Carne de vacuno de calidad

  1. Jimeno Vinatea, Vicente
  2. Buxade Carbo, Carlos
  3. Aguado Ramos, Juan Antonio
Revista:
Bovis

ISSN: 1130-4804

Año de publicación: 1996

Número: 71

Páginas: 49-63

Tipo: Artículo

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Resumen

Desde hace años, la actual UE-15 padece una situación excedentaria de carne de vacuno y una falta de competitividad a nivel de costes en el mercado mundial. La crisis del modelo de producción intensiva a base de concentrados (hasta el 85% de la ración) por el encarecimiento de los cereales, la disminución del consumo, el deterioro de la imagen de calidad de la carne de vacuno por el empleo de sustancias prohibidas y las recomendaciones de conservar y promocionar las razas autóctonas en régimen extensivo han favorecido el que surjan, al igual que en otros países, asociaciones entre todas las partes implicadas, que persiguiendo y avalando criterios de calidad en todo el proceso de producción y comercialización de la carne ponen en el mercado un producto bien diferenciado dirigido a un segmento del consumo que no tiene inconveniente en pagar un diferencial de precio a cambio de unas mayores garantías sanitarias y de calidad, tal y como indican recientes estudios de mercado. Esta voluntad de proteger los productos agrarios, identificando su procedencia geográfica, modo de producción y cualidades particulares ha dado lugar a la aparición en los Estados miembros de la UE de etiquetas o denominaciones de origen conrolado. Los productores, como contrapartida a un esfuerzo cualitativo real, ponen de relieve las características de sus productos, obtienen precios más elevados por ellos y los consumidores disponen de productos de mayor calidad, así como garantía la hace más competitiva, aumentando las rentas de los ganaderos, aun teniendo en que soportar un coste de producción más elevado, y contribuye a fijar la población en zonas poco habitadas, desarrollando la ganadería extensiva en línea con los objetivos de la PAC. Los Consejos Reguladores tienen por delante el reto de afrontar con éxito los múltiples problemas que aún se les plantean y garantizar el total cumplimiento de los reglamentos, asumiendo las partes implicadas los costes necesarios para establecer los controles en todas las fases del proceso. No impedir que la picaresca tradicional se aproveche del buen hacer de la mayoría de los ganaderos podría cuestionar la credibilidad de estos productos.