El caso del lobo en el parque natural de Despeñaperros

Laburpena

El ecoturismo como dinamizador de territorios es viable en un espacio donde hay una predisposición al cambio y se acepta al ecoturismo como herramienta de conservación y de mejora de la riqueza y empleo de la población local. Ese cambio, debe venir en varias direcciones: mejorando la conservación de la especie con su presencia y creando nuevas oportunidades de empleo a través del ecoturismo. Para ello, la aceptación social es clave, como ocurre en este estudio, que incide en varios factores: asumir al lobo como elemento identitario propio, permitir una mayor y más intensa actividad turística y aceptar el acompañamiento de expertos en el proyecto, que guíen a la administración y a los implicados. Con el objetivo de poder cumplir todo lo anterior, y de paso, superar las limitaciones de la oferta de ecoturismo actual, que es inviable, es necesario que ese proyecto de ecoturismo recoja un plan de comunicación mayor y en todos sus aspectos; interno y externo. Interno para facilitar esa aceptación social del ecoturismo, recibiendo información permanente que informe, forme y motive a la población local sobre el ecoturismo. Externo, conectando con la demanda del ecoturismo mediante un diseño de la oferta renovada e innovadora que mejore la existente y admita la aparición de oferta nueva. Colaborando y asumiendo en este proyecto el desarrollo de un proceso innovador, a base del uso de los intangibles del lobo. En este sentido se ha podido verificar la existencia de esos intangibles y la predisposición a poderlos incorporar en un plan de ecoturismo. Estos intangibles además, son importantes, no solo para la conexión de la demanda a través de adecuados canales y soportes de comunicación, sino que además, es igualmente importante en el diseño de oferta innovadora y la aceptación de la administración y las empresas locales de la participación activa en un cluster coordinado, en sana competencia, para facilitar la creatividad.