, la realidad de la Educación Personalizada en el Centro conllevaba a nivel convivencial unas formas propias de trabajar: o La concepción, por parte de todos los estamentos del Centro (Equipo directivo, Educadores y Profesorado) del Internado como una parte de la Comunidad Educativa que propugnaba la formación integral del alumno. Es decir, el internado como una posibilidad educativa y formativa para el alumno. o Organización y agrupamiento de los alumnos en unidades convivenciales (Colegios) de 208 alumnos, que ayudaba a ¿desmasificar¿ el Centro. A su vez, los Colegios se organizaban en habitaciones (¿camarillas¿) de ocho alumnos. Cinco camarillas formaban una clase de 40. Y los mismos alumnos de la camarilla tenían su mesa en el comedor. o Agrupamiento de las aulas y talleres de manera que una misma planta de un edificio de aulas perteneciera a un Colegio. Evitándose así la dispersión y consiguiendo más fácilmente la percepción de unidad convivencial, el Colegio. o Desarrollo de la participación del alumno en las tareas y actividades convivenciales colegiales que fomentaba el desarrollo de las relaciones interpersonales, la participación democrática y la responsabilidad. o Fomento de las relaciones del Internado con la comunidad y el entorno local, provincial y nacional. o Formación del ocio y del tiempo libre como un elemento educativo más, inherente a la formación integral del alumno, basado en el principio de actividad del alumno y en la importancia del autodescubrimiento de sus capacidades y talentos. De ahí el planteamiento de numerosas actividades para que el alumno pudiera poder elegir y desarrollarse en las que considerara más propias para él: o Una incesante actividad tutorial, fundamentalmente dirigida a los alumnos, pero también a sus familias, desarrollando en este aspecto una sensibilidad especial para la relación con las familias de los alumnos, intentando minimizar uno de los, a mi entender, obstáculos y dificultades más importantes que tenía este centro: La separación del alumno de su núcleo de referencia, el familiar, en unas edades de crecimiento madurativo de la persona más importantes, la preadolescencia. El Centro de Cheste, se tornó en un Centro en el que todas las ideas previas a la Ley General de Educación de 1970, planteadas en el Libro Blanco, se fueron experimentando desde el primer día de su funcionamiento., De manera que se convirtió en un auténtico ¿banco de pruebas¿ para poder poner en práctica la citada Ley. El Centro de Orientación de Universidades Laborales de Cheste fue completamente innovador para su época, con respecto el resto de centros educativos porque: o Desarrolló en gran manera la libertad y la responsabilidad de los alumnos, mediante el ejercicio de su autonomía. Ya hemos comentado el planteamiento de las unidades de contenido quincenales, desarrolladas mediante fichas, mediante las cuales al alumno se organizaba su tiempo para confeccionarlas. o Dio preponderancia al aprendizaje por descubrimiento, el cual conllevaba que el alumno era protagonista de su aprendizaje. Lo fundamental no es solo lo que el profesor enseña, sino lo que al alumno aprende. Y el alumno aprende (parece que ya hoy está más que demostrado gracias a Howard Gardner y su ¿Teoría de la Mente¿) cuando es él el que elabora, expresa, explica, investiga, busca fuentes de información y comprende. o Descubrió la importancia de la formación estética y artística, desarrollando la educación musical, expresiva, interpretativa y dinámica. Esta formación despertaba el gusto por lo bello y ayudaba a desarrollar la capacidad de concentración, de atención y de disciplina personal. o Con la formación tecnológica descubría, como hemos dicho, capacidades, talentos y habilidades, las cuales bien orientadas podían despertar una vocación seria. o Mediante los debates, las puestas en común y los trabajos en equipo se potenciaba la interrelación, la comunicación y la resolución de conflictos, además de abrir las mentes a las diferencias. o Potenció algo que prácticamente no existía entonces, que era la orientación de los alumnos, escolar, humana y profesional. Como conclusión, su éxito fue por varias causas: o La creación de un equipo Directivo con un Proyecto Educativo en el que creían y les ilusionaba, desarrollando fuertemente el aspecto de la colegialidad y de la responsabilidad compartida. o La creencia en la Educación Personalizada como fuente y método para todas las actividades del Centro: Lectivas, académicas, convivenciales, de ocio y tiempo libre y orientadoras. o Una adecuada selección de personal, no en base a ninguna oposición (estamos hablando de un centro que dependía del Ministerio de Trabajo), sino a otros aspectos como la aceptación de una forma determinada de trabajar y de educar en base a la citada educación personalizada. o Una continua formación y reciclaje del profesorado y del personal educador de las Residencias y Colegios. o Una adecuada departamentalización, con horario diario de reuniones de profesores, que condujo a una vinculación muy fuerte entre los profesores, no sólo a nivel profesional, sino también a nivel personal. o Una apuesta por la innovación educativa a todos los niveles y por las actividades complementarias (pretecnológicas, deportivas y artísticas) como fuente de educación, formación y crecimiento madurativo del alumno. o La existencia de un Gabinete de Psicopedagogía y Orientación, como un elemento más que complementaba la realidad docente y la convivencial. o Una adecuada, aunque no fácil, coordinación entre educadores y profesores para evaluar de manera global e integral el aprendizaje y desarrollo madurativo de los alumnos.