La "Razón feyta d'amor" de Lupus de Moros como el "canticum amatorium" hispánico

  1. Eremíeva Ivanova, Nadia
Dirigida por:
  1. Juan Victorio Martínez Director/a

Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Año de defensa: 2007

Tribunal:
  1. Pedro Manuel Piñero Ramírez Presidente/a
  2. Ana Suárez Miramón Secretario/a
  3. Julio Neira Vocal
  4. J. Ignacio Díez Fernández Vocal
  5. Antonio Moreno Hernández Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La Razón de amor con los Denuestos del agua y del vino es un poema medieval coetáneo de Gonzalo de Berceo. Fue dado a conocer por Morel-Fatio en 1887, a partir del único manuscrito latino que lo contiene: hoy custodiado en la Biblioteca Nacional de Francia en París. La original interpretación simbólica e ideológica del poema guarda sorprendentes relaciones de intertextualidad con los más variados textos canónicos y literarios de la época, procedentes de lugares que trascienden el marco regional hispano o aragonés y coinciden con el itinerario expreso de Lope Moros por Lombardía, Alemania y Francia. La clave de la alegoría de esta fascinante joya literaria se encuentra en la imaginería maniquea de los albores del segundo milenio cristiano. Se la considera, desde esta perspectiva, como tratado místico-científico -fruto de la cosmovisión dualista-, que describe por medio de la imagen del ligvitae como el eje del mundo (axis mundi), los ciclos de la historia de la humanidad: la creación de Adán y Eva, la tentación, caída y expulsión del Paraíso que provocan la necesidad del nacimiento del "nuevo Adán" en la persona de Jesucristo, para establecer en Su sangre el "nuevo pacto", capaz de abolir la esclavitud humana a "la ley antigua". Se trata, en realidad, del litúrgico canto de amor maniqueo (cristiano dualista) -canticum amatorium-, frecuentemente mencionado por San Agustín en sus tratados contra los heterodoxos. Esta perspectiva exegética facilita también la comprensión del debate entre los elementos que intervienen en los sacramentos cristianos del bautismo y la eucaristía -el Agua y el Vino-, transmitiendo el interés que centraba las disputas teológicas en las que estaban sumidos por aquella época los defensores de la ortodoxia católico-romana y los representantes de la "gleyza" alternativa albigense, que tuvo importante presencia también en la Península Ibérica.