Las religiones políticaspresupuestos filosóficos-teológicos de la escatología secular en la modernidad

  1. Gallego Pérez de Sevilla, Francisco de Borja
Dirigida por:
  1. José Luis Muñoz de Baena Simón Director/a
  2. Consuelo Martínez-Sicluna Sepúlveda Directora

Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Fecha de defensa: 21 de octubre de 2020

Tribunal:
  1. Mauricio Beuchot Presidente/a
  2. Ana Llano Torres Secretaria
  3. Juan Antonio Gómez García Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

1. Pertinencia de la investigación La siguiente tesis doctoral surge de la necesidad de dedicar un estudio pormenorizado del fenómeno de las religiones políticas. Un concepto que, si bien es transversal al mundo del pensamiento filosófico-político, exige ser tratado con la debida profundidad y detenimiento pues, todavía hoy, la literatura y la investigación disponibles sobre el mismo se antojan cuanto menos insuficientes. Es por esto que, considerando la enjundia y la trascendencia del tema, este proyecto de investigación tiene por objeto tanto en el análisis de las causas filosófico-teológicas del surgimiento de las religiones políticas, como su posterior desarrollo y presupuestos teóricos. Con ello se pretende, finalmente, dar visibilidad al concepto, especialmente en el contexto de una sociedad post-secular y de un mundo globalizado, ofreciendo con ello un enfoque original, pero sobre todo una herramienta de trabajo útil para futuras aproximaciones a este campo de investigación. Con ello el lector podrá, esperemos, verse capacitado para acercarse con mayor entendimiento a la cuestión central de las religiones políticas en el mundo secularizado. A lo largo de estas páginas, se analizarán las causas por las cuales lo religioso fue conteniéndose en el ámbito privado y con ello apartándose de la esfera pública, desapareciendo aquel bien trascendente y sobrenatural que otrora impregnaba de una ulterior significación a los fines de lo político, para ser finalmente reemplazado por uno inmanente y naturalista. Este nuevo orden político, de suyo artificial, exigirá también, como se estudiará a lo largo de las páginas de esta obra, una categoría antropológica que asuma los mitos revolucionarios de la ideología, heredera de la tradición voluntarista. 2. Metodología La metodología de trabajo empleada ha sido la siguiente: Se ha dividido la investigación en tres grandes bloques o partes bien diferenciadas. Cada parte está a su vez dividida y subdividida en distintos epígrafes y sub-epígrafes: -Primera Parte: Marco Teórico-Conceptual. La transición del orden filosófico-jurídico Medieval al subjetivismo moderno. Objetivos: Ofrecer un marco teórico conceptual explicativo de las principales transformaciones y desplazamientos intelectuales y filosóficos que dan lugar a la apertura subjetivista de la Modernidad. Método: Aclaración de conceptos pre-políticos: orden jurídico, poder político, ley, justicia y legislación. Explicación de las principales operaciones modernas: distinciones ex natura rei e imputación extrínseca. Explicación de los principales fundamentos filosóficos modernos: abstracción, autonomía y absolutización. Aproximación a la teoría del derecho divino de los reyes. Resultados: Síntesis y análisis de las consecuencias del pensamiento moderno e introducción al surgimiento, vía voluntarismo, de las religiones políticas: 1- Las estructuras de pensamiento escotista-nominalista constituyen la principal fundamentación del desarrollo del subjetivismo voluntarista posterior, llegando a informar incluso los desplazamientos intelectuales de la post- modernidad. Porque, si bien es cierto que donde el escotismo separa el nominalismo disuelve, la polémica interrelación entre estas dos operaciones aparentemente contrapuestas – formalización-disolución- constituye también la principal aporía intelectual de la Modernidad, ejemplarmente definida por la subsunción de la teóricamente libérrima voluntad del sujeto bajo el poder insondable del Estado, el dios mortal definido por su propia capacidad de auto-limitación. Esto, a la postre y como ya sabemos, redunda en un poder ilimitado que toma el nombre de soberanía, el gran invento moderno para la aplicación extraordinaria del derecho sobre el orden ordinario de las cosas sin necesidad de recurrir a una voluntad de origen divino que la justifique. 2- La autorreferencia de la Modernidad es también la causa remota del tipo de pensamiento totalitario que posteriormente habrían de asumir las ideologías. Así, la voluntad, causa eficiente de la Modernidad, puede imputar discrecionalmente nuevas categorías ontológicas del ser permitiendo en última instancia la concepción de una antropología inmanente asociada generalmente al mito del “hombre nuevo”. El surgimiento múltiples comprensiones del ser, siempre subjetivas, siempre relativas a un orden cerrado sobre sí mismo, fragmenta definitivamente el plano de lo real en contraposición al orden objetivo de la Edad Media. Así, del Derecho deviene legislación y normatividad; lo político, política burocrática y técnica; y el sujeto una abstracción resuelta en la equivocidad, pues niega su relación con el orden inmutable de la naturaleza, así como el nuevo orden artificial de lo político también prescinde de un análisis lógico o previo de la misma, aunque trata de imitarla, formalizándola