¿Cuándo solicitar los anticuerpos anticitoplasma de neutrófilo?
- Marta García Castro
- Francisco Javier López Longo
- María Dolores Casas
- Irene Díez Merchán
- María Carpena Zafrilla
- Luis Carreño Pérez
ISSN: 1577-3566
Año de publicación: 2008
Volumen: 9
Número: 4
Páginas: 235-239
Tipo: Artículo
Otras publicaciones en: Seminarios de la Fundación Española de Reumatología
Resumen
Los anticuerpos anticitoplasma de neutrófilo (ANCA) son inmunoglobulinas (Ig), habitualmente IgG, dirigidos contra proteínas de los gránulos primarios de los leucocitos polimorfonucleares y de los lisosomas de los monocitos. Se detectan en pacientes con vasculitis de pequeño vaso, pero se desconoce su verdadero papel en la patogenia de estas enfermedades y no siempre se relacionan con la actividad clínica. Diversos estudios demuestran la existencia de ANCA en otras enfermedades, como infecciones o neoplasias, y hasta en un 2% de los individuos sanos. En estos casos podrían considerarse como epifenómenos de la inflamación. Los ANCA se detectan habitualmente con técnicas de inmunofluorescencia indirecta (IFI) que definen patrones tales como el periférico (P-ANCA), el citoplasmático (C-ANCA) o el atípico (A-ANCA). El antígeno se identifica posteriormente mediante técnicas de enzimoinmunoanálisis (ELISA). La sensibilidad y la especificidad de ambas técnicas varían dependiendo de la extensión de la vasculitis, de la actividad clínica y de la metodología utilizada en la IFI o en el ELISA. La utilidad de los ANCA en el seguimiento de la enfermedad es un tema controvertido. Se aconseja su determinación seriada ya que, en un 58% de los casos por IFI y un 75% por ELISA, su aumento anticipa la reactivación de la enfermedad.