Creencias sociales y bienestarvalores, creencias básicas, impacto de los hechos vitales y crecimiento psicológico

  1. BILBAO RAMIREZ, MARIA DE LOS ANGELES
Dirigida por:
  1. Darío Páez Rovira Director/a

Universidad de defensa: Universidad del País Vasco - Euskal Herriko Unibertsitatea

Fecha de defensa: 27 de febrero de 2009

Tribunal:
  1. Carmelo Vázquez Valverde Presidente
  2. Nekane Basabe Barañano Secretario/a
  3. Federico Javaloy Mazón Vocal
  4. Bernard Rimé Vocal
  5. Elza María Techio Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 200941 DIALNET lock_openTESEO editor

Resumen

Los estudios científicos sobre el bienestar subjetivo y la felicidad dentro de las Ciencias Sociales y la Psicología, han tenido un gran desarrollo en las últimas décadas y, en particular, desde la creación del área de la Psicología Positiva (Seligman, 2003). El interés se ha puesto en los aspectos que fortalecen la salud mental y el desarrollo de las personas. El objetivo de los estudios realizados en esta tesis fue constatar la relación entre el Bienestar y las Creencias Sociales los valores y las creencias básicas, así como su inter-relación con sucesos vitales de cambio, el afrontamiento y el crecimiento psicológico. De los estudios que se presentan se intentan deducir lecciones para la intervención psico-social orientada a mantener y mejorar el Bienestar, tanto en el ámbito individual como comunitario y poblacional. Los resultados confirman que algunos valores, en particular los de Apertura al Cambio y los de Auto Trascendencia, se asocian al Bienestar. Inversamente, los valores de Poder se asocian negativamente al Bienestar, para todos los contextos estudiados, y dado que en general se sitúan en el rango más bajo de valoración, explican también la felicidad mayoritaria. Segundo, se ha confirmado que las Creencias Básicas positivas sobre el Yo, principalmente, y las creencias sobre la Benevolencia y el Sentido del Mundo, se asocian al Bienestar y sirven de recurso para afrontar el estrés y traumas, personales y colectivos como el 11-M. Se constató que los hechos vitales tienen una ventana de impacto de tres meses, hasta un año. También se aprecia el efecto de asimetría: los hechos positivos refuerzan la afectividad positiva, mientras que los hechos negativos la socavan y aumentan la negativa. Un aporte de estos estudios es el impacto asimétrico positivo para indicadores de Bienestar eudaimónico en los criterios de bienestar psicológico y social: los hechos positivos refuerzan más fuertemente los criterios de relaciones positivas con otros, sentido de la vida, crecimiento personal y autonomía. Todos ellos se relacionan significativamente con indicadores de salud mental y crecimiento posttraumático. Finalmente, se ha constatado una asimetría positivista similar en el impacto de hechos de cambio extremos en las Creencias Básicas situacionales sobre el Yo, los demás y el mundo: los hechos de cambio positivo refuerzan positivamente de modo considerable la valía del Yo, la percepción de control y de la benevolencia del mundo, de lo que los hechos negativos las socavan. El último estudio muestra que los hechos negativos movilizan más ampliamente las estrategias de afrontamiento que los hechos positivos. Los sucesos negativos neutralizan las Creencias Básicas ligeramente, pero ante hechos positivos se ven reforzadas más fuertemente. Se confirmó además que tanto ante sucesos negativos como positivos habrá crecimiento psicológico. Estos resultados confirman las hipótesis planteadas. Los resultados son muy importantes, ya que confirman que los hechos positivos se asocian mas fuertemente a criterios de crecimiento personal o de bienestar eudaimónico, en particular porque éstos refuerzan más las Creencias Básicas situacionales de lo que las negativas las cuestionan. Es decir, el bienestar no se mantiene sólo porque haya más hechos positivos que negativos, sino porque también la mayor frecuencia de hechos positivos provoca que las creencias sociales se vean más frecuentemente reforzadas que neutralizadas por los hechos negativos. Los hallazgos de esta tesis confirman los últimos desarrollos de la Psicología Positiva: las personas tenemos grandes recursos personales y sociales superar las dificultades, disfrutar de las alegrías y para ser felices. Podemos encontrar fortalezas, reinterpretar positivamente las dificultades y apoyarnos en los demás. Al conocer distintos mecanismos que participan en este proceso de afrontamiento y crecimiento psicológico, dependiendo de la naturaleza misma de los hechos vitales, se pueden desarrollar programas sociales o intervenciones clínicas específicas que fomenten el bienestar, más allá de los existentes actuales (Argyle, 1987; Lyubomirsky, 2008; Seligman, 2005).