Eleuterio Blasco Ferrer (1907-1993)

  1. PÉREZ MORENO, RUBÉN
unter der Leitung von:
  1. Concha Lomba Serrano Doktorvater/Doktormutter

Universität der Verteidigung: Universidad de Zaragoza

Fecha de defensa: 20 von März von 2014

Gericht:
  1. Gonzalo Máximo Borrás Gualis Präsident/in
  2. Ernesto Carlos Arce Oliva Sekretär/in
  3. María Soledad Álvarez Martínez Vocal
  4. Javier Pérez Segura Vocal
  5. Luis Jaime Brihuega Sierra Vocal

Art: Dissertation

Zusammenfassung

La atención que la historiografía artística ha prestado al artista aragonés Eleuterio Blasco Ferrer (1907-1993) hasta fechas muy recientes, ha sido paupérrima. La recuperación de los artistas que pasaron al exilio en la gran diáspora republicana de 1939 está siendo especialmente costosa, y sigue constituyendo este ámbito, en un discurso que queda duramente fracturado con la Guerra Civil, el que todavía requiere una atención especial, tanto en lo que se refiere a su investigación historiográfica positiva como al estudio de sus condiciones sociológicas, institucionales, ideológicas y, por supuesto, estéticas. Este trabajo de investigación ha sido planteado como un estudio monográfico de la trayectoria artística del autor nacido en Foz-Calanda, al hilo de las coordenadas histórico-biográficas, incluyendo un profuso catálogo de su producción en escultura, pintura y dibujo. Blasco es hijo artísticamente de Barcelona, donde realiza su formación artística, enlazando con esa recuperación moderna de las formas clásicas que jalona el primer tercio del siglo XX, además de estar influenciado por cierto noucentismo plástico. En la Ciudad Condal se adentra en la poética surrealista, acercándose a los círculos libertarios de la capital catalana, y desarrolla sus primeras obras en hierro, material donde centrará sus investigaciones formales en una década, la de los treinta, en la que este metal penetra en los dominios de la escultura tras la senda abierta por artistas como Picasso, Gargallo o Julio González. El artista atravesará la frontera franco-española en febrero de 1939, sufriendo el internamiento en los campos de concentración franceses y la ocupación nazi. En el país galo madurará y quedará definida una obra marcada por el idealismo, en nada ajena a las dificultades personales que le acompañaron desde su infancia, pasando por la Guerra Civil, las alambradas, la II Guerra Mundial y el definitivo exilio en París. En suelo francés gozó de una gran popularidad y estima, especialmente en los años 40 y 50, estando muy bien relacionado con el ambiente cultural de la ciudad del Sena. El paso del tiempo y la enfermedad mermarán su actividad artística. Regresará a España en 1985, falleciendo en Alcañiz ante el olvido de unos y el desconocimiento de otros. Blasco se convierte así en el principal representante del exilio artístico aragonés en el país vecino, cuyo estudio aporta distintas coordenadas para un análisis global, multiforme y proteico del exilio artístico, y los tránsitos estéticos que se producen entre la producción anterior y posterior a la Guerra Civil española.