Terapia fotodinámica en queratosis actínicas y nuevas indicaciones

  1. Fernández Guarino, Montserrat
Dirigida por:
  1. Pedro Jaén Olasolo Director/a
  2. Antonio Harto Castaño Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad de Alcalá

Fecha de defensa: 22 de junio de 2009

Tribunal:
  1. Melchor Álvarez de Mon Soto Presidente/a
  2. Manuel Rodríguez Zapata Secretario/a
  3. Luis Requena Caballero Vocal
  4. Mariano Casado Jiménez Vocal
  5. Pablo Lázaro Ochaíta Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El objetivo de este trabajo es evaluar la TFD en el tratamiento de las queratosis actínicas ( QA) y en nuevas indicaciones, y su correlación con el diagnóstico de fluorescencia. Se trató un total de 57 pacientes con múltiples QA en las localizaciones más habituales para este tipo de lesión: cara, cuero cabelludo y dorso de manos. En general es un tratamiento bien tolerado, con buenas tasas de respuesta y de duración de la misma, siendo la localización de las lesiones fundamental a la hora de planificar el tratamiento. Los resultados son excelentes en la cara, con respuesta en el 92.5% de las lesiones y con buena tolerancia al tratamiento. A efectos prácticos, esto implica que en cuero cabelludo y dorso de manos deberiamos modificar el protocolo para aumentar la eficacia aplicando de entrada tres sesiones en vez de dos, que se podrían interrumpir si antes se obtuviera una buena respuesta. Las lesiones de QA, tanto clínicas como subclínicas tienen la capacidad de emitir fluorescencia roja tras someterlas a la acción de fotosensibilizante MAL. Esta capacidad de emitir fluorescencia permite localizar las lesión es y además se ha relacionado con una mayor capacidad de respuesta al tratamiento. En nuestro grupo de pacientes medimos el área de fluorescencia previo y posterior al tratamiento, para comprobar si ésta se relaciona con un mejor resultado del tratamiento. Encontramos, en primer lugar, que la fluorescencia no se distribuye al azar, y es de forma estadísticamente significativa, mayor en la cara que en el resto de localizaciones. Por otro lado, la fluorescencia previa al tratamiento y la disminución de ésta, después del mismo, se correlacionan, también de forma estadísticamente significativa, con mejores tasas de respuesta. El área de fluorescencia, se muestra así como un parámetro capaz de orientar la respuesta que se va ha obtener, antes de iniciar el tratamiento. Con respecto a nuevas indicaciones, se incluyeron pacientes con Linfoma cutáneo de células T en fase de placa, verrugas virales y enfermedad de Bowen, con buenos resultados. Obtuvimos respuestas moderadas en pacientes con enfermedad de Paget, liquen escleroso y atrófico, morfea en placas, enfermedad de Hailey-Hailey, hidradenitis supurativa y poroqueratosis actínica diseminada. En estas dermatosis, hemos conseguido remisiones o mejoras parciales, pero no curaciones de la enfermedad. En casos como la alopecia areata o necrobiosis lipoídica, los resultados fueron nulos. También hemos aplicado TFD en dermatosis hasta ahora no publicadas previamente con resultados variables. Han sido buenos en el caso de una mucinosis folicular primaria, pitiriasis liquenoide crónica, y lupus cutáneo. Los resultados han sido fallidos en vitíligo facial. Si bien la psoriasis en placas es una de las dermatosis más estudiadas, para nosotros ha sido un fracaso por la mala tolerabilidad. Ninguno de los pacientes pudo llegar a ser tratado por el importante dolor durante la sesión. Estos resultados contrastan con los del psoriasis ungueal, donde obtenemos mejoría en todos los pacientes con TFD y con LCP, sin encontrar diferencias estadísticamente significativas, por lo que podemos concluir que el efecto terapéutico se debe únicamente al LCP y la adicción de MAL no parece aportar mayor beneficio al LCP. Este estudio realizado en QA se trata, según la literatura revisada, del primer estudio retrospectivo que analiza esta técnica en la práctica clínica habitual. También se trata del primer estudio que evalúa y demuestra, la eficacia del diagnóstico de fluorescencia en la previsión de la respuesta al tratamiento. La TFD está en pleno desarrollo en la época actual, con multitud de estudios evaluando su eficacia en nuevas indicaciones. Su potencial es amplio y muy interesante, y este trabajo obtiene conclusiones nuevas en este campo, sin embargo, aún queda mucho por saber de lo que puede llegar a ofrecer al dermatólogo y hacen falta muchos más estudios para poder protocolizar la técnica en las diferentes patologías tratadas.