Hegel y Foucault vida, historia y política

  1. Cadahia, Luciana
Dirigida por:
  1. Félix Duque Director/a

Universidad de defensa: Universidad Autónoma de Madrid

Fecha de defensa: 30 de marzo de 2012

Tribunal:
  1. Juan Manuel Navarro Cordón Presidente
  2. Jorge Pérez de Tudela Secretario/a
  3. Ángel Gabilondo Vocal
  4. Alberto Toscano Vocal
  5. Jacinto Rivera de Rosales Chacón Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La permanencia irreprimible de la modernidad se hace evidente en los textos de Foucault. Tan es así que hacia el final de su vida, Foucault hizo explícita la importancia de Kant, Hegel, Marx y Weber en su proyecto filosófico. Es sobre todo a partir de Kant que Foucault definió las dos tradiciones críticas en que finalmente se dividiría la filosofía. Por un lado, la analítica de la verdad, en la cual se plantea la cuestión de las condiciones que hacen posible el conocimiento verdadero. Y por otro, la ontología del presente, la cual encuentra su punto de partida en la cuestión de la Aufklärung y la Revolución. Este segundo recorrido gira en torno a la pregunta: ¿Qué es nuestra actualidad? Es decir, según Foucault, la filosofía oscilaría entre estas dos tradiciones filosóficas: una filosofía analítica de la verdad y un pensamiento crítico sobre nosotros mismos. Como todos sabemos, Foucault se ha decantado por la segunda vía, la cual, como él mismo dice, tiene a Hegel como protagonista. No obstante, y si bien encontramos mucha bibliografía sobre el vínculo entre Foucault y Kant, Marx o Weber, existe un silencio generalizado acerca del vínculo entre Hegel y Foucault. Si tenemos en cuenta que el pensamiento francés de mediados del siglo XX se caracterizó por los intentos de superar cierta filosofía hegeliana y abogar por un pensamiento de la diferencia alejado del discurso de la representación y la negatividad, resulta comprensible que el vínculo entre Hegel y Foucault haya pasado prácticamente desapercibido. Más aún si advertimos que esta exploración de la diferencia fue entendida como el imperativo de distanciarse de Hegel, lo cual podría ser comprendido como una exagerada ambición por vencer su pensamiento. Si bien encontramos la misma actitud combativa hacia el marxismo, la fenomenología de Husserl y el psicoanálisis, los vínculos con Hegel son más difíciles de precisar. Y esto es así porque pretender que la postulación de una ontología de la diferencia traería consigo una superación de la dialéctica hegeliana es algo que resulta ciertamente paradójico. Así, en esta tesis hemos propuesto considerar el vínculo con Hegel no tanto en los términos de una superación inaplazable, sino más bien como el lugar de trabajo e indagación de un problema. Esta actitud supone tomar distancia de dos presupuestos muy arraigados, los cuales han funcionado como los pilares fundamentales de los críticos de Hegel: la condena de la dialéctica como simplificación de la realidad social y el rechazo de la especulación como forma de pensamiento totalizante. 18 Si bien es cierto que los denominados -pensadores de la diferencia¿ contribuyeron a crear la ficción de que el ingreso en la nueva era de la filosofía pasaba por superar a Hegel, fueron esos mismos filósofos los que rápidamente reconocieron las dificultades de semejante empresa. Probablemente esta pretendida necesidad de ruptura con sus presupuestos básicos, constituya un primer modo de restablecer otro tipo de relación con Hegel. Frente a la disyuntiva de situar el proyecto filosófico de Foucault bien como un enfrentamiento o bien como un diálogo ininterrumpido con la tradición, en la introducción a nuestra tesis hemos sugerido considerarlo en una permanente Auseinandersetzung respecto a los filósofos de la modernidad y en especial, en relación con Hegel. Es decir, un permanente juego de acercamiento y distanciamiento que viene sugerido por los propios textos de Foucault y que, a su vez, hace explícito el silenciado vínculo entre ambos filósofos. Es a partir de este doble movimiento de acercamiento y alejamiento que hemos encarado nuestra investigación sobre el vínculo entre Hegel y Foucault. Cabe señalar que en los últimos años se han elaborado una serie de trabajos que procuran acercar a Foucault a los pensadores de la modernidad, lo cual debe ser entendido como un esfuerzo por acercar el proyecto de Foucault a la tradición filosófica. Nuestra investigación pretende contribuir a estos esfuerzos, puesto que inscribir los trabajos de Foucault con los problemas de la tradición filosófica permite apreciar la originalidad con la que el filósofo, en su aproximación a los problemas, abrió nuevos espacios de pensamiento. Por tanto, pensar a Foucault con Hegel es una manera de resituar sus trabajos en el terreno de la filosofía, una vía para establecer una serie de conexiones entre los problemas filosóficos que cada uno plantea, pero también es una forma de pensar la relación de la filosofía consigo misma; una decisión de ruptura con determinado modo de leer esa tradición en la que Hegel y Foucault aparecen como figuras antagónicas, un ejercicio de desentrañamiento de la superficie de ese antagonismo, junto con la posibilidad de visibilizar una serie de conexiones que antes no estaban presentes. En su texto ¿Qué es la Ilustración? Foucault hace explícito que, por un lado, es el acercamiento de la filosofía al acontecimiento histórico de la revolución lo que determina una determinada praxis filosófica y, por otro, que es Hegel el primero en 19 darle forma a esta