racional y matemáticamente. Esto en esencia liquida la natural tendencia humana hacia lo social a favor de atribuciones formales en las que solo prima la potencia o la posibilidad en detrimento del acto, cuya postergación filosófica se hará todavía más evidente en la reducción inmanente del orden del ser. 3- Las distinciones escotistas ex natura rei constituyen el anticipo de la separación que la posterior teología protestante haría entre cuerpo (materia) y alma (forma), de tal manera que ambos se entiendan como dos entidades independientes, completamente distintas entre sí, no solo en el momento de la creación. De este modo es posible disponer de la salvación del cuerpo sin perjuicio de la moral espiritual del alma, puesto que la moral no opera sino como pura norma ética. Así surge un tipo de religión resuelta en la subsunción de ambas formalizaciones bajo la discrecionalidad y el reduccionismo del poder político. Lo humano-material se religa por lo tanto con el orden temporal, disolviéndose en lo político a través de la voluntad de los cuerpos; y lo formal- espiritual, abstraído de su meta sobrenatural, a través de la voluntad de las almas, cuya salvación no obedece ya a la directio de la Iglesia sino del Estado. -Segunda Parte: Desarrollo de contenido. El cerramiento intramundano de lo político y la inmanentización del orden metafísico del ser: el surgimiento de las religiones políticas. Objetivos: Ofrecer una exposición del surgimiento del fenómeno de las religiones políticas, su posterior desarrollo en los totalitarismos y en la confección de la idea de un hombre nuevo. Establecer una solución hermenéutico- jurídica. Método: Aclaración de conceptos previos: secular, secularismo, secularización, religión, trascendencia, inmanencia, escatología, historia y salvación. Análisis y explicación de los principales precedentes filosófico-políticos y la formación de las primeras comunidades revolucionarias. Análisis del hombre nuevo: concepto, desarrollo y diferentes tipologías antropológicas. Análisis de la política total: los totalitarismos, el concepto de masa, la violencia, el nacionalismo y la estatolatría. Análisis de la paradoja entre equivocismo y univocismo. Explicación del método hermenéutico-analógico y confrontación del mismo con las religiones políticas. Resultados: Establecimiento, a partir de sus principales elementos y rasgos definitorios, de una definición precisa de religiones políticas: Expresiones de culto secular hacia la promesa escatológica de una salvación acontecida en el tiempo terrestre, e inscritas en una fe emocional que mitifica logos inmanente de lo político y disuelve la relación metafísica entre el individuo y el más allá al proporcionarle un fin existencial con pretensión de eternidad en la palingenesia ideológica del progreso científico, así como en la proclamación de un paradigma antropológico autorreferente que reduce el orden del ser a la voluntad individual como centro de imputación de la naturaleza humana. -Tercera Parte: Exposición. La disolución en la nada: la extinción de los fundamentos últimos del mundo Objetivos: Explicar las consecuencias del voluntarismo en su deriva nihilista de la post-modernidad y la evolución de las religiones políticas en un sistema democrático liberal- capitalista. Método: Análisis del carácter mimético de las religiones políticas y del Estado: violencia fundacional, crisis mimética, tolerancia. Explicación de la teoría del Estado como katéchon político. Análisis de la idea del mal como concepto meta- político y del trasunto del pecado secularizado en el mundo. Explicación de la herencia teológica de la corrección política. Análisis filosófico del sistema liberal-capitalista desde el punto de vista de la diferencia y el igualitarismo. Análisis del relato político desde el punto de vista de las minorías y el derecho subjetivo. Resultados: Análisis y explicación de la disolución nihilista en la postmodernidad: el nihilismo resulta de la aplicación del capitalismo al sentido radical de la vida corpórea: en su intento por sacralizar la vida y la salud, reduce la existencia a la mera atribución biológica sin perjuicio de que ésta haya sido separada definitivamente de la naturaleza en tanto inmutable, ofreciendo a cambio el principio de eficiencia de la voluntad sobre esa misma existencia. Este sustituye la esperanza en la bienaventuranza eterna por el apego consumista sobre el cuerpo y sobre el mundo, rechazando así la muerte pero, paradójicamente, rindiendo secreto homenaje a la misma. 3. Aportaciones Hasta ahora, este proyecto de investigación ha contribuido al campo de estudio con las siguientes aportaciones originales: a) Desarrollo y conceptualización de las religiones políticas desde el estudio del voluntarismo y el subjetivismo, con especial atención a las operaciones escotistas y nominalistas y su influencia tanto en la Modernidad como en la postmodernidad. b) Desarrollo y conceptualización de la cuestión escatológico-política de las religiones políticas con especial atención al elemento soteriológico-redentor. c) Tipificación de las diferentes categorías antropológicas del hombre nuevo, basada en diferentes criterios metodológicos y con especial atención a sus diferentes aspectos definitorios. d) Desglose y definición del concepto de religiones políticas e) Aplicación de la problemática al contexto