Cabañas, trincheras y cámarasla arquitectura como mediación entre cuerpos y territorios

  1. VELASCO SANCHEZ, SUSANA
Dirigida por:
  1. Atxu Amann Alcocer Director/a
  2. Fernando Quesada López Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad Politécnica de Madrid

Fecha de defensa: 24 de enero de 2019

Tribunal:
  1. María Teresa Muñoz Jiménez Presidente/a
  2. Selina Blasco Castiñeyra Secretario/a
  3. Cyrille Marlin Vocal
  4. Jordi Claramonte Arrufat Vocal
  5. Rafael Sánchez-Mateos Paniagua Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

El ámbito de la mediación arquitectónica ha sido abordado en numerosas ocasiones desde su dimensión cultural, afectiva y relacional, pero no tanto así desde un enfoque material y estructural. En la acción de construir, la arquitectura es informada, de una parte, por los cuerpos que la construyen y habitan, y de otra, por el territorio en el que se asienta. Desde este punto de vista, el lugar propio de la arquitectura es una “zona intermedia” por la que atraviesan todo tipo de flujos y significados. Dicha posición ofrece a la disciplina arquitectónica la posibilidad de hacer visible y operativa la profunda interdependencia de todo aquello que nos rodea y conforma. A lo largo de la Historia, la búsqueda de sentido entre el cuerpo y la arquitectura ha sido una preocupación constante. Una de las vías que se tomó desde la antigüedad fue asemejar la organización de los edificios a las partes y proporciones de un cuerpo humano idealizado. La otra vía, menos transitada aunque tan antigua como la anterior, ha buscado la conexión entre cuerpo y arquitectura desde la acción ritual. En ella, la labor de quien construye consiste en entrever las líneas de fuerza del entorno para componerlas con el propio hacer del cuerpo; es a través del gesto constructivo, y no en una silueta fija, desde donde tiene lugar la mecánica mediadora que da forma a la arquitectura. La mediación, como un principio arquitectónico, se puede abordar a partir de las corporalidades y gestualidades que la habitan, en relación con el territorio y el paisaje en el que se insertan. Las imbricaciones que se dan entre estos elementos se vuelven más evidentes en prácticas y lugares fronterizos. Es el caso de las cabañas de caza palombiére en el suroeste francés; el caso del frente habitado de la Guerra Civil Española; y el caso del pliegue espacial del fