La cerveza como bebida rehidratante después del ejercicio. Efectividad y seguridad para el consumidor

  1. Cervantes Borunda, Mónica Sofía
Dirigida por:
  1. Manuel Joaquín Castillo Garzón Director/a
  2. Javier Romeo Marín Codirector/a
  3. David Jiménez Pavón Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 26 de mayo de 2011

Tribunal:
  1. Ángel Gutiérrez Sáinz Presidente/a
  2. David Cárdenas Vélez Secretario/a
  3. Marzo Edir Da Silva Grigoletto Vocal
  4. María Dolores Cabañas Armesilla Vocal
  5. José Antonio Casajús Mallén Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La cerveza es una bebida clásicamente utilizada en los países occidentales para calmar la sed. De hecho, para muchas personas es práctica habitual consumirla tras hacer ejercicio o deporte. La cerveza contiene fundamentalmente agua pero también una cierta cantidad de alcohol, esto podría representar una desventaja bajo el punto de vista de la recuperación metabólica y, en consecuencia, dicha práctica podría ser desaconsejable. Para aclarar esta cuestión, se ha desarrollado, de manera independiente, el trabajo de investigación que da lugar a la presente Tesis Doctoral. En su desarrollo, se ha sometido a un grupo de adultos jóvenes, varones, sanos a un protocolo de ejercicio extenuante (60 minutos corriendo en tapiz al 60% de la capacidad aerobia máxima), en condiciones de elevada temperatura ambiental (35ºC, 60% de humedad relativa). El protocolo de ejercicio determinó unas pérdidas hídricas de 1,5-2 litros, lo que correspondía a una pérdida de peso corporal del 2-2,5%. Los sujetos realizaron este protocolo de ejercicio en dos ocasiones, en orden aleatorio y separadas por tres semanas de intervalo. Tras una de las pruebas, se rehidrataban sólo con agua ad libitum. Tras la otra prueba, se rehidrataban primero con cerveza (660 ml) y a continuación agua en la cantidad que querían. Con este protocolo se ha pretendido remedar lo que suele ser una práctica habitual en sujetos que realizan ejercicio o deporte de manera recreativa. La ingesta de cerveza se limitó a una cantidad moderada, habitual y considerada aceptable para sujetos sanos, varones y consumidores habituales. Cada sujeto, en ambas pruebas, se estudió en tres ocasiones: antes del ejercicio, inmediatamente después del mismo y tras dos horas de rehidratación. Se han estudiado una serie de parámetros susceptibles de verse influenciados por el ejercicio, la deshidratación/rehidratación o por la ingesta de alcohol. Estos parámetros incluían aquellos indicativos del nivel de hidratación, composición corporal, hemato-bioquímicos, endocrino-metabólicos, inflamatorios, indicativos de daño muscular, inmunológicos y psico-cognitivos (coordinación, atención, discriminación, tiempos de percepción-reacción, campo visual). En ninguno de los parámetros analizados se ha encontrado una variación o efecto diferente de la rehidratación que incluía cerveza respecto a la que sólo incluía agua. De hecho, la ingesta de cerveza permitía recuperar las pérdidas hídricas por lo menos en la misma medida que lo hace el agua, no habiéndose podido constatar ningún parámetro que haya sufrido una alteración negativa por el consumo de cerveza. Los resultados de la presente Tesis Doctoral nos permiten concluir que el consumo moderado de cerveza (660 ml) tras la realización de ejercicio no tiene efectos negativos, ni dificulta la recuperación en personas deportistas consumidoras habituales de la misma. El agua, con respecto a la cerveza, no presenta ventajas que la haga preferible. En consecuencia, según los resultados obtenidos en la presente Tesis Doctoral, la práctica habitual de beber cerveza, en cantidad moderada, tras hacer ejercicio puede considerarse segura y eficaz en los adultos sanos que habitualmente la consumen.