Habitar desde la superficieespacio y gesto decorativo. Un acercamiento a las intervenciones artísticas sobre muro desde el minimalismo a nuestros días

  1. Vargas Gómez, Cielo
Dirigida por:
  1. Juan Bautista Peiró López Director/a
  2. Juan Canales Director/a

Universidad de defensa: Universitat Politècnica de València

Fecha de defensa: 19 de julio de 2010

Tribunal:
  1. Rafael Sánchez-Carralero López Presidente/a
  2. Eva María Marín Jordá Secretario/a
  3. Carlos Velilla Lon Vocal
  4. Víctor Francisco Fernández-Zarza Rodríguez Vocal
  5. Joaquín Aldás Ruiz Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El gesto de incidir sobre una superficie, de intervenir sobre un lugar, manifiesta nuestra necesidad de asir el espacio que se encuentra fuera de nosotros. El acto de ornamentar, se inscribe dentro del sentido del orden, como lo mencionara Gombrich, siendo un rasgo tan propio en la naturaleza humana como lo es el gesto hacia lo repetitivo y abstracto. Habitar desde la superficie: espacio y gesto decorativo. Un acercamiento a las intervenciones artísticas sobre muro desde el minimalismo a nuestros días, no pretende componer un catálogo exhaustivo de nombres y movimientos en torno a la pintura mural moderna y contemporánea. Queremos articular en torno a la pregunta sobre habitar el espacio desde su superficie, diferentes procesos e ideas que han posibilitado, desde el arte, conceptos más amplios sobre el gesto decorativo en el espacio artístico y cotidiano. Contextualizamos el problema, en un primer momento, a través de la discusión en torno a las artes decorativas (hacia 1900), el surgimiento del diseño como brecha entre "el arte por el arte" y el arte funcional (alrededor de 1919) y el papel fundamental de la arquitectura (estilo internacional) en la comprensión del lenguaje formal y espacial de los materiales y su interacción volumétrica, como preludio de un arte postvanguardista norteamericano llamado minimalismo. Observamos como los objetos minimalistas se construyeron ligando la obra, el espacio que ocupaba y los fenómenos que desataba su presencia real sobre el espacio y el espectador, abriendo de esta manera la obra artística a un ámbito público. El diálogo establecido entre el espacio exterior e interior de las décadas de los 60s y 70s, desembocó en una visión integradora entre el arte y las manifestaciones de la vida cotidiana. A través de configuraciones procesuales y efímeras se estimuló un concepto más dilatado sobre el espacio y el lugar dentro de la ciudad y su mobiliario.