Hacia una fenomenología de la mística. Confluencias en el pensamiento de Juan Martín Velasco y Miguel García-Baró

Resumen

El objetivo de esta investigación es analizar los rasgos de la experiencia religiosa en la concepción de la existencia, presente en el pensamiento de Juan Martín Velasco y Miguel García-Baró, con el propósito de establecer los conceptos fundamentales para una fenomenología de la mística. Juan Martín Velasco nos presenta la experiencia religiosa bajo una estructura de relación con el Misterio en la que la presencia inobjetiva, la actitud de trascendimiento y la Trascendencia absoluta serán fundamentales para hablar del fenómeno religioso. La pregunta por la condición de posibilidad de esta actitud nos remite a los planteamientos de Miguel García-Baró sobre los orígenes líricos de la filosofía. La actitud fundamental de la existencia tiene una génesis de sentido que se ve desbordada por enigmas y misterios: fenómenos que explican la presencia inobjetiva del misterio en el trayecto de la vida en múltiples formas de alteridad. Hay una experiencia matriz ontológica en la infancia que re-crea el yo como una soledad que tiene tiempo y muere. El misterio primordial deja al yo convertido en pura pregunta inquietada y comienza el existir humano entre lo primordial y lo fundamental. La estructura que funda la comprensión –enigmática y misteriosa– de la realidad, hace incierta la entrada en el estadio ético, filosófico y religioso. Lo que pueda acontecer en la existencia no es un marco a priori, es el inicio de un trayecto –no anticipable – que no excluye cambios y saltos de lucidez y libertad. La extraña dialéctica de la presencia inobjetiva del misterio nos pide considerar la experiencia del mal como algo profundamente cercano de su aparente extremo opuesto: la experiencia original del Misterio. La relación con Dios en lo más hondo de nosotros, por su misterio, por ser lo desconocido y por ser futuro absoluto, es por lo que pueden ser creadas o rotas todas las cosas. No hablamos de Dios dentro y de un sujeto que disfruta de Él, sino de un ens capax Dei que puede acoger o rechazar lo divino. Las nociones de bien y verdad son un yo acompañado de una presencia que no altera su libertad, impulsa esperanza absoluta y despierta las obras del amor. El itinerario, nunca definitivo, señala tres hitos: la orientación a la vida filosófica y religiosa, la estancia en ellas y el desbordamiento de ambas. La fenomenología de la mística, se comprueba con el itinerario de Teresa de Ávila, mística española de referencia universal. Establece un puente entre filosofía y mística pertinente en la actualidad. Nuestro trabajo encuentra en los dos autores abordados y en la mística universal del siglo de Oro, posibles anclajes, inevitables, para una renovación del modo de entender la experiencia religiosa en nuestros tiempos, así como para esta nueva filosofía española que no tiene por qué convertirse en una nueva racionalización o amortiguación del hecho religioso.