La política americanista del marqués de la Ensenada para el océano Pacíficoel caso de Filipinas (1743-1754)

  1. Sierra Fáfila, Pablo
Dirigida por:
  1. Arrigo Amadori Director
  2. Miguel Luque Talaván Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 28 de enero de 2021

Tribunal:
  1. José Cepeda Gómez Presidente
  2. María del Carmen Ruigómez Gómez Secretaria
  3. Inmaculada Alva Vocal
  4. María Saavedra Inaraja Vocal
  5. Juan José Sánchez Baena Vocal
Departamento:
  1. Historia de América y Medieval y Ciencias Historiográficas

Tipo: Tesis

Resumen

La idea principal de esta investigación es analizar la política americanista diseñada por el marqués de la Ensenada para las islas Filipinas. De esta parten dos temas que se han considerado importantes y que no han tenido una dedicación desarrollada y completa por parte de la historiografía especializada. La primera pregunta formulada se centra en identificar los elementos que caracterizaron dicha política americanista. Esto nos lleva a considerar toda una serie de cuestiones asociadas cuya respuesta daría forma al espacio generado por ese primer planteamiento. La búsqueda y articulación de una política americanista concreta llevaba aparejada la capacidad de intervención de su promotor, así como la relación que este hiciera de su propia actividad con las instituciones que, de una forma u otra, tuvieron participación en el gobierno indiano y las dinámicas generadas de esta interacción. La segunda pregunta surgida se interesa en analizar el papel que tuvieron las islas Filipinas en las directrices hechas por Ensenada para el gobierno ultramarino. En el caso del archipiélago su situación económica, al igual que en gran parte la política y social, se encontraba mediatizada por el sistema del Galeón de Manila, medio que ligaba la gobernación y capitanía general asiática con el Virreinato de la Nueva España desde la segunda mitad del siglo XVI. Este paradigma fue plenamente tenido en cuenta por el ministro, quien trató de reforzar la posición de los gobernadores y capitanes generales sobre el control de tan importante sistema comercial y, por extensión, sobre el resto del ámbito gubernativo insular por encima de cualquier otra institución. En la relación de ambos temas se han tenido en cuenta dos hilos conductores importantes. El primero de ellos es el de la vinculación político-institucional a través del gobierno indiano, así como la influencia personal que sobre el mismo ejercieron sus protagonistas. El segundo fue el denominado proyectismo, tomándolo como referencia del debate reformista de aquellos años, más allá de una simple curiosidad acumulativa en la que se exponían y reformulaban ideas. El despliegue marcado por Ensenada siguió una secuencia gradual y de refuerzo pleno de dichas facultades de gobierno culminadas entre 1751 y 1752. La provisión de este marco de actuación generó un aumento de la tensión en la relación de los poderes locales entre sí como entre estos y las instituciones peninsulares. De tal forma que la propia definición de la política americanista impulsada por Ensenada para Filipinas se veía condicionada por las respuestas generadas desde estas y la capacidad de apoyo que podían encontrar en otros organismos cortesanos al margen de la Secretaría de Marina e Indias, especialmente el Consejo de Indias. En estos términos, el ministerio de Ensenada, en su vertiente americanista, se integra en un movimiento secular como el precedente de mayor calado del reformismo del reinado de Carlos III, sobre el que a su vez se apoyaría buena parte de cambios posteriores, incluso los que vinieron con el nuevo siglo que hicieron de Filipinas una posesión muy rentable para España.