Illustrations on cooperative, competitive and temporal choices

  1. Espín Martín, Antonio Manuel
Zuzendaria:
  1. Pablo Brañas-Garza Zuzendaria

Defentsa unibertsitatea: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 2013(e)ko urtarrila-(a)k 11

Epaimahaia:
  1. Benedikt Herrmann Presidentea
  2. Juan F. Gamella Idazkaria
  3. Aurora García Gallego Kidea
  4. María Teresa Bajo Molina Kidea
  5. Angel Sanchez Sanchez Kidea

Mota: Tesia

Laburpena

En esta Tesis se presentan cinco trabajos de investigación, precedidos de un capítulo introductorio. El corazón de la investigación se centra en los comportamientos cooperativos y competitivos, entendiéndose los primeros como aquéllos dirigidos a maximizar el bienestar social y los segundos como aquéllos encaminados a maximizar la posición relativa del individuo; motivaciones a menudo obviadas en la teoría económica estándar. El Capítulo 2 ("Patient and impatient punishers of free-riders") presenta los resultados de un experimento incentivado en el cual mis coautores y yo analizamos la relación entre las preferencias temporales (o impaciencia) de los sujetos y su comportamiento de castigo social en un entorno multilateral de cooperación económica esporádica (juego no repetido). Algunas investigaciones previas sobre las bases psicológicas del comportamiento de castigo arrojaban resultados aparentemente contradictorios y nuestra investigación pretendía esclarecer el porqué. Por un lado, un grupo de autores argumentan que el castigo sobre los que transgreden las normas sociales está ligado a factores psicológicos orientados hacia el largo plazo, relacionados con el comportamiento moral o normativo. Por contra, otros interpretan que el castigo es resultado de una reacción impulsiva, orientada hacia el presente, contra la propia violación de la norma. Aunque empleando diferentes metodologías para analizar dichos factores psicológicos, toda la investigación previa se ha realizado mediante el uso de juegos de negociación bilateral en los que es difícil distinguir entre las diferentes motivaciones que pueden conducir a castigar a otros, en particular, entre las motivaciones normativas y las competitivas. La visión más difundida es la que entiende el castigo como un comportamiento eminentemente normativo. Sin embargo, cuando examinamos la correlación existente entre la impaciencia de quien castiga y su comportamiento de cooperación, encontramos que existían dos tipos de castigadores: individuos cooperativos pacientes que castigaban a los no cooperativos e individuos impacientes no cooperativos que castigaban a otros individuos no cooperativos. Estos resultados indican que ambas interpretaciones sugeridas hasta el momento en la literatura pueden de hecho ser apropiadas si se aplican a la subpoblación correcta de individuos; o bien a los castigadores moralistas con orientación futura o bien a los castigadores competitivos con orientación presente. Dado que investigaciones previas han revelado que los sujetos impacientes son más propensos a castigar la injusticia (esto es, a destruir todo el dinero mediante el rechazo de ofertas injustas) como jugador 2 en el juego del ultimátum, nuestros resultados planteaban una nueva e interesante pregunta: ¿esos castigadores impacientes del juego del ultimátum se mueven por un sentimiento de justicia o, como nuestro trabajo sugiere, por un impulso competitivo malicioso? Para responder a esta pregunta desarrollamos la investigación cuyos resultados se exponen en el Capítulo 3 ("Delay discounting and spite in bargaining: Beyond strategic self-interest and fairness"). Específicamente, lo que hicimos fue analizar los datos de una encuesta-experimento en la que se medía la impaciencia de los participantes y su comportamiento en un juego del ultimátum de doble rol. Este diseño nos permite observar si aquellos sujetos que castigan el comportamiento injusto de sus parejas de juego son ellos mismos justos o injustos cuando cambian de rol. Los análisis estadísticos revelan que los sujetos impacientes fueron i) más proclives a castigar la injusticia como jugador 2 (replicando así los resultados hallados previamente por otros autores) y ii) más injustos ellos mismos como jugador 1. En consecuencia, aquéllos que interaccionaron con los sujetos más impacientes ganaron, en promedio, menos dinero. Estos nuevos resultados sugieren que las bases psicológicas del castigo ejercido durante una negociación bilateral podrían asemejarse hasta cierto punto al castigo competitivo que llevan