Tratamiento de la degeneración macular asociada a la edad en práctica clínica habitual

  1. Campos Pavón, Jaime
Dirigida por:
  1. Melchor Álvarez de Mon Soto Director/a
  2. Agustín Albillos Martínez Codirector/a
  3. Isabel Redondo García Codirectora

Universidad de defensa: Universidad de Alcalá

Fecha de defensa: 12 de junio de 2014

Tribunal:
  1. María Julia Araceli Buján Varela Presidente/a
  2. Lorenzo López Guajardo Secretario/a
  3. José M. Martínez de la Casa Vocal
  4. Francisco Arnalich Montiel Vocal
  5. José Luis Encinas Martín Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La presente tesis doctoral versa sobre un estudio observacional retrospectivo y unicéntrico en pacientes con degeneración macular asociada a la edad (DMAE) exudativa tratados según practica habitual, para describir los cambios en agudeza visual (AV) y espesor macular medido mediante tomografía de coherencia óptica (OCT) en función de la AV al diagnóstico. MATERIAL Y METODOS: Se incluyeron 188 ojos con DMAE exudativa. 96 mujeres (56,8%) y 73 hombres (43,2%). La edad y el tiempo de seguimiento medio fueron de 79,6 y 1,7 años (0,6-4,5) respectivamente. Se administraron una media de 4,2 y 4,8 inyecciones de antiVEGF durante el primer y segundo año. El protocolo de tratamiento fue de dosis de carga de tres inyecciones más PRN. La AV fue medida mediante la escala de Snellen a 6 metros y el espesor macular mediante OCT modelo TopconTD. Los datos de AV y OCT fueron agrupados durante el primer año y el segundo. Se registraron además en función del oftalmólogo responsable. Consideramos disminución de AV la pérdida de una línea y ganancia a la mejoría de una línea. RESULTADOS: Tomados todos los pacientes en conjunto durante los cinco años de seguimiento se observó que un 28,7% gana AV, un 22,3% no pierde AV y un 48,9% pierden AV. Se observó un ligero descenso global en la AV, la media de cambio en la AV fue de -0,03 (IC95%: -0,06; 0,00). Agrupados los pacientes por visitas en el primer y segundo año de tratamiento observamos que la AV inicial fue de 0,29, al año de 0,34 y a los 2 años de 0,30 siendo la diferencia estadísticamente significativa solo el primer año. Un 28,7% de los pacientes ganaron AV, el 22,3% no perdió y el 48,9% perdieron AV. Las diferencias fueron estadísticamente significativas en las visitas 2, 3 y 4 respecto a la 1. Existió asociación positiva entre la AV inicial y final con un coeficiente de correlación de 0,8310 para el grupo de los que ganan AV. El espesor macular medio inicial fue de 310,24 micras, al año de 271,68 y a los 2 años de 278,71 siendo estas diferencias estadísticamente significativas. Por grupos de pacientes que mejoran, no pierden o pierden AV no se encuentran diferencias estadísticamente significativas respecto los valores de OCT. En cuanto al número de tratamientos y al de visitas solo se observaron diferencias estadísticamente significativas en el número de controles del investigador 1 durante el primer año. CONCLUSIONES: En nuestra muestra de pacientes la AV inicial influye en la AV final con independencia de si el paciente gana o pierde visión. La mejoría de la AV que se consigue al inicio del tratamiento no se mantiene al final del segundo año. El investigador 1 durante el primer año realizó más visitas por paciente que no se mantuvieron durante el segundo. Esto se refleja en una mejora de la AV durante ese periodo (con un número de tratamientos similar) que cae durante el segundo año a valores similares al del resto de los investigadores. Al principio del periodo de tratamiento se produce una mejoría del espesor macular medio medido mediante OCT que se mantiene estable a lo largo del periodo de seguimiento. El estado de la OCT inicial no se correlaciona con el resultado de la AV final. La mejora anatómica no tiene relación con la funcional. Deberíamos establecer estrategias de seguimiento que permitan mantener la mejoría de AV que se observa tras la dosis de carga. Comparados nuestros datos con los de los ensayos clínicos hemos observado que en la práctica clínica habitual no se siguen los mismos criterios de seguimiento de la enfermedad. A los dos años de seguimiento los resultados obtenidos en ambos entornos son comparables. Si prolongamos el seguimiento a cinco años conseguimos el control de la enfermedad en la mitad de los casos.