Precariedad laboral y social en la industria turística españolael caso de las camareras de piso

  1. Martínez Gayo, Gema
Dirigida por:
  1. Violante Martínez Quintana Director/a

Universidad de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Fecha de defensa: 19 de noviembre de 2020

Tribunal:
  1. María Dolores Cáceres Zapatero Presidenta
  2. Óscar Jaime Jiménez Secretario/a
  3. María Victoria Sanagustín Fons Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El uso del concepto de precariedad se ha ido generalizando, especialmente cuando hace referencia al ámbito del mercado de trabajo y las relaciones laborales. La extensión de las exigencias de flexibilidad laboral, el aumento de las jornadas atípicas de empleo, un incremento de la temporalidad o la cada vez más común externalización de ciertas actividades, son algunos de sus rasgos. Todo ello supone no sólo un impacto en la vida laboral de los trabajadores y trabajadoras, sino que acaba por afectar a su vida personal y social. El trabajo tiene una importancia crucial en la definición de la vida social de las personas, pero no siempre lo ha hecho de la misma forma ni con la misma intensidad. De ahí que esta tesis doctoral, que se centra básicamente en el estudio de la precariedad laboral y social, realice un análisis del significado y evolución del trabajo. Esto permitió entender cómo surgió y se extendió la precariedad, así como su aplicación al ámbito del mercado laboral turístico español, y específicamente en el caso de las camareras de piso, que son quienes centran la investigación de esta tesis doctoral. Sobre estos puntos gira el desarrollo de la revisión de la literatura científica. El sector turístico constituye una de las bases de la economía española, tanto en términos de volumen de negocio y empleo, como por su capacidad de adaptación en épocas de crisis económica. No obstante, ello no ha evitado que presente una serie de aspectos estructurales que afectan negativamente a las personas que trabajan en el mismo. Entre ellos se puede apreciar su intensa estacionalidad en muchas zonas del territorio, la generalización de los contratos temporales y a tiempo parcial, la externalización, la importante segregación por género de algunas de sus actividades, etcétera. Es por ello, que resulta de gran interés analizar si este sector de la economía puede estar generando unas condiciones laborales precarias para uno de sus principales activos, su fuerza laboral. La elección de las camareras de piso, de entre todas las profesiones que conforman el sector, responde a varias razones: la importancia que la hostelería tiene en cuanto a personas empleadas, el elevado peso de las camareras de piso dentro de los servicios de alojamiento y la persistencia de una elevada feminización en esta profesión. El objetivo principal de esta investigación es el de conocer la situación de la fuerza laboral del sector turístico y sus actividades hosteleras, prestando especial atención al caso de las camareras de piso, tras los cambios experimentados a raíz de la crisis económica, iniciada en 2008, y las modificaciones legales del mercado de trabajo introducidas por el Ejecutivo español cuatro años después. Para la consecución del objetivo planteado se optó por emplear una triangulación metodológica, a través de la combinación de técnicas cualitativas y cuantitativas, con el objetivo de dotar de mayor calidad al estudio de la precariedad laboral en el sector turístico, dados los puntos fuertes que ambas perspectivas poseen. Esta favoreció el análisis de unos datos objetivos y generalizables del sector turístico y de la rama hostelera, los cuales permitieron estudiar las variables objetivas de la precariedad laboral desde una perspectiva comparada con otros territorios. Éstos fueron obtenidos de diversas fuentes oficiales y favorecen el trabajar con unos datos representativos a los cuales sería muy difícil poder acceder a través de otra vía. Por otro lado, desde la metodología cualitativa, se centra el foco en el análisis de la precariedad laboral y la precariedad social, tanto a través de diversas fuentes documentales como del discurso de camareras de piso y de personas relacionadas con este ámbito. Se llevaron a cabo, finalmente, treinta y tres entrevistas semiestructuradas, de