El problema de la cantidad continuaImmanuel Kant y Francisco Suárez

  1. Jiménez, Alba
Revista:
Pensamiento: Revista de investigación e Información filosófica

ISSN: 0031-4749 2386-5822

Año de publicación: 2013

Título del ejemplar: Ciencia, filosofía y religión. Serie especial nº 6

Volumen: 69

Número: 261

Páginas: 1001-1018

Tipo: Artículo

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Referencias bibliográficas

  • En la séptima disputatio, Suárez define la distinción real como aquella que permite diferenciar una cosa de otra-aunque estén unidas entre sí, como en el caso de la cantidad y la sustancia-. La distinción puede ser de razón, acogiendo a su vez una doble modalidad, ya se trate de las distinciones de razón raciocinante entendidas como un mero producto de la actividad del entendimiento o de distinciones de razón razonadas donde el entendimiento opera sólo como ratio cognoscendi de la distinción, teniendo esta su fundamento ultimo en la cosa misma. En el contexte de la comparación que se propone con algunos planteamientos kantianos vaya una breve mención al horizonte ya abierto por Duns Escoto a partir de la idea de distinción formal con la que Suárez acaba aqul su clasificación: «⋯ La principal dificultad que subsiste es si, además de estas dos clases de distinción, se debe admitir otra que sea como intermedia» (SUÁREZ, F.: Disputaciones Metafísicas, trad, de S. RABADE, S. CABALLERO y A. PUICGERVER, Madrid: Gredos, 1960-1966, p. 15). Frente al paradigma de la abstracción presente en la traditión aristotélico-tomista, la idea de distinctio actualiter formaliter ex natura rei, el fortalecimiento del papel de la intuitión en el conocimiento o la conceptión del Doctor Sutil sobre la adecuación entre las formas y los entes participa sin duda del modo matemático de pensar que fundamenta la filosoffa kantiana y que se hace particularmente visible en su conception del esquema trascendental que, como la distinción formal, constituida como tertia entre la distinción real y la distinción de razón, se define justamente por su estatuto intermedio entre los conceptos puros del entendimiento y los fenómenos. Dicho elemento mediador tiene por cierto en Suárez-segun se expresa en su Defensio fidei contra catholicae anglicanae sectae errores en respuesta al juramento de fidelidad que Jacobo I de Inglaterra quiso imponer a sus sübditos tras la fallida Conjura de la Pólvorasu propia traduction en el ámbito practice donde el pueblo opera como bisagra transfiriendo el poder politico emanado de Dios libre y autónomamente (aquf las bases del contractualismo) a los reyes y soberanos.
  • Esta extraña injerencia del principio rector de la lógica formal en el orden de la lógica trascendental aparece enunciado con mayor concreción en Lógica Jäsche, junto al principio de razón suficiente y al principio de tercio excluso como el criterio de la verdad formai en la lógica. El principio de no contradicción nos situaría en el ámbito de la posibilidad lógica, el de razón suficiente en el de la realidad lógica y el de tercio excluso en el de necesidad lógica. Asimismo, el principio de identidad vendría vinculado a los juicios problemáticos, el principio de razón suficiente a los asertóricos y el de tercio excluso a los apodícticos. Vid. KANT, I., Lógica. Un manual de lecciones, trad, de M. J. VAZQUEZ, Madrid: Akal, 2000, pp. 112-113.
  • El estatuto del principio de no contradicción es, al decir de Kant, de carácter meramente regulativo (KANT, I.: Metafísica Donna, trad. M. CAIMI, Salamanca: Sígueme, 2006, p. 26).
