La verdad habitablehorizonte vital de la filosofia de Franz Rosenzweig

Abstract

Esta investigación ofrece un análisis de la obra de Franz Rosenzweig, en diálogo con la filosofía de Kierkegaard y Heidegger. Los tres autores coinciden en la crítica a la Filosofía tradicional, en la intención de renovar la filosofía y de rescatar al individuo, que permanece ahogado en el pensamiento de la totalidad. Rosenzweig, pensador judío de finales del siglo XIX y principios del XX, propone un Nuevo Pensamiento que libera a la filosofía de abstracciones y de reducciones conceptuales y vitales. Esta filosofía supone una ruptura con la filosofía tradicional, centrada únicamente en uno de los tres elementos que conforman la realidad: el Mundo (en la Antigüedad), Dios (en la Edad Media) o el Hombre (en la Modernidad). La realidad no sólo se reduce a uno de los tres elementos, sino que se sostiene en la tríada que describe la relación entre ellos: la realidad es divina y mundana y humana. Las reducciones marcan la crítica de Rosenzweig a la Filosofía tradicional y son también el argumento que orienta esta investigación. En ella se parte del análisis de la concepción de los Elementos y de la relación que se establece entre ellos (suelo de la realidad) en el filósofo judío, para después analizar esta misma cuestión en el pensamiento de Kierkegaard y Heidegger. Las reducciones en la concepción de la realidad repercuten directamente en la concepción de la verdad. Partiendo de Rosenzweig, se comprende que el ser humano no posee la verdad, sino que es la verdad la que le acoge, la que le sostiene. Pero hay filosofías que proponen verdades que fundan sistemas inhabitables para el hombre y otros que presentan verdades que resultan habitables, que hacen habitable el mundo. Esta forma de acercarnos a la realidad, de la mano de una nueva filosofía, permite denunciar sistemas fundados en la negación del otro, en el olvido de Dios o en la renuncia al cuidado del mundo, para anunciar la necesidad, la urgencia de repensar la vida de forma que realmente elijamos vivirla.