Estudio de la eficacia de un tratamiento psicológico breve en la disminución de la sensibilidad a la ansiedad en pacientes con trastorno de pánico

  1. Amodeo Escribano, Susana
Dirigida por:
  1. Juan José Carballo Belloso Director
  2. Enrique Baca García Director/a

Universidad de defensa: Universidad Autónoma de Madrid

Fecha de defensa: 05 de marzo de 2018

Tribunal:
  1. Laura Muñoz Lorenzo Presidenta
  2. Juncal Sevilla Vicente Secretario/a
  3. Mónica Jiménez Giménez Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El trastorno de pánico se define como un trastorno en el que los ataques de pánico presentan de forma inesperada y recurrente y al menos uno de ellos va seguido de un mínimo de un mes de inquietud o preocupación persistente por la aparición de nuevas crisis o sus consecuencias, y/o por un cambio significativo y desadaptativo en el comportamiento que se relaciona con los ataques de pánico. El ataque de pánico se describe como la aparición súbita de miedo y/o malestar intensos que alcanza su máxima expresión en minutos y han de presentarse al menos cuatro de los trece síntomas fisiológicos y cognitivos descritos (APA, 2013). En términos generales se estima la prevalencia anual en Estados Unidos y varios países europeos en torno al 2-3% en los adultos y adolescentes (APA, 2013). El trastorno de pánico conlleva un alto grado de deterioro de la calidad de vida e insatisfacción (Comer et al., 2011; Barrera y Norton, 2009), mayor probabilidad de intentos de suicidio y suicidio consumado (Nepon et al., 2010), aumento de disfunción cognitiva y emocional (Deckersbach et al., 2011), así como con costes económicos y sociales sustanciales (Batelaan et al., 2007; de Graaf, Tuithof y van Dorsselaer 2012). La terapia cognitivo-conductual ha sido ampliamente estudiada y es un tratamiento psicológico eficaz para el trastorno de pánico (Hoffart et al., 2016; Kaczkurkin y Foa, 2015; Porter y Chambless, 2015; Sanchez-Meca et al., 2010; Arch y Craske, 2009; Hoffmann y Smits, 2008). La duración promedio del tratamiento es de 12 a 15 sesiones, pero incluso los tratamientos más breves han demostrado ser eficaces siempre que estos tratamientos mantengan los elementos centrales de la intervención estándar (Taylor, Jakubovski y Bloch, 2015). Las dos formas principales de terapia cognitivo conductual desarrolladas para el trastorno de pánico han sido el tratamiento de control de pánico del grupo de Barlow (Barlow y Cerny, 1998; Barlow y Craske, 2000) y la terapia cognitiva del grupo de Clark (Clark y Salkovskis, 1989). Ambos tratamientos incluyen los componentes de psicoeducación acerca del pánico, reestructuración cognitiva, la exposición a las sensaciones corporales interoceptivas temidas y exposición en vivo a situaciones temidas, pero dando mayor peso a la exposición el grupo de Barlow y al componente cognitivo el grupo de Clark. Aunque el tratamiento para el trastorno de pánico ha demostrado un éxito significativo, hay mucho margen de mejora, las tasas de respuesta inadecuada al tratamiento (Smits et al., 2012; Frentz et al., 2014; Gloster et al., 2015; Bandelow y Rüther, 2004) y la necesidad de tratamiento adicional permanecen altas (Arch, Wolitzky-Taylor, Eifert, y Craske, 2012; Casey et al., 2004; Bandelow y Rüther, 2004; Smits et al., 2012, Frentz et al., 2014; Landon y Barlow, 2004; Smits et al., 2012, Frentz et al., 2014). Por lo tanto, sigue habiendo una clara necesidad de nuevas estrategias terapéuticas, combinaciones de las ya existentes o bien, personalizar el tratamiento según las características del paciente, para aumentar las tasas de respuesta al tratamiento, especialmente entre pacientes refractarios. Si bien hay muchos tratamientos cognitivo-conductuales bien establecidos para los trastornos de ansiedad y el pánico, la investigación centrada en la mejora de los factores de riesgo permanece aún en una etapa incipiente (Feldner, Zvolensky y Schmidt, 2004; Schmidt et al., 2007; Schmidt y Keough, 2010). En los últimos años se ha ido abriendo paso el interés por el estudio de los factores de riesgo para el pánico así como el desarrollo de intervenciones eficaces para el tratamiento de los mismos (Zvolensky, Schmidt, Bernstein y Keough, 2006). En el caso del trastorno de pánico, se sabe que un factor de riesgo cognitivo es la sensibilidad