Transición osteo-muscular en mujeres a partir de la edad mediana.Perfiles de riesgo en una nueva situación biológica.

  1. Vaquero Pérez, Tamara
Dirigida por:
  1. Consuelo Prado Martínez Director/a

Universidad de defensa: Universidad Autónoma de Madrid

Fecha de defensa: 28 de enero de 2021

Tribunal:
  1. María Dolores Marrodán Serrano Presidente
  2. María Margarita Carmenate Moreno Secretario/a
  3. Angeles Sánchez Andrés Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 649736 DIALNET

Resumen

El envejecimiento en si es el factor principal de desequilibrio del remodelado óseo, el balance entre la formación y la resorción ósea se vuelve negativos lo que provoca una pérdida neta progresiva de masa ósea. El envejecimiento biológico en la mujer es un proceso continuo y natural, donde la menopausia marca el fin del periodo fértil y el comienzo del cese ovulatorio con la consecuente deprivación estrogénica. El cúmulo de modificaciones fisiológicas y corporales que experimenta la mujer tras la menopausia también pueden modificar el proceso de pérdida de masa ósea. Estas situaciones pueden desembocar en la patología ósea más prevalente del mundo, la osteoporosis, y en su última consecuencia, la fractura osteoporótica. El estatus óseo con el que la mujer llega y transita por la posmenopausia se verá influenciado por factores biológicos y situaciones somáticas características de la etapa del ciclo vital en la que se encuentra, y por otros factores ambientales y hábitos de vida susceptibles a ser mejorados para reducir el riesgo de osteoporosis y fractura. El objeto de la presente investigación es analizar en una muestra de 1115 mujeres de edad mediana, la caracterización somática, los hábitos de vida, la condición muscular y la fuerza manual así como el estatus ósea en cuello femoral, columna lumbar y calcáneo. También se estudiará la repercusión de los componentes corporales y los factores modificables y no modificables sobre la salud ósea y el riesgo futuro de sufrir una fractura ósea, mayor (Fm) (antebrazo, colles, vertebral) y de cadera (Fcad). Para ellos, en primer lugar, se ha realizado un detallado análisis antropométrico tomando las medidas principales de talla, talla sentado, peso, perímetros (cintura, cadera, brazo relajado) diámetros de fémur y húmero, y pliegues adiposos subcutáneos. A partir de estas medidas se obtendrán los índices derivados necesarios para una correcta valoración del estado nutricional y del riesgo cardiovascular. Mediante anamnesis se ha recogido toda la información pertinente relativa a hábitos de vida (ejercicio, tabaco y alcohol), encuesta de alimentación (recordatorio 24h), y variables reproductivas. Se midió también la fuerza manual dinamométrica (modelo GRIP-A TKK 5001). En segundo lugar, se llevó a cabo un análisis de bioimpedancia (BIA) a fin de obtener más información sobre la composición corporal como el nivel de grasa visceral y el peso óseo (kg). Para el estudio de la masa ósea se han empleado dos métodos de análisis: densitometría radiológica de doble energía (DEXA) en columna lumbar y cuello femoral y Ultrasonido cuantitativo (QUS) en calcáneo. A partir de estas mediciones se obtendrán para cada región anatómica los valores de la Densidad Mineral Ósea (gr/cm²) y el valor de T-score (valor referido de DMO -2DE de población joven). Además, el ultrasonido de calcáneo ofrece información de dos parámetros nuevos característicos del ultrasonido BUA (atenuación del sonido) y SOS (velocidad del sonido). Para el diagnostico de osteoporosis (OP) se emplearán los criterios establecidos por la OMS (1994). Por otro lado, mediante antropometría y con BIA como referencia se estudiará la incidencia de baja masa muscular esquelética (MME) y la relativa a las extremidades (MMEA) corregidos con la altura (IMME y IMMEA) y junto con la valoración de fuerza muscular, comprobar la incidencia de sarcopenia. Para evaluar el riesgo a 10 años de sufrir Fm y Fcad se empleará la herramienta FRAX (fracture risk assessment tool) diseñada por la OMS. Los cálculos se basan en un algoritmo que combina factores de riesgo clínicos predictivos. La valoración del grado de riesgo se llevará a cabo utilizando los umbrales referidos en para población española (cohorte FRIDEX) y se comparará con los criterios diagnósticos de tratamiento o no tratamiento para la OP de la guía británica NOGG. Las mujeres estudiadas presentan un claro sobrepeso (42%) según IMC, y RCV según los índices de valoración ICC (86%) e ICT (riesgo 80%). La Cci tiene una media que roza el umbral de riesgo (88 cm) en mujeres >65 años) y el 90% presenta un %G >32%. La muestra de mujeres registra una buena condición muscular pues en mujeres ≥65 años solo el 5,29% presenta baja masa muscular apendicular. La fuerza manual registra que entre el 45-62% se encuentra en clasificación de baja fuerza muscular según los criterios empleados. Se ha podido predecir adecuadamente (R²= 0,752) la MMEA a partir de medidas antropométricas con BIA como referencia. La prevalencia de OP según T-score es del 56,7% y según DMO del 39,2%. Es más prevalente en columna que en cadera en ambos casos. La categoría de osteopenia es la más prevalente en CF. La menopausia precoz y la menarquia tardía, una fractura previa y el historial familiar de fractura son factores de riesgo de pérdida de masa ósea, así como el bajo peso, pues las categorías de riesgo de los índices de valoración somática (IMC, ICC, ICT) y el %G protegen frente a la disminución de DMO y la prevalencia de OP. Los hábitos tóxicos y la paridad no han mostrado relevancia en este estudio. Se registra un 9,91% de riesgo a 10 años de Fm y un 4,4% de Fcad. El consumo de alcohol y tabaco, una fractura previa y el tratamiento con corticoides con conductas que aumentan el riesgo de un suceso de fractura. Mediante la Curva ROC se ha constatado que el FRAX es una buena herramienta diagnostica para osteoporosis en CF y CL sin el dato densimétrico. Según el estudio de la valoración del riesgo, un 74,1% de las mujeres estudiadas deben vigilar y mejorar sus conductas orientándolas a reducir el riesgo de una futura fractura.