las cuales seis se correspondieron con personas expertas en la materia, elegidas por su vinculación con la profesión de camarera de piso, y veintisiete a personas que ejercen o han ejercido como camareras de piso, las cuales fueron seleccionadas hasta alcanzar la representatividad estructural. Los resultados de la investigación permiten afirmar que la fuerza laboral turística española, y más concretamente las camareras de piso, han visto incrementada su situación de precariedad laboral en los últimos años, y esto ha tenido repercusiones en su ámbito familiar y social. La flexibilidad e incertidumbre, que son cada vez más frecuentes en el mercado laboral, se ven reforzadas por ciertas idiosincrasias propias del sector turístico de nuestro país y de las propias características de la profesión de camarera de piso. Así, las mujeres se han encontrado con mayores dificultades a la hora de acceder y permanecer en el mercado laboral que los hombres. Esta situación se agrava si las ocupaciones en la que se ubicaban se concentraban en nichos de trabajo feminizados y vinculados con los roles tradicionales de género. La extensión de los empleos atípicos y la precarización de las condiciones laborales no han dejado escapar a sectores exitosos de la economía como es el caso del turismo, que compagina los buenos resultados de negocio, que le permiten posicionarse en los últimos años en una de las primeras potencias turísticas a nivel internacional, con una mayor incidencia de jornadas parciales, elevada temporalidad o persistencia de los bajos salarios en sus actividades. El aumento de esta precarización guarda estrecha relación en el caso de las camareras de piso con la extensión del uso de la externalización, la cual afecta a la vida de las personas que ejercen como camareras o camareros de piso. La escasa duración de los contratos, la parcialidad de estos, el poco control que suelen tener sobre su trabajo, la limitada vinculación con el centro de trabajo, los peores salarios o la limitación de derechos laborales, se encuentran a menudo relacionados con este tipo de vínculo contractual. En lo relativo a la dimensión temporal de la precariedad laboral, puede apreciarse un incremento de la temporalidad, del trabajo bajo llamada o de las jornadas a tiempo parcial que introducen más inestabilidad e incertidumbre en estas trabajadoras. Por otro lado, se está dando un uso incorrecto de los contratos “por obra y servicio” y de los de “formación y aprendizaje”, los cuales son empleados para facilitar y flexibilizar los despidos, en el primer caso, y para beneficiarse de las ventajas que conllevan los contratos formativos, en el segundo caso. En el ámbito organizacional estas trabajadoras soportan elevadas ratios de trabajo y ven aumentar el número de tareas a realizar, así como la intensidad con las que la que tienen que trabajar. La existencia en algunos casos de turnos rotativos, los cuales suelen implicar el trabajo durante los fines de semana e incluso no tener descanso en ninguno de ellos, introduce dificultades para compartir su tiempo libre con familiares y amigos. En el caso de algunas camareras contratadas a través de empresas externas puede incluso darse la situación de no saber exactamente cuándo van a trabajar, teniendo que estar pendientes de una llamada, lo cual limita su vida y relaciones sociales, generando en ocasiones conflictos y malestar. Por otro lado, cuentan con circunstancias personales y organizacionales que les suponen dificultades importantes a la hora de ascender o de cambiar de puesto de trabajo. Sus tareas resultan repetitivas, y con frecuencia carecen de autonomía suficiente para el desempeño de su trabajo, ignorándose también sus sugerencias al respecto. En cuando a la dimensión económica, el salario en la hostelería es uno de los más bajos de todas las actividades económicas españolas, siendo además el de las trabajadoras significativamente menores que los de sus compañeros. La falta de reconocimiento de la categoría profesional, el trabajar a tiempo parcial o la falta de incentivos salariales, son aspectos relevantes de cara a la escasa cuantía salarial. El caso de aquellas camareras de piso que cobran por habitación realizada, o por día de trabajo, es aún más precaria ya que sienten una gran