La evolución del parto humano y el origen de la asistencia obstétrica

  1. SAIZ PUENTE, Mª SOLEDAD
Dirigida por:
  1. Teresa Díez Fernández Director/a
  2. Ignacio Martínez Mendizábal Codirector

Universidad de defensa: Universidad de Alcalá

Fecha de defensa: 06 de julio de 2017

Tribunal:
  1. María Martinón Torres Presidente/a
  2. Angeles Sánchez Andrés Secretario/a
  3. Francisco Donat Colomer Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 534754 DIALNET

Resumen

La comunidad científica acepta de manera axiomática que el parto humano es difícil y peligroso. Esta afirmación está apoyada por las sucesivas investigaciones paleontológicas de las pelvis de diferentes homininos, cuyas dimensiones cambiaron a lo largo de millones de años para permitir el bipedismo a la par que aumentaba la capacidad craneal. El bipedismo y el desarrollo cerebral característicamente humanos han dado lugar al llamado ¿dilema obstétrico¿, es decir, la dificultad que el parto de la hembra humana entraña debido a que las dimensiones pélvicas están muy ajustadas para las dimensiones cefálicas fetales. De esta forma, el parto en el ser humano se ha definido como un proceso de complejos movimientos fetales que debe ser necesariamente asistido (teoría ¿obligate midwifery¿). La presente tesis trata de dar una nueva perspectiva de la evolución del parto humano, cuestionando tal dificultad y tal asistencia obligatoria para nuestra especie. Para ello nos planteamos como objetivos estudiar la biomecánica del parto actual prestando especial atención a los puntos menos estudiados al respecto (las causas de la rotación interna fetal, el momento de la rotación, el papel que desempeña la flexión cefálica fetal, la influencia de la posición materna en las dimensiones pélvicas, la posición fisiológica materna en el parto y la posición de desprendimiento fetal). De esta forma se reconstruirá el mecanismo de parto en las pelvis fósiles homininas femeninas conocidas hasta el momento. Y por último se revisará cómo afecta el mecanismo del parto hominino en la asistencia obstétrica. Para la revisión del mecanismo de parto actual se diseñó un estudio observacional descriptivo restrospectivo con 680 partos. Para el conocimiento de la biomecánica del parto en homininos se reconstruyó el mecanismo del parto en 4 pelvis de Australopithecus (AL-288-1, Sts 14, Sts65 y MH2), 1 pelvis de Homo erectus (BSN49/P27), 1 pelvis de Homo del Pleistoceno medio (Pelvis de Jinniushan), y 1 pelvis de Homo neanderthal (Tabun C1). Para completar el estudio de la asistencia obstétrica se revisará etnográficamente el entorno del nacimiento, el lugar en el que tiene lugar, y las características del acompañamiento del proceso. En el estudio del mecanismo del parto actual se obtuvo que la forma de acomodación de la cabeza fetal más frecuente es en posición izquierda anterior, nada más llegar al I plano de Hodge la forma de la cabeza la obliga a flexionarse, y de esta manera atraviesa las espinas ciáticas. Algunos fetos rotan en este nivel colocando su occipucio debajo del pubis materno, pero la mayoría terminan de efectuar el giro al nivel del suelo pélvico. La mayoría de los bebés nacen en posición occípito-púbica, pero se encontraron porcentajes importantes de desprendimientos en posiciones oblicuas. En cuanto al parto en las pelvis fósiles encontramos que en todas ellas la acomodación cefálica fetal debió de ser en posición oblicua o transversa, en todas la flexión de la cabeza era necesaria antes de llegar a las espinas ciáticas, y en todas la rotación interna era posible, aunque no resultara imprescindible para atravesar los estrechos pélvicos. La salida de la cabeza sería en posición anterior, bien en occípito púbica o en oblicua. Por último, a la luz de la bibliografía existente sobre partos de primates no humanos, de los estudios etnográficos sobre la asistencia al parto, de la presente investigación sobre la posición materna fisiológica en el parto, y de los datos obtenidos sobre el mecanismo del parto no existe obligatoriedad fisiológica de asistir el parto en ningún hominino. La asistencia obstétrica es la consecuencia de la evolución social y cultural de los homininos y no fruto de los cambios evolutivos pélvicos. En definitiva, el parto en la especie humana presenta las mismas características que otros homininos y primates no humanos.