Mathias Goeritz. Recuerdos de España [1940-1953]

Resumen

A veces digo que nací en 1945, cuando ya tenía 30 años" confesaría Mathias Goeritz [Danzig, 1915 - Ciudad de México, 1990]. El final de la Segunda Guerra Mundial pudo coincidir con la estancia de Goeritz en Granada, donde impartía clases de alemán, además de en Málaga, Tánger y Tetuán, contratado por la Deutsche Akademie de Munich; al tiempo que trabajaba como delegado en el Consulado alemán en Tetuán del Instituto Alemán de Cultura de Madrid. La consulta de los archivos no deja lugar a la invención. Desde Granada, viajó a Madrid y en junio de 1946 presentó por vez primera sus obras en la galería Clan de Tomás Seral y Casas. En Clan, Goeritz se puso al día de las novedades literarias, y conoció a Benjamín Palencia y Ángel Ferrant con quienes dirigió, en 1948, los tres primeros números de la colección "Artistas Nuevos". Desde que lo conoció, Ferrant quedó prendado del entusiasmo de Goeritz y le permitió romper su silencio, descubriéndole obras y artistas, y compartiendo su memoria e inquietudes, que Goeritz no dudó en hacer suyas. Mathias Goeritz, especialista hasta entonces en el arte del siglo XIX, lo aprendió todo de Ángel Ferrant sin que este apenas se diera cuenta de lo mucho que le estaba enseñando. Presentarse en nombre del maestro Ferrant era como llegar acompañado de una varita mágica, sobraban todas las explicaciones, así se lo hizo saber Llorens Artigas. Y Goeritz, utilizó la varita mágica de Ferrant para reunir a quienes habían quedado aislados al iniciarse la Guerra Civil española, en una suerte de convergencia intergeneracional en torno al arte nuevo. Esa fue, considero, su más valiosa aportación al proceso de normalización de la cultura española de posguerra. La colección "Artistas Nuevos" -que Goeritz inició en Clan y siguió a partir del cuarto número hasta el séptimo, en Palma, cuya programación inaugural 1948-1949 dirigió con Palencia y Ferrant- y el plan de creación de la Escuela de Altamira, en agosto de 1948, fueron las iniciativas más destacadas en España de Mathias Goeritz; pero no las únicas. Fue autor de numerosos textos, presentó sus pinturas en exposiciones individuales y colectivas; sus dibujos ilustraron los libros de Santos Torroella, Cirlot y Gasch; y la revista Dau al Set; mereció la atención de periódicos y revistas ávidos de proyectos e ideas; fue editor y organizador de exposiciones. Tareas que continuó realizando en Guadalajara, Jalisco, adonde llegó en octubre de 1949, para dar clases en la recién creada Escuela de Arquitectura. Y ya en México D.F., concibió y construyó el Museo Experimental El Eco, "su" particular cueva de Altamira, manifiesto de la "arquitectura emocional", que inauguró en 1953. En la historia de Mathias Goeritz en España están adheridos los recuerdos de su esposa Marianne Gast, y fragmentos de la historia de Tomás Seral y Casas, Ángel Ferrant, Benjamín Palencia, Ricardo Gullón, José Llorens Artigas, Pablo Beltrán de Heredia, Sebastián Gasch, Rafael Santos Torroella y Eduardo Westerdahl, con quienes compartió sus proyectos en España: la colección "Artistas Nuevos" y la Escuela de Altamira. Junto a los nombres citados aparecen otros no menos importantes y hasta decisivos, como Juli Ramis, Nicolás Muller, Eugenio d'Ors, Francisco Nieva y Ángel Crespo; Aguayo, Lagunas y Laguardia del grupo Pórtico de Zaragoza; Antonio Saura y Carlos Edmundo de Ory. Y Alfredo Sánchez Bella, Pablo Antonio Cuadra, Joaquín Reguera Sevilla, Abel Bonnard y Jean Mallon. Responsables de su viaje a México fueron Alejandro Rangel, Ida Rodríguez y Josefina Muriel; en Guadalajara fue decisiva su complicidad con el arquitecto Ignacio Díaz Morales, y en México D.F. con Luis Barragán. Resultado de una profunda investigación es este trabajo que hemos dado en titular Mathias Goeritz. Recuerdos de España, por ser España el lugar de la acción cuya memoria permaneció intacta en los proyectos que Goeritz realizó al menos hasta 1953.