Imparcialidad moral y relaciones personalesdebates contemporáneos en filosofía moral

  1. Alegría Fuentes, Daniela Victoria
Dirigida por:
  1. María Alejandra Carrasco Barraza Director/a
  2. Blanca Rodríguez López Directora

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 10 de marzo de 2020

Tribunal:
  1. María Alejandra Carrasco Barraza Presidente/a
  2. Blanca Rodríguez López Secretaria
  3. Miguel González Vallejos Vocal
  4. Íñigo Álvarez Gálvez Vocal
Departamento:
  1. Filosofía y Sociedad

Tipo: Tesis

Resumen

La ética kantiana y el utilitarismo ético son las dos grandes teorías morales que han dominado la filosofía moral desde la Modernidad hasta nuestros días. Estas éticas señalan que una característica básica de los juicios morales es la imparcialidad. Sin embargo, durante las últimas cinco décadas ha sido muy criticado el requisito de imparcialidad en la moral. Se dice, por ejemplo, que es impracticable ser imparcial por el nivel de exigencia que requiere, que uniforma a todas las personas ya que considera que todos son iguales, que solicita a los agentes morales ser desinteresados, pero es difícil imaginar un agente moral desinteresado tomando buenas decisiones, etc. Los críticos a la ética kantiana y utilitarista habitualmente sostienen que estas teorías morales imparciales son hostiles a las relaciones personales genuinas de amor y amistad, y que ignoran los proyectos de vida del agente moral. En consecuencia, los agentes morales en estas teorías socavan su integridad y se encuentran alienados moralmente. Debido a estas críticas, algunos autores señalan que las relaciones personales parecen ser opuestas a la perspectiva imparcial por lo que la parcialidad debe ser tomada en cuenta para una moralidad plena, correcta y viable. Esta investigación se centra en las críticas que ha recibido el requisito de imparcialidad moral en las éticas kantiana y utilitarista, especialmente la crítica por parte de un tipo de particularismo moral ¿distinto del defendido por Jonathan Dancy¿ que surge en la década de los setenta. Este tipo de particularismo lo llamo en esta investigación ¿particularismo híbrido¿ y se asocia a la objeción planteada por parte de Bernard Williams que se conoce como un ¿pensamiento de más¿, al altruismo de Lawrence Blum y a los escritos filosófico-feministas sobre la ética del cuidado y del amor que surgió del trabajo de Iris Murdoch y de In a Different Voice de Carol Gilligan. A grandes rasgos, estos críticos afirman la existencia de virtudes y una preocupación moral parcialista natural en las personas. Asimismo, para juzgar una acción correcta, señalan que la identidad particular del agente moral y su relación con los otros actores relevantes de la situación es importante. Con el fin de lograr estos objetivos, esta investigación se encuentra dividida en tres partes. En la primera parte se analiza el particularismo moral y se muestra que al menos podemos distinguir dos tipos de particularismo moral, un ¿particularismo puro¿ y un ¿particularismo híbrido¿. Los defensores de este último tipo de particularismo indican que la ética kantiana y utilitarista no prestan atención a la parcialidad, a las virtudes ni a la identidad particular del agente y las relaciones que este tiene con los otros, esto se traduce, finalmente, en que son teorías morales excesivamente exigentes y, por ende, impracticables. En la segunda parte, en tanto, se explica la noción de imparcialidad en la ética kantiana y utilitarista. Se argumenta que la ética kantiana y el utilitarismo de la regla permiten al agente moral ser parcial en el sentimiento y en sus acciones, pero sin violar la imparcialidad en el juicio. Finalmente, en la tercera parte de esta investigación, se señala que las razones para actuar en la ética kantiana y en el utilitarismo de la regla son relativas al agente, es decir, son razones que están especificadas mediante principios universales pero que, a pesar de todo, se refieren de manera no eliminable a rasgos o circunstancias del mismo agente para quien son razones. Esto es así porque estas teorías morales incorporan un punto de vista personal. En conclusión, por tanto, en esta investigación se argumenta que es la impersonalidad moral ¿y no la imparcialidad¿ la que conduce a la alienación moral. La ética kantiana no es alienante pero sí lo es el utilitarismo del acto y en un grado mucho menor el utilitarismo de la regla.