La "materia médica" en la obra de Lope de Vegasobre los simples medicinales como herramienta terapéutica

  1. Andrade Rosa, Cristina
Dirigida por:
  1. Juan de Dios Molina Martín Director
  2. Francisco López Muñoz Director/a

Universidad de defensa: Universidad Camilo José Cela

Fecha de defensa: 26 de junio de 2017

Tribunal:
  1. Gabriel Rubio Valladolid Presidente
  2. Francisco Pérez Fernández Secretario/a
  3. Verónica Domingo García Vocal
  4. Angel Tejido Sánchez Vocal
  5. María Pilar García García Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 498493 DIALNET

Resumen

La literatura puede ser considerada como una alternativa para el estudio y conocimiento de la historia de nuestro país, de su sociedad y sus costumbres, de las tradiciones, e incluso de la medicina y de cualquier otra ciencia o arte. Los siglos XVI y XVII corresponden al llamado Siglo de Oro de las letras españolas, por lo que el elenco de literatos que nos permiten acceder al conocimiento científico de cualquier rama, y en concreto de las ciencias de la salud, es realmente enorme: Cervantes, Lope de Vega, Calderón, Quevedo, Góngora… Todos ellos eran escritores considerados como grandes eruditos y buenos conocedores y transmisores del conocimiento. Esta tesis doctoral se centra en la figura de Lope de Vega, por ser el escritor con mayor producción literaria del Siglo de Oro y el dramaturgo más representado en los corrales de comedias, lo que implica que era un escritor muy cercano al pueblo y, por tanto, pudo ser una fuente transmisora muy importante del saber renacentista y barroco, en general, y de la materia médica, en particular. La obra del Fénix de los Ingenios ha sido ampliamente estudiada por filólogos e historiadores desde numerosos puntos de vista, incluida la perspectiva médica. Los conocimientos médicos de Lope de Vega parecen extensos, y en sus versos se pueden apreciar detalladas y acertadas descripciones de numerosas patologías. Pero el dramaturgo no se limita a describir los síntomas de las enfermedades, sino que son numerosos los remedios terapéuticos que ofrece al lector. En esta tesis doctoral se han localizado, estudiado y analizado esos simples medicinales, de origen fundamentalmente vegetal, pero también animal y mineral, que aparecen en su obra. A pesar de la gran cantidad de obras dedicadas al literato madrileño, aún se desconoce, en gran medida, el verdadero alcance de la vasta cultura de Lope de Vega, pues, aunque se sabe que fue un gran lector, que llegó a legar más de 1500 volúmenes, se desconocen los títulos de los mismos. En esta tesis doctoral se ha intentado también identificar cuales pudieron ser sus tratados científicos de referencia, lamentablemente solo a través de los textos de sus obras; así como los momentos de su agitada vida en los que el literato pudo profundizar en su propia formación técnica. De la tinta de su pluma se puede conocer como era el pensamiento humanista que dominaba en la época, incluida la medicina en la España Aurea. Así mismo, Lope de Vega nos muestra cómo era la formación de los médicos y cirujanos en las universidades, y la enorme diferencia entre el médico académico y el médico asistencial que ejercía la medicina de atención primaria en pueblos y ciudades. A través de sus versos también se puede conocer la influencia que tuvieron en él los más prestigiosos médicos de la época, que menciona directa o indirectamente en sus obras, y las amistades que fomentó entre los discípulos de Esculapio. En la presente tesis doctoral se analizan fundamentalmente los conocimientos de Lope de Vega sobre la materia terapéutica, partiendo de los autores que fueron citados por el propio dramaturgo, o de aquellos que fueron leídos por él, así como lo que de terapéutica conocía y nos ha trasmitido a través de su correspondencia epistolar, relacionado con sus propias enfermedades o las de sus familiares directos. Los dos autores que pudieron servir de referencia a Lope de Vega para redactar sus comentarios terapéuticos son Andrés Laguna (1499-1559), médico segoviano y principal comentador de la Materia Médica de Dioscórides (40-90 d.C.), probablemente el libro de terapéutica más consultado hasta el siglo XVII, y Plinio el Viejo (23-79 d.C.), cuya Historia Natural pudo haber consultado como fuente primaria o a través de alguna traducción comentada, como la de Gerónimo de Huerta (1573-1643), o a través de alguna otra obra basada en ella, como las de Bartholomeus Anglicus, San Isidoro de Sevilla, Gerónimo Cortés o el opúsculo de Constantino Castriota. De igual modo, es bien conocida y estudiada la atracción de Lope de Vega por la consulta de diccionarios y polianteas para referenciar sus aseveraciones, por lo que es muy probable que el escritor se valiera de estas fuentes secundarias para trasmitir el conocimiento plasmado en las obras científicas originales. En la obra dramática, la novela y los poemas narrativos analizados, se han encontrado ochenta agentes de origen vegetal con algún tipo de indicación terapéutica, así como dieciséis agentes de procedencia animal y doce de origen mineral, siendo encontrados estos dos últimos, casi en su totalidad, en una única obra del autor, La Arcadia, considerada como la novela pastoril más erudita del Siglo de Oro. Dada la enorme cantidad de información sobre terapéutica encontrada en la obra de Lope de Vega, se puede considerar a este autor como una figura de especial relevancia para el conocimiento de los remedios terapéuticos vigentes en su época y su correspondencia con el saber académico coetáneo.