Efectos ambientales que influyen en la dificultad de partos y el peso al nacimiento en la raza Asturiana de los Valles
- Goyache, F. 2
- J. P. Gutiérrez 1
- I. Fernández 2
- Villa Espinosa, Aleida 3
- I. Álvarez 2
- Rodríguez Castañón, Angel Alfredo 3
- García Paloma, J. A. 2
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Universidad Complutense de Madrid
info
- 2 SERIDA-CENSYRA-Somió (Camino de los Claveles 604. E-33203 Gijón)
- 3 ASEAVA (Polígono de Asipo. Calle B, parcela 51-4. 33428 Cayés-Llanera. Asturias)
ISSN: 0004-0592
Año de publicación: 2000
Volumen: 49
Número: 188
Páginas: 481-492
Tipo: Artículo
Otras publicaciones en: Archivos de zootecnia
Resumen
Se han utilizado 5928 registros de la base de datos del Control de Rendimiento Cárnico Oficial de la Raza Asturiana de los Valles para conocer la influencia de los principales efectos ambientales sobre la dificultad de partos y el peso al nacimiento. Las frecuencias de dificultad de partos en las categorías recomendadas por la BIF (1986) fueron de 50,4 p.100 para la clase 1, 39,6 p.100 para la clase 2, 7,0 p.100 para la clase 3, 1,8 p.100 para la clase 4 y 1,2 para la clase 5. El peso al nacimiento del ternero es la fuente de variación más importante para la dificultad de partos. Los partos distócicos (suma de las clases 3 y 4 de la codificación BIF) se acumularon en novillas a partir de los 41-42 kg de peso al nacimiento del ternero, y en vacas multíparas a partir de los 48-49 kg. Los terneros machos presentaron un 6,5 p.100 más de partos distócicos que las hembras, y los culones un 16 p.100 más que los normales. Los partos distócicos en los machos culones presentaron una frecuencia del 25 p.100. Las vacas culonas presentaron una frecuencia de partos distócicos 4 p.100 superior a las vacas normales en el sentido encontrado en la bibliografía. Sin embargo, se encontró una interacción significativa entre el tipo de la vaca y el tipo de ternero. Cuando se tuvo en cuenta el tipo del ternero las vacas normales presentaron las mayores frecuencias de partos distócicos, especialmente cuando parían un ternero culón, en que superaban en un 6,5 p.100 a las vacas culonas que parían terneros culones.