  • Respecto a otras formulaciones del principio presentes en los manuales de lógica de la época de Kant valga como ejemplo la definición de Wolff en el § 28 de la Ontologla: «Es kann nicht geschehen, da dasselbe zugleich ist und nicht ist, oder, was ebenso gilt, wenn A B ist, ist es falsch, daß dasselbe A nicht B ist, ob nun A ein Seiendes bezeichnet, das absolut betrachtet wird, oder eines, das als unter einer gegebenen Bedingung stehend angesehen wird». WOLFF, CH., Erste philosophie oder Ontologie, trad, de D. EFFERTZ, Hamburg: Felix Meiner, 2005.
  • ARISTÓTELES, Met. 996b-25: («es imposible ser y no ser al mismo tiempo⋯») sin embargo, en las lecciones de metaflsica, Kant advierte la dependencia entre el principio de no contradicción y el concepto de tiempo como un vínculo necesario. KANT I., Met. Dohna, ibídem, p. 39.
  • KANT, I., Lógica, trad, de J. M. VÁZQUEZ, Madrid: Akal, 2000, p.121.
  • Puede encontrarse un estudio exhaustivo de las categorías de cantidad en MEIER, A., Kant's Qualitätskategorien, Berlin: Pan-Verlag, Kurt-Mezner.
  • HEIDEGGER, M., La pregunta por la cosa. La doctrina kantiana de los principios trascendentaîes, trad, de E. G. BELSUNCE y Z. SZANKY, Barcelona: Orbis, 1975, p. 167.
  • TORRETTI, R., Kant. Estudio sobre los fundamentos de la filosofia crítica, Buenos Aires: Charcas, 1980, pp. 440-441.
  • KANT I., Metafisica. Dohna, op. cit, p. 49.
  • La definición de magnitud del Opus Postumum y su apelación a la idea de repetición-más propia de un agregado que de una coalición-también aparece vinculada a la definición de magnitud extensiva: «Magnitud es la determinación de un objeto, según la cual es representada como posible la aprehensión de la intuición de ese objeto solamente por la posición repetida de una misma cosa». Y el teorema que sigue a esta definición reza: «Todos los objetos de los sentidos tiene magnitud extensiva. En cuanto que sólo en el espacio y el tiempo puede ser intuido lo multiple de los objetos, aquéllos son cognoscibles sólo como magnitudes» [KANT, I., Transción de los principios metafisicos de la ciencia natural a la fisica (Opus Postumum). F. Duque (ed.), Barcelona: Anthropos, 1991, pp. 78-79].
  • KANT. I., La transitión de los principios metafísicos de la ciencia natural a la física. (Opus Postumum), op. cit, p.98 y p. 81 respectivamente: «La cantidad de materia no puede estar determinada por el solo contenido espacial (volumen) de ésta (⋯) No sólo se debería preguntar cuánto espacio ocupa, sino en qué grado». O en la definición de cualidad: «Es aquella determinatión interna de una cosa, por la cual ésta puede ser distinguida, en cuanto unidad, de otras. Se opone a la magnitud, que es la determinación interna de una cosa, según la cual ésta puede ser distinguida, en cuanto pluralidad, de otras. Pero pluralidad es la determinación de una cosa que, justamente tampoco puede ser explicada como unidad. La cualidad de una cosa que distingue a ésta, en cuanto que algo, de la mera forma es la realidad, y le corresponde la sensació n».
  • KANT. I., La transitión de los printipiosmetafísicos de la ciencia natural a la física. (Opus Postumum), op. cit, p.78.
  • PEIRCE, C. S., «La ley de la mente», en Charles S. Peirce. El hornbre, un signo (El pragmatisme) de Parce), trad, de J. VERICAT, Barcelona: Crftica, 1988, p. 247.
  • El problema de la constitution de las partes simples en los compuestos extensos llega a un grado de problematicidad extremo en la negatión de la extensión propuesta por Pierre Bayle en la entrada de su diccionario sobre Zenón. Si la extensión existe, apunta Bayle, debe estar compuesta de puntos, átomos o elementos inftnitamente divisibles. Como cualquieras de estas tres posibilidades es autocontradictoria, la extensión, concluye Bayle, no existe. Cf. BAYLE, P., Dictionnaire Historique et Critique Vol. XV, Slatkine, Genève, 1969.