El coste estratégico de la no-OTAN en un contexto de incertidumbreevaluación desde una perspectiva europea

Resumen

De todos es conocido el protagonismo de la OTAN durante el desenvolvimiento de la Guerra Fría, así como su trascendencia para la seguridad europea durante todo este período y el posterior. Tras la Caída del Muro de Berlín la finalidad de esta organización se diluye en diversos planteamientos, que en cualquier caso reflejan perspectivas diferentes sobre su evolución futura. La Guerra de Irak ayudó también a consolidar los argumentos de quienes discutían la conveniencia de mantener un vínculo estrecho entre Europa y Estados Unidos. El desarrollo de la Guerra de Afganistán, y la actual crisis económica, han provocado un incremento de la presión sobre la Alianza Atlántica en forma de cuestionamiento de su misma razón de ser. En nuestra tesis analizamos cuál sería el coste estratégico de la desaparición de la OTAN para Europa, teniendo en cuenta las circunstancias específicas y concretas de nuestro contexto de seguridad actual, que caracterizamos de incertidumbre. Para ello, y adoptando una perspectiva europea, se estudia el pensamiento político y estratégico sobre la Alianza Atlántica y se definen las claves del sistema de seguridad internacional en el que se inserta Europa. Para llevar a cabo el cálculo de este coste estratégico intentamos desvelar cuál es la formulación de las lógicas en las que se sustentan las alternativas que propugnan la superación de la Alianza Atlántica. Seguimos con una descripción de la dinámica de incertidumbre que caracteriza nuestra realidad internacional, y los desafíos que de ella se derivan. Finalmente medimos si las lógicas en las que dichas alternativas se fundamentan ofrecen soluciones al vacío de seguridad que implica la desaparición de la OTAN. Como resultado de este doble proceso de investigación (del pensamiento sobre la OTAN y del contexto de seguridad europeo) concluimos, de manera general, que la No-OTAN implica para Europa un incremento de la incertidumbre en algunas áreas vitales de su seguridad, el debilitamiento de sus posiciones e influencia en el mantenimiento de algunos sistemas multilaterales que le benefician, un descenso del nivel tecnológico general en el campo de la seguridad y la pérdida de la capacidad para intervenir en contextos donde se desarrollan buen parte de los desafíos más importantes que afronta. A ello debemos añadir, según nuestras mismas conclusiones, costes de índole geoestratégica de gran importancia, como la pérdida de autonomía estratégica de algunos países del Sureste y Norte de Europa, la pérdida de la capacidad de influjo en procesos de definición de las opciones de países como China o Rusia, la posibilidad de entrar en competencia con Estados Unidos en regiones cruciales para Europa como Asia Central, el Mediterráneo u Oriente Medio. Finalmente hablamos de la pérdida de un elemento simbólico en la defensa de unos valores que conforman, desde la perspectiva de los demás, un bloque compacto occidental en el que Europa aparece más protegida.