Imposturas técnico-políticas de la democracia electrónica. Hacia una representatividad digital

  1. González del Castillo, Javier
Dirigida por:
  1. Javier Bustamante Donas Director

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 10 de septiembre de 2020

Tribunal:
  1. José Miguel Marinas Herreras Presidente
  2. Emilio Suñé Llinás Secretario
  3. Vidal Alonso Secades Vocal
  4. Luis Joyanes Aguilar Vocal
  5. José Barrientos Rastrojo Vocal
Departamento:
  1. Filosofía y Sociedad

Tipo: Tesis

Resumen

Tenemos una sospecha de que la relación entre política y tecnología siempre ha existido pero no sabemos en qué medida se retroalimentan. Existen autores clásicos como Rousseau que entendían que el progreso de la ciencia podía contaminar el desarrollo de una política pura mientras que otros autores, como Popper o Russell, sostenían posturas más sinérgicas. Sostengo que en el siglo XXI esos debates han sido superados ampliamente por la invasión tecnológica en nuestra cotidianidad en todos los órdenes. La pregunta ya no es si es buena o no la relación entre política y tecnología, sino más bien qué tipo de relación existe de facto entre ellas y cómo debería ser. La tecnología es parte consustancial de nuestras vidas y, por tanto, solo cabe estudiar las mejores sinergias. En particular, la democracia electrónica es un espacio de convergencia entre política y tecnología. En el último tercio del siglo XX emergió una corriente dentro de la teoría de la democracia que empezaba a empaparse de las nuevas tecnologías aún en una fase muy incipiente. Los trabajos de Bessette (1981) promovieron un mayor debate renovando y avivando la participación ciudadana más allá del simple voto cada cierto tiempo. Los trabajos de Habermas, en particular, su obra Transformación estructural de la esfera pública impulsaron esta nueva línea de democracia deliberativa de manera más teórica que práctica. Con el auge de las TIC e Internet han aparecido numerosos estudios convergentes de ambas esferas desarrollando lo que se ha venido en llamar ciberdemocracia, democracia virtual, democracia electrónica, etc. Todas ellas tienen, como parte esencial, el desarrollo de la deliberación online como explican Davies y Peña (2009). ¿Qué modelo de deliberación electrónica es deseable? Esta pregunta supuso una ruptura entre los teóricos como Habermas y los tecnófilos como Peña que fueron conscientes de que la tecnología no es neutra e influye decisivamente en el desarrollo de la democracia. Estudiar qué tipo de democracia es deseable es esencial para desarrollar un tipo u otro de plataformas tecnológicas que den soporte a la deliberación electrónica. Lo que es revolucionario es la bidireccionalidad: la tecnología que se desarrolle influirá en qué tipo de democracia se implante. Barber (1998) señala la necesidad de clarificar lo anterior ya que la tecnología puede ser limitadora o potenciadora de la política. Por ello, el maridaje entre filosofía política y tecnológica invita a estudiar las convergencias y a esclarecer las imposturas intelectuales que se han ido vertiendo en las últimas décadas. ¿Qué grado de empoderamiento y visibilidad real aporta Internet?, ¿hasta qué punto debemos asumir la Red como una fuente (in)formadora?, ¿la tecnología es neutra? Si fuera así, ¿queda espacio para la ética? ¿Internet es una herramienta democratizadora ya que aumenta la participación? Las investigaciones desvelarán los matices de las imposturas ya que, en su origen, muchas de ellas tienen componentes certeros. Sin embargo, ocultan amenazas (muchas veces soterradas) que pueden desvirtuar sustancialmente los efectos benignos de la tecnología en la sociedad. El estudio anterior nos conducirá inexorablemente a exponer cómo las TIC construyen la realidad. Para ello, analizaremos la dimensión económica, social y política. Una nueva economía en red está emergiendo. Se da prioridad al acceso al servicio frente a la posesión de los bienes. Nuevos espacios de procomún electrónico digital están siendo ocupados por el ciudadano digital. La comparación entre las polis griegas y la sociedad del conocimiento ilustrará el progreso hacia el ciudadano digital que trasciende las murallas del ágora. Este ciudadano se está dotando de nuevas habilidades y derechos. El acceso electrónico y la participación electrónica con los poderes públicos son dos claros ejemplos.La Administración española está mutando su propia naturaleza para poder servir con eficiencia y calidad dando lugar a un nuevo paradiga admi