ontología del presente. Podríamos decir que Foucault continúa a Hegel en un aspecto fundamental, esto es, en la necesidad de mantener un vínculo entre la filosofía y la historia. En nuestra tesis hemos propuesto, pues, una clave interpretativa de doble circulación: pensar a Hegel a través de Foucault y pensar a Foucault a través de Hegel. Propuesta que no se limitó a un mero ejercicio de comparación, sino que trató de reactivar un modo de pensar y practicar la filosofía en relación con la vida, la historia y la política. Si bien la distancia que separa a un pensador del otro podría ser usada como un argumento para desestimar esta propuesta, no obstante, es la distancia entre uno y otro lo que justamente vuelve interesante el desafío. A lo largo de la tesis mostramos que Hegel y Foucault, en muchas ocasiones, reflexionaron sobre los mismos problemas, tales como la emergencia de un poder sobre la vida, el acontecimiento de la Revolución Francesa, el rol del derecho y las instituciones, etc. Y es justamente la distancia histórica entre uno y otro filósofo, lo que vuelve interesante una comparación entre ambos. Hemos tratado de mostrar cómo estas dos filosofías se funden en un mismo campo de inquietudes filosóficas y la afinidad de ambas radica en concebir la historia como el punto de partida irrenunciable para practicar la filosofía. Con Foucault y contra Hegel establecimos una cierta desconfianza concerniente a la inevitable realización de la libertad en la historia. Con Hegel y contra Foucault conservamos cierta convicción sobre la importancia de pensar la naturaleza de las instituciones como lugar de ejercicio de la libertad. Con Hegel y Foucault concebimos la historia como punto de partida para la filosofía. Para establecer estas conexiones entre ambos filósofos ha sido necesario tomar algunas decisiones metodológicas. Lo primero que tuvimos que definir fue el modo de relacionar los problemas filosóficos planteados por cada filósofo. En vez de otorgarle mayor importancia al contexto histórico en el que el filósofo vivió, preferimos un planteamiento de carácter más sistemático. Así, nos distanciamos de los ejercicios historiográficos que se limitan a describir -el contexto histórico¿, puesto que todo -contexto¿, lejos de ser ese elemento tranquilizador que garantiza el gran relato de la tradición filosófica, es en realidad un campo de batalla, en el que detrás del manto de objetividad tiene lugar una lucha constante por instaurar la lectura de la tradición y las 20 claves para orientarnos en nuestro presente. Por eso, no cuestionar la manera en que se configura el contexto histórico puede llevar a la tentación de concebir la rigurosidad filosófica como la capacidad de reproducir fielmente el lugar de enunciación del filósofo, pero esta actitud determina de antemano los lentes con los cuales se acerca uno al filósofo y no hace más que confirmar en su pro-grama filosófico aquello que se presuponía al comienzo de la investigación. En nuestro caso hemos preferido trabajar a Hegel y Foucault como -campos de problemas¿ para pensar nuestra actualidad. Por -campos de problemas¿ entendemos la necesidad de convertir en un problema filosófico el modo en que nos acercamos a un filósofo, distanciándonos de ciertas representaciones abstractas que obstaculizan la dimensión filosófica de sus teorías. Consideramos que este modo de proceder responde a la actitud filosófica en la que tanto Hegel y Foucault han insistido. En casi todos los capítulos de nuestra tesis hemos intentado dejar en claro que tratar a estos filósofos como campos de problemas no implica des-historizarlos, sino tomar distancia de la idea de historia lineal y sucesiva con la que se los ha considerado y ver qué sucede con su pensamiento cuando nos acercamos a ella desde otros interrogantes filosóficos relativos a la historia; interrogantes que, en este caso, han sido planteados por los propios filósofos, Hegel y Foucault. A ese respecto, uno de los problemas más importantes que está presente en las discusiones filosóficas contemporáneas versa sobre la posibilidad de llegar a pensar el fenómeno de la biopolítica, esto es, de qué manera la vida se ha convertido en objeto de la política en la historia de los hombres. Aquí cabe preguntarse ¿cómo han incidido los trayectos filosóficos de Hegel y Foucault para tratar filosóficamente el problema de la vida, la política y la historia? En alguna medida lo que hoy se nos ofrece como problemas filosóficos están determinados por lo que estos filósofos han pensado. Por tanto, ¿en qué medida un recorrido por estos pensadores nos ayuda a matizar ciertos enfoques desde los que se asume de un modo autoevidente el problema de la biopolítica y pensar desde otro ángulo el problema de la relación entre la vida, la política y la historia? Para tratar de responder estos interrogantes, hemos divido la investigación en tres capítulos: Vida, Política e Historia. La elección de esta división responde al hecho de que cada uno de estos temas nos ha permitido establecer un vínculo entre los dos pensadores. La prioridad otorgada a uno de los campos sobre los otros dos en cada 21 capítulo tiene que ver con la elección del punto de partida para llevar a cabo nuestro estudio. La investigación sobre cada uno de estos campos han sido tres formas de desplegar la reflexión filosófica. Es decir, la vida, la historia y la política han estado presentes en cada uno de los capítulos, pero solamente uno de ellos ha determinado la manera de plantear los problemas.