Isquemia silente

  1. Martín Asenjo, R.
  2. Sánchez Pérez, Ignacio
  3. Salguero Bodes, Rafael
  4. Sáenz de la Calzada, Carlos
Aldizkaria:
Medicine: Programa de Formación Médica Continuada Acreditado

ISSN: 0304-5412

Argitalpen urtea: 2005

Saila: 9

Zenbakia: 39

Orrialdeak: 2598-2605

Mota: Artikulua

DOI: 10.1016/S0211-3449(05)73767-X DIALNET GOOGLE SCHOLAR

Beste argitalpen batzuk: Medicine: Programa de Formación Médica Continuada Acreditado

Laburpena

Concepto. Se define isquemia silente como la presencia de isquemia miocárdica objetivable en ausencia de síntomas. Se asocia a peor pronóstico de los pacientes en algunos estudios. Su prevalencia es difícil de estimar en la población general, pero aumenta con la presencia de factores de riesgo coronario. Etiopatogenia y factores de riesgo. Los factores de riesgo coronario se asocian a la presencia de isquemia silente. En su aparición intervienen el aumento de demandas de oxígeno del miocardio y la disminución del aporte. El umbral individual del dolor influye en la presencia de isquemia silente. La cascada isquémica justifica la presencia de episodios asintomáticos de isquemia miocárdica. Existe un predominio de episodios matutinos. Manifestaciones clínicas y diagnóstico. Síntomas, exploración física y electrocardiograma. La isquemia silente es asintomática y la exploración física suele ser anodina fuera de los episodios. La ergometría es la prueba de elección en la mayoría de los pacientes para la detección de episodios isquémicos, tanto sintomáticos como asintomáticos. La monitorización ambulatoria con Holter del segmento ST permite detectar episodios durante la vida diaria. Las pruebas isotópicas y las ecocardiográficas durante el estrés físico o farmacológico superan a la ergometría en sensibilidad y especificidad. La tomografía computarizada (TC) permite detectar el calcio coronario como marcador de la presencia de aterosclerosis. Consideraciones terapéuticas. El tratamiento médico con antianginosos clásicos (nitratos, bloqueadores beta o calcioantagonistas) o su asociación disminuye el número de episodios de isquemia silente, especialmente con los bloqueadores beta. La revascularización coronaria es más eficaz que los tratamientos farmacológicos para su control. Las estatinas disminuyen el número de episodios de isquemia asintomática, y los inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina (IECA) podrían hacerlo, aunque los resultados preliminares no lo confirman.