Eduardo Sanz y Sscartin. El reformismo social de un católico conservador

  1. CAMPO SÁNCHEZ, CARLOS
Dirigida por:
  1. Pedro José Cabrera Cabrera Director/a

Universidad de defensa: Universidad Pontificia Comillas

Fecha de defensa: 22 de enero de 2010

Tribunal:
  1. Dalmacio Negro Pavón Presidente
  2. Ana María Huesca González Secretario/a
  3. Miguel Juarez Gallego Vocal
  4. Pedro González Blasco Vocal
  5. Manuel Hernández Pedreño Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 286246 DIALNET lock_openTESEO editor

Resumen

Eduardo Sanz y Escartín es una de las principales figuras del reformismo social católico de finales del siglo XIX. Persona de amplia cultura, desempeñó numerosos cargos públicos a lo largo de su vida (Senador, Gobernador Civil en Barcelona y Madrid, Director del Banco de España, Ministro de Trabajo.). Su extensa obra se centra en proponer una reforma social que de respuesta a la desesperada situación en la que vivían las clases trabajadoras. En su propuesta intenta armonizar la intervención de los tres agentes implicados en la reforma social. Pone el acento, en un primer momento, en el papel que el Estado debe jugar. Para él, es necesario un doble intervencionismo estatal. Por una parte, es precisa la intervención del Estado en el ámbito legal, asegurando un marco jurídico justo en las relaciones económicas entre propietarios y trabajadores. Por otra, se necesita que el Estado intervenga mediante una legislación que regule todas las esferas de la vida social en que esté en juego la dignidad moral de la población. Esta potente defensa del Estado no debe suplir en absoluto la iniciativa y libertad del individuo, verdadero agente primigenio de toda reforma social. Para nuestro autor, la verdadera reforma social es una reforma moral. Únicamente mediante la reforma moral de los individuos es posible un cambio social. De forma paralela, el individuo no debe ser considerado un ser aislado, sino que defiende una concepción de la persona que implica su asociación con otros sujetos. En esta ingente tarea reformista, Sanz y Escartín subraya el papel principal que juega el cristianismo, como factor humanizador y aglutinente de toda verdadera reforma moral.