El císter en Españaproyección social y educadora

  1. Montero Barreiro, Matilde
unter der Leitung von:
  1. Aurora Gutiérrez Gutiérrez Doktorvater/Doktormutter

Universität der Verteidigung: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Fecha de defensa: 24 von Juni von 2003

Gericht:
  1. José Luis García Garrido Präsident/in
  2. Javier Vergara Ciordia Sekretär/in
  3. Julia Boronat Mundina Vocal
  4. Rogelio Medina Rubio Vocal
  5. Margarita Cantera Montenegro Vocal

Art: Dissertation

Teseo: 98552 DIALNET

Zusammenfassung

Entre finales del siglo XI y principios del XII una corriente de renovación espiritual recorre Europa. Surge en torno a la figura de Roberto de Molesmes que quiso reinstaurar el cumplimiento estricto de la Regla de S. Benito. Se establece con un grupo de monjes en la diócesis de Chalons, en un lugar llamado Cîteaux,y es erigida la abadía el 21 de marzo de 1098, precisamente el día de San Benito. Por decisión papal el abad Roberto vuelve a Molesmes y queda al frente del Nuevo Monasterio Alberico, que consigue el papa Pascual II la protección de la Santa Sede. A su muerte le sucede Esteban Harding que va aser una de las grandes personalidades de la Orden. La ausencia de vacaciones, debido a la rigurosidad de la vida en el nuevo cenobio, pone en peligro la existencia de Cister. Se produce un cambio en 1112 cuando el jover Bernardo, con sus compañeros, llama a la puerta del cenobio. La personalidad del recién llegado hace que todo cambie y, en pocos años, muchos monjes saldrán para fundar nuevas abadías que permanecerán durante siglos gracias a su organización y esperitualidad. Pero llega el siglo XV y con él una crisis que amenaza su existencia. Crisis provocada por las guerras, el cisma, las encomiendas, el aislamiento de un espíritu reformador. La priemra aparece en el reino de Castilla. Fr. Martín de Vargas, un monje providencial, trata de volver al fervor de los primeros tiempos. El monje huye al mundo pero no olvida a sus hermanos. El monasterio representaba la seguridad contra los atropellos, el hambre e incluso la enfermedad. A su sombra se organiza el trabajo, se inicia la industria, se alberga al caminante, se cuida al enfermo, se forma a jóvenes y adultos, se amplían las bibliotecas y se garantiza la paz. Los tiempos cambian y no es suficiente asombrar al mundo con heroicidades ascéticas. De su deseo de adaptación nace en París el colegio de San Bernardo.