Dinámicas sociales del paisaje en el Campo de Albacete

  1. Rodríguez García, José Luis
Dirigida por:
  1. M. Antonio Zárate Martín Director/a

Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Fecha de defensa: 02 de noviembre de 2015

Tribunal:
  1. Miguel Panadero Moya Presidente/a
  2. Francisco José Morales Yago Secretario/a
  3. José Carpio Martín Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Nuestra tesis investiga el proceso de creación y transformación del paisaje del Campo de Albacete como consecuencia de dinámicas sociales vinculadas a procesos económicos y políticos que se suceden desde finales del siglo XVIII y principios del XIX hasta nuestros días. Ese objetivo se enmarca en el contexto generalizado de reciente interés por el paisaje a partir de la Convención Mundial del Patrimonio Natural y Cultural de 1992 y del Convenio Europeo de 2000, que obliga, tras su ratificación por los países europeos, a respetar sus criterios en el Planeamiento y Ordenación Territorial. El trabajo se plantea también como un análisis crítico para la elaboración de propuestas orientadas a la puesta en valor del paisaje y el aprovechamiento de sus oportunidades para la generación de empleo, especialmente a través del turismo. La metodología utilizada combina técnicas cuantitativas y cualitativas, partiendo de un intenso trabajo de campo facilitado por la identificación del investigador con el territorio analizado y sus experiencias de vida. El trabajo se estructura en capítulos que arrancan de una presentación del medio natural para mostrar sus modificaciones hasta el momento actual de acuerdo con los modelos productivos y cambios sociales que se suceden en el tiempo. La construcción del paisaje actual se inicia con el Catastro de Ensenada, la herencia de las Guerras, las Desamortizaciones y la apertura de mercados agrícolas con el Canal de María Cristina. El Ferrocarril y la Electricidad intensificaron los intercambios en beneficio de una burguesía que deja su impronta en la morfología de Albacete con la ayuda de las Leyes del Ensanche y se identifica con la estética modernista. Todo aquello, unido al crecimiento de la producción agraria y de la población, hizo pasar la capital de 57.383 habitantes en 1900 a 113.027 en 1940. La literatura recoge de manera expresiva aquellos cambios. De la postguerra a la transición, la sociedad cambió y el paisaje con ella. La expansión del regadío propició un campo verde, comenzado por el Instituto Nacional de Colonización (INC) y continuado por el Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario (IRYDA). La Concentración Parcelaria y las inversiones de capital impulsaron la mecanización y el regadío. Simultáneamente, las actuaciones sociales y el planeamiento contribuyeron a la renovación del paisaje de Albacete, sobre todo a raíz del Plan de Creación de la Vivienda (1942) del Instituto Nacional de la Vivienda, de la Obra Sindical Agraria, y del Ministerio de Trabajo. El POUA de Pedro Bigador (1952) marcó pautas para su renovación junto con el Plan General de Ordenación de 1971 y las Normas Subsidiarias de 1981, abocando a la desaparición del paisaje tradicional de la ciudad histórica y la consolidación de un urbanismo acorde con el funcionalismo. El polígono industrial de "Campollano" muestra dentro de aquel concepto de ciudad el avance de la industria y de los servicios, valorado con el Índice de Nelson; mientras, el conjunto histórico-artístico de Chinchilla languideció. A su vez, la Globalización aporta los cambios más recientes al paisaje de este espacio: una sociedad agraria que disminuye y produce según las ayudas de la PAC, parques industriales de avanzada tecnología, grandes superficies comerciales y de ocio en los bordes urbanos, y viviendas unifamiliares de primera y segunda residencia dentro del modelo de ciudad difusa. También se presta atención a la percepción de la capital y del Campo de Albacete por sus habitantes y al planeamiento oficial en relación con la gestión del paisaje y la especulación, que incrementó la construcción de viviendas entre 2001 y 2011 en un 21,7%. Por último, se hace referencia a la proliferación de huertos solares y molinos eólicos como amenaza para el paisaje y el medioambiente y oportunidad para el desarrollo local.