incertidumbre respecto a lo que percibirán al finalizar el mes o si será suficiente para poder abordar sus gastos. La situación familiar ejerce en este punto una influencia clave de cara a evaluar la vulnerabilidad y la precariedad social de cada trabajadora. Las que conforman familias monomarentales; aquellas con parejas o cónyuges en situación de desempleo de larga duración o enfermedad y con descendientes a cargo en el hogar, son las más dependientes de su salario. También se han encontrado características de precariedad laboral al analizar la dimensión social en el caso las camareras de piso. La afiliación sindical y el asociacionismo cuentan con gran importancia de cara a la defensa y reivindicación de los derechos de las trabajadoras, pero se ven muchas veces entorpecidos por el miedo al despido u otras represalias que se pueden adoptar por formar parte de ellas. Por otro lado, la falta de reconocimiento como enfermedades profesionales de gran parte de las dolencias que sufren como consecuencia del desarrollo de su trabajo, así como la falta de unas medidas de protección de riesgos adecuadas les hace experimentar incertidumbre y estrés. La elevada incidencia de patologías y enfermedades derivadas del desempeño de su trabajo les hace muchas veces pasar por intervenciones quirúrgicas, de mayor o menor gravedad, o les generan dolencias que merman de manera importante el desarrollo de su trabajo y la calidad de vida. Resulta poco común encontrar a camareras de piso que puedan ejercer su profesión más allá de los sesenta años, y ello es un indicador de que deben adoptarse medidas que permitan una jubilación anticipada. La escasez de medidas de conciliación, unido a los horarios atípicos, las largas jornadas y el cansancio acumulado que suelen tener limitan la posibilidad de llevar a cabo planes familiares y sociales. Esto genera un enorme malestar al tener que ausentarse de actividades que consideran importantes para sus seres queridos, y que, en ocasiones, puede generarles algún tipo de problema en su ámbito más cercano. El tener que trabajar los fines de semana puede suponer un hándicap a la hora de hacerse cargo de sus hijos o hijas en caso de familias conformadas por un solo adulto, generalmente mujer, o en casos de custodia compartida de padres divorciados. El carecer de tiempo propio en exclusiva, también resulta un aspecto negativo que suelen manifestar. Algunos problemas relacionados con los derechos laborales a los que suelen tener que hacer frente se relacionan con la posibilidad de que dejen de abonar sus cotizaciones a la seguridad social durante su período vacacional, la modificación de sus días descanso sin previo aviso, el extender la jornada laboral fuera del horario estipulado y no estar reconocido este tiempo de trabajo, la falta de reconocimiento de su categoría profesional, entre otros. Todo ello no solo acaba afectando a su salario actual, sino también a las prestaciones que reciben al quedarse en desempleo o al llegar a la edad de jubilación. La persistencia de valores patriarcales en la sociedad y en el mercado laboral continúan ejerciendo una influencia importante en las condiciones laborales de las personas que desempeñan labores de camareras de piso, las cuales son mayoritariamente mujeres. Esa persistencia en la creencia de que llevan a cabo un “trabajo de mujeres” también influye de manera negativa en otros aspectos vinculados con el desempeño de sus tareas, como puede ser las condiciones laborales, el trato recibido de sus superiores o el tener que enfrentarse a ciertas conductas violentas en su lugar de trabajo. Lo antes indicado termina afectando negativamente en el prestigio, el reconocimiento y la remuneración que obtienen. Puede concluirse afirmando que las camareras de piso presentan unas condiciones laborales precarias que acaban por afectar a su vida personal, familiar y social. El buen momento que atraviesa el sector turístico, y sus actividades hosteleras, no ha podido atenuar la tendencia hacia una mayor precarización laboral de su fuerza laboral, la cual ha visto como el cambio en el modelo de relaciones laborales, los problemas estructurales del sector y las medidas legislativas laborales del Ejecutivo para paliar la crisis económica han acentuado su situación de vulnerabilidad.