Nutrición artificial en las unidades de cuidados intensivos pediátricos

  1. Juan Luis Pérez Navero
  2. Paloma Dorao Martínez-Romillo
  3. Jesús López Herce Cid
  4. Ignacio Ibarra de la Rosa
  5. Montserrat Pujol Jover
  6. María Teresa Hermana Tezanos
Revista:
Anales de Pediatría: Publicación Oficial de la Asociación Española de Pediatría ( AEP )

ISSN: 1695-4033 1696-4608

Año de publicación: 2005

Volumen: 62

Número: 2

Páginas: 105-112

Tipo: Artículo

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Resumen

Objetivo Estudio epidemiológico de nutrición artificial (NA) en niños críticamente enfermos. Pacientes y métodos Durante el período de un mes se ha realizado un estudio multicéntrico, prospectivo y descriptivo de nutrición enteral (NE) y parenteral (NP) en 23 unidades españolas de cuidados intensivos, 18 pediátricas y cinco, pediátricas/neonatales. Precisaron NA 165 pacientes (21,4 %). Se analizaron los datos referentes al diagnóstico, gravedad, tratamiento, tipo de nutrición administrada y complicaciones. Resultados El 51,4% tenían menos de un año, el 19,4 %, entre 1 y 5 años; el 15,7 %, entre 5 y 10 años y el 13,4 %, más de 10 años. La estancia media fue 11 días. Recibieron diferentes técnicas de NE en la evolución 106 casos; de éstos, el 67,9 %, nasogástrica continua; el 27,4 %, nasogástrica intermitente; el 16 %, nasoyeyunal; y el 2,8 %, por gastrostomía. Necesitaron NP 80 casos: el 86,3% central, y el 20 %,periférica. No existieron diferencias entre los pacientes con NE y NP con respecto al diagnóstico en unidad de cuidados intensivos pediátricos, grado de gravedad (medido mediante la escala pediátrica de riesgo de mortalidad [PRIMS-III]), técnicas de soporte intensivo, aporte calórico y duración de la nutrición. El grupo de NE precisó mayor apoyo inotrópico. Los pacientes críticos con ventilación mecánica tenían igual mortalidad con independencia del tipo de NA. Las complicaciones más frecuentes en NE fueron: 17,9 %, vómitos; 13,2 %, distensión abdominal; 11,3%, diarrea; 4,7%, restos gástricos; y 6,6 %, hipopotasemia. En la NP las complicaciones más destacadas fueron la infección relacionada con el catéter (5 %), tromboflebitis (1,3 %), hiponatremia (7,5 %), hipoglucemia (3,8 %), hipofosfatemia (6,3 %) e hipertrigliceridemia (3,8 %). Conclusiones Con la nutrición enteral se consigue en el paciente críticamente enfermo aportes calóricos adecuados, con buena tolerancia por lo que debe ser, salvo contraindicaciones, el sistema de elección de la nutrición artificial.