Convivencia en pareja, trabajo e inmigración al comenzar el siglo XXI

  1. Garrido Medina, Luis Javier
Revista:
Economistas

ISSN: 0212-4386

Año de publicación: 2008

Título del ejemplar: Economía de las familias

Año: 26

Número: 117

Páginas: 30-43

Tipo: Artículo

Otras publicaciones en: Economistas

Resumen

La presencia de la pareja como forma de convivencia mayoritaria se mantiene vigente y relativamente estable durante el inicio del siglo XXI. La tasa general de emparejamiento de las españolas aumenta dos puntos a pesar de que, en las edades claves para la reproducción, disminuye en una proporción semejante. Estas diferencias son producto en buena parte de utilizar una visión transversal, ya que el seguimiento longitudinal de las cohortes durante estos ocho años pone de relieve una más que notable estabilidad de las trayectorias de la fase de emparejamiento de los españoles de cada sexo con un ligero aumento (o adelanto) entre las mujeres más jóvenes, Sólo se puede destacar el relativo desemparejamiento de las mujeres adultas y de los varones maduros debidos en buena parte a las posteriores rupturas matrimoniales. Debido a la mayor propensión a emparejarse de los varones, y a que el ser mayores que sus parejas (unido a su más temprana mortalidad) hace que suelan morir antes, el emparejamiento femenino ocupa una parte más larga de su biografía. El asunto más destacable es el decisivo aumento de la tasa de empleo de las españolas jóvenes y adultas que conviven en pareja. A ello se añade la mejoría de los puestos que ocupan en la estructura ocupacional. Y ambos procesos se aprecian tanto desde la perspectiva trasversal como longitudinal. Desde esta última se han comparado las estructuras ocupacionales de las españolas que conviven con su pareja al pasar de los 24-39 años de edad en el año 2000 a los 32-47 años en 2008. Se observa una clara mejoría de su estructura ocupacional, que no es atribuible a cambios generales en la totalidad de las que recorren esos años la misma fase vital. La comparación en 2008 con las no emparejadas (que están mejor que las emparejadas) y con el conjunto de las inmigrantes ponen en evidencia que la presencia de estas últimas ha posibilitado la mejoría de todas las españolas y en mayor medida la de las emparejadas.