a cabo los individuos no cooperativos en entornos de cooperación multilateral. Sobre la posible coexistencia de diferentes tipos de castigadores en el juego del ultimátum se profundiza en el Capítulo 5. Los resultados de la investigación presentada en los capítulos anteriores unidos a evidencia previa sobre la relación existente entre la impaciencia de los individuos y su conducta social motivó la construcción de un modelo teórico, que se expone en el Capítulo 4 ("Competition or cooperation? Now or later?"). Aunque todavía en versión preliminar, este modelo trata de abrir una nueva línea en el campo de las preferencias sociales. Dado que a los comportamientos competitivos y cooperativos se les asocia con motivaciones proximales de corto y largo plazo, respectivamente, el modelo propone que los individuos obtienen recompensas psicológicas diferidas por las ganancias conjuntas y recompensas psicológicas inmediatas por las ganancias relativas. Con esta base, la función de utilidad del individuo representativo está formada por dos componentes: una fuente inmediata de satisfacción derivada de su pago relativo y una fuente diferida de satisfacción derivada del pago grupal conjunto. Como resultado, los individuos pacientes (impacientes) que descuentan a una tasa menor (mayor) las recompensas psicológicas diferidas estarán más dispuestos a cooperar (competir). Los ingredientes de la función de utilidad se completan con factores contextuales: los individuos se tornan más cooperativos cuando las cosas marchan bien y más competitivos cuando las cosas marchan mal. El modelo se usa para explicar algunas regularidades conductuales observadas en experimentos económicos que son difícilmente reconciliables con el modelo tradicional basado en el individuo egoísta. En particular, los resultados teóricos preliminares se muestran muy satisfactorios a la hora de explicar nuestros propios hallazgos empíricos. Los estudios que se presentan en los Capítulos 5 y 6 siguen una metodología similar. En ambos casos, investigamos el comportamiento de los sujetos como jugador 2 en el juego del ultimátum usando el juego del dictador como herramienta auxiliar. Como se comenta con anterioridad, el Capítulo 5 ("Don't mix it up: Fairness versus spite in the Ultimatum Game") se dedica a analizar la coexistencia de distintos tipos de castigadores en el juego del ultimátum. Los resultados son ciertamente provocadores. Usando dos muestras diferentes, encontramos clara evidencia de que el rechazo de ofertas injustas en el juego del ultimátum está determinado por dos subpoblaciones de sujetos: aquéllos que se comportan de forma totalmente justa en el juego del dictador (cediendo exactamente la mitad del dinero a otro participante) y aquéllos que se comportan de forma totalmente injusta (quedándoselo todo para ellos). En consecuencia, podemos concluir que el rechazo de ofertas injustas en el juego del ultimátum es llevado a cabo tanto por individuos preocupados por la justicia como por individuos competitivos-maliciosos. Así, la mera observación del comportamiento de rechazo no es suficiente para desenmascarar el peso relativo de cada una de estas subpoblaciones. Estos resultados tienen un interés particular a la luz de investigaciones recientes que demuestran que la cooperación pública se puede destruir, en vez de reforzar, en presencia de estos "castigadores maliciosos". Finalmente, el Capítulo 6 ("Accepting zero in the Ultimatum Game: Selfish Nash response?") pone el foco en los sujetos que aceptan ofertas extremadamente injustas (es decir, que aceptan incluso que la otra persona se quede todo el dinero) como jugador 2 en el juego del ultimátum. Para un individuo egoísta, aceptar cualquier oferta, por mala que sea, es una estrategia dominante porque le lleva a maximizar su ganancia personal. Dado que, como se extrae del capítulo anterior, a aquellos individuos que rechazan ofertas injustas se les puede considerar o bien como pro-sociales (dispuestos a incurrir en un coste para castigar la injusticia) o como competitivos (que intentan incrementar su estatus relativo), debe esperarse que los que no rechazan ninguna oferta sean individuos egoístas a los que sólo les importa su propia ganancia. Sin embargo, cuando analizamos el comportamiento de estos últimos en el juego del dictador encontramos que son claramente los más generosos dentro las dos muestras examinadas. Sugerimos, por tanto, que aceptar ofertas extremadamente injustas podría ser un comportamiento cooperativo o altruista.