Usos y definición espacial del libro en las residencias nobiliarias castellanaslos Mendoza

  1. Pérez Pérez, Cristina
Dirigida por:
  1. Daniel Ortiz Pradas Director
  2. Laura Fernández Fernández Directora

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 19 de enero de 2021

Tribunal:
  1. José Manuel Lucía Megías Presidente
  2. Elena Paulino Montero Secretaria
  3. Rafael Martín Talaverano Vocal
  4. Maria Alessandra Bilotta Vocal
  5. Marta Cendón Fernández Vocal
Departamento:
  1. Historia del Arte

Tipo: Tesis

Resumen

En torno al siglo XIV comenzaron a producirse una serie de cambios socioculturales que situaron la cultura libraria como un elemento destacado en la construcción de la identidad nobiliaria. El libro adquirió un papel protagonista dentro de la vida cortesana, cumpliendo su función como elemento para la formación de sus miembros, pero también como símbolo de su estatus. En paralelo se desarrolló una renovación arquitectónica a través de la cual las residencias se adaptaron a un nuevo modo de vida en el que primaba el confort y la construcción de un lenguaje simbólico que expresaba la magnificencia del linaje de sus habitantes. En este contexto, las colecciones librarias se situaron primero en salas polifuncionales adaptadas mediante mobiliario y ornamentos para su uso y custodia, para, seguidamente y de forma paulatina, en estancias especificas: los estudios y las bibliotecas. A pesar de la importancia de este proceso, existe un llamativo vacío informativo al respecto debido a la escasez documental y la parquedad de los testimonios conservados, pero también, al relativo desinterés mostrado por el tema por parte de los historiadores, tanto de la arquitectura como del libro, que han desatendido los aspectos que tienen que ver con el desarrollo de los espacios del libro. El presente estudio se plantea como objetivo identificar la presencia del libro en las residencias palaciegas castellanas, reconociendo los espacios en los que tuvieron lugar los ceremoniales ligados a las colecciones librarias, así como las estancias cuyo uso se especializó para la custodia y utilización de los volúmenes. Dada la extensión del tema, el trabajo se centra en uno de los linajes castellanos más relevantes de la Baja Edad Media, los Mendoza, por ser de capital importancia en el desarrollo de la cultura libraria y de la introducción en Castilla de las renovaciones artísticas. Para ello, se han analizado los miembros principales de la familia en relación con el tema y cronología que nos ocupa: el I marqués de Santillana, Íñigo López de Mendoza, fundador de la colección libraria e iniciador de obras tan relevantes de nuestra arquitectura medieval como el castillo de Manzanares el Real; su sucesor, el I duque del Infantado, Diego Hurtado de Mendoza, quien intervino también en el castillo madrileño y estableció la biblioteca familiar como un bien inalienable del patrimonio del mayorazgo; Pedro González de Mendoza, el gran Cardenal, quien siguió la tendencia familiar erudita, llevando a cabo reuniones literarias y conformando una biblioteca propia; él construyó sus casas en un solar familiar de Guadalajara, la misma ciudad en la que su sobrino, Íñigo López de Mendoza, II duque del Infantado, levantó el palacio que adoptó el nombre del ducado, marcando un hito en la arquitectura de su época. Los tres ejemplos arquitectónicos mencionados han sido objeto de estudio con el fin de identificar los lugares destinados al uso y custodia de la colección libraria mendocina: la documentación permite deducir la presencia de un espacio destinado a la escritura y lectura en Manzanares el Real; en el palacio del Infantado varias de sus salas son susceptibles de haber tenido la función de espacio para albergar y usar los libros; y en el caso de la casa del Cardenal, parece claro que existió una sala para dicho fin, pero la desaparición del edificio y la escasez documental dificultan el estudio. Sin embargo, un inventario de la colección familiar datado en 1575, época del IV duque, habitante de este palacio durante largas temporadas, ha permitido identificar la morfología de la biblioteca de dicha residencia. La presente tesis doctoral responde a todas estas cuestiones, las cuales reafirman la importancia de la cultura libraria en el ámbito nobiliario de finales de la Edad Media, propiciando el desarrollo de los espacios del libro en las residencias palaciegas, proceso que cristalizó plenamente ya en el siglo XVI.