a la ansiedad y que es una variable de diferencias individuales bien establecida que refleja una tendencia estable a temer las sensaciones corporales asociadas con la excitación ansiosa (Reiss y McNally, 1985). Por otro lado, pese a contar con un gran número de estudios dónde se demuestra la eficacia de las terapias cognitivo-conductuales para el pánico, estos se basan en paquetes terapéuticos que constan habitualmente de unas 12-15 sesiones (Taylor, Jakubovski y Bloch, 2015). Recientemente han adquirido especial énfasis los estudios de programas de tratamiento mas breves y fácilmente aplicables en los servicios de Salud Mental a los que puedan acceder un mayor número de pacientes (Deacon y Abramowitz, 2006; McHugth, Smits y Otto, 2009; Keough y Schmidt, 2014). Hasta la fecha, la mayor intervención centrada en la reducción de la sensibilidad a la ansiedad se ha llevado a cabo por Schmidt et al. (2007) y Schmidt y Keough (2010). Ha sido realizada sobre individuos no clínicos con alto índice de sensibilidad a la ansiedad mediante los programas ASAT (Anxiety Sensitivity Amelioration Training) y el protocolo revisado ASERT (Anxiety Sensitivity Education and Reduction Training), consiguiéndose una reducción de la sensibilidad a la ansiedad cercana del 60% en un mes de seguimiento comparado con un grupo control (Keough y Schmidt, 2012; Schmidt et al., 2014). En nuestro país no contamos con estudios dónde se evalúe la eficacia de tratamientos breves que tengan cómo diana terapéutica la disminución de la sensibilidad a la ansiedad aplicados en el entorno de un Centro de Salud Mental, sobre muestras clínicas. El presente estudio tuvo como objetivo evaluar la eficacia en la disminución de la sensibilidad a la ansiedad de un tratamiento breve (una sesión) con dos componentes (psicoeducación y exposición interoceptiva) en pacientes con trastorno de pánico con o sin agorafobia. Para ello se realizó un diseño cuasi-experimental de dos grupos de pacientes adultos (edad 18-65 años) del Centro de Salud Mental de Pontones (Madrid) con trastorno de pánico. El grupo experimental lo formaron 37 pacientes y el grupo control 39, con medidas pre, postratamiento y de seguimiento al mes y a los tres meses tras el tratamiento, a los cuales, al grupo experimental se le aplicó un tratamiento basado en psicoeducación y exposición interoceptiva y al grupo control, un tratamiento-placebo basado en psicoeducación general para la salud. A los pacientes se les administró en cada momento de la evaluación el Índice de Sensibilidad a la Ansiedad que evalúa el miedo a los síntomas fisiológicos, cognitivos y sociales de la ansiedad; la subescala Rasgo del Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo que evalúa un factor que comprendería las diferencias individuales, relativamente estables, para responder ante situaciones percibidas como amenazantes con un aumento en la ansiedad (ansiedad rasgo) y la Escala de Inadaptación que evalúa en qué medida el trastorno de pánico afecta a diferentes áreas de la vida cotidiana del sujeto como trabajo, vida social, tiempo libre, relación de pareja y convivencia familiar, junto con una valoración global Los resultados indicaron que el tratamiento basado el psicoeducación para el pánico y exposición interoceptiva disminuyó significativamente los niveles de sensibilidad a la ansiedad así como la interferencia que el trastorno de pánico producía en la vida de los sujetos, efectos, ambos, que el tratamiento-placebo no logró. Se observó también que el tratamiento experimental, así como el control-placebo, no lograron cambios significativos en la variable ansiedad-rasgo. Los cambios observados aumentaron en el seguimiento. Se puede concluir que el tratamiento compuesto por psicoeducación para el pánico y exposición interoceptiva se muestra eficaz para disminuir la sensibilidad a la ansiedad y el grado de interferencia que el trastorno de pánico produce en la vida de los pacientes y que el tamaño del efecto del tratamiento es grande y se incrementa con el paso del tiempo. La sensibilidad a la ansiedad cómo diátesis cognitiva para el trastorno de pánico se ha mostrado como una diana terapéutica maleable en los pacientes con trastorno de pánico. Sin embargo, el tratamiento experimental no se ha mostrado eficaz para disminuir la variable ansiedad-rasgo.