actual postmoderno y globalizado en su deriva nihilista Por último, se han establecido, a modo de corolario, las siguientes conclusiones finales: -Corolario: Apocalipsis. Fin y revelación de lo político. Establecimiento de tres momentos fundacionales; entendiéndose así esenciales para el surgimiento y posterior desarrollo del fenómeno que es objeto de este estudio: -Momento Fundacional 1 Corresponde a una fase temprana de la Modernidad y de la secularización, momento en el que se comenzaron a articular las primeras comunidades revolucionarias de santos calvinistas y donde la política ideológica empezó a fraguarse con fines escatológicos que debían ser resueltos por medios terrenales, teniendo como fin último la instauración del Reino de Dios en la tierra. -Momento Fundacional 2 Obedece a una fase avanzada de la Modernidad, teniendo como punto de partida la Revolución Francesa y el asalto ideológico, el cual vino a invertir las categorías universales que aun sobrevivían con el antiguo régimen, transfiriendo la sacralidad del mismo a la abstracción de la voluntad general. La revolución consolidaba también el triunfo del hombre nuevo como protagonista definitivo de la construcción nominalista de la utopía, el desiderátum escatológico- secular de las religiones políticas por antonomasia. Esto no dejaba de suponer en cierta medida un regreso caprichoso a una nueva forma de paganismo idealizado, dominada no obstante por una visión cientificista de la historia y una exégesis mecanicista del progreso y del futuro. -Momento Fundacional 3 Coincide con la proclamación de la muerte de Dios como liberación definitiva de todo condicionamiento moral y ontológico anterior, así como el triunfo final del voluntarismo sobre la naturaleza. El superhombre surgido de relato sobre el óbito divino se desprende así de toda fijación a una existencia previa o ulterior, sacralizando la vida terrenal y mitificando categorías como la raza o la juventud, abstracciones propias del pensamiento total. A su vez, a estos tres momentos han sido asociados con los diferentes eones o períodos que marcan el cambio de paradigma. A continuación, se han identificado grandes indicadores que anuncian las tres grandes revelaciones que comportan el fin de lo político: -El fin de lo soberanía: Constituye la primera de las tres grandes revelaciones apocalípticas que anuncian el fin de lo político, ya que al derogar incluso el sentido de la decisión y por ende de la voluntad, desaparece pues la esencia de la soberanía. Podría argumentarse entonces, si la supra- estatalidad, más que intensificar el poder del Estado, lo destruye; siendo el nihilismo al mismo tiempo causa y efecto de este fenómeno del fin de lo político. Pues, por un lado, establece las coordenadas filosóficas para sacralizar el poder de la voluntad como causa eficiente sobre el orden jurídico ordinario que deviene excepcional, transformando veleidosamente la realidad; de ahí que la política adquiera ese carácter milagroso en tanto aplicación teológica de la gracia como instrumento decisivo para la intervención providencial sobre la norma jurídica. Pero, por otro, parece tender a democratizar este fenómeno bajo la nueva concepción universalista de la política internacional, en la que el Estado pasa a formar parte de una suerte de imperio secular, abandonado su característica particularidad a favor de una cada vez más borrosa e indefinida forma de soberanía global. Esta no es otra cosa ya que el retrato de la voluntad del individuo en el ejercicio supremo del derecho subjetivo, cuya absoluta indeterminación es causa y a la vez efecto de la crisis de la actual soberanía del Estado. -El fin del tiempo Esta es la segunda gran revelación apocalíptica sobre el fin de lo político que descubre el inextricable nihilismo en la reducción del tiempo a la concreción del presente. La fijación por el presente se materializa en las instituciones y en la jerarquía política del Estado a través del principio teológico-voluntarista de la excepcionalidad como milagro político. Esta lógica eficientista que define la no versa pues sobre aquello que sucederá, sino siempre y exclusivamente sobre aquello que está sucediendo. Porque en su apego por el presente, el nihilismo que subyace a esta apoliticidad no sólo rechaza todo aquello que sea anterior, tanto en el plano natural –naturaleza previa-, como sobrenatural –existencia antes de la subsistencia-; sino que del mismo modo rechaza todo lo futuro, también desde el plano natural –bien común-, como en el sobrenatural –meta escatológica ulterior-. En este sentido, el nihilismo conlleva la liquidación de lo político en todas sus formas, pasadas y futuras, restando exclusivamente la teología política del presente. -El fin de lo humano Colegimos en esta última revelación que el nihilismo, en tanto transido de un relativismo indefectible que le es ínsito dado su origen nominalista, ha de concluir de forma en un tipo de totalitarismo voluntarista, cuya principal consecuencia radica la disolución de lo humano-natural a favor de lo individual-politizado; en cuya neutralidad se resuelve la auto-imputación de aquellas atribuciones antropológicas que han de ser reconocidas formalmente mediante la violencia de la moderna juridicidad. Un tipo de totalitarismo voluntarista que solo puede corresponder a esta última forma de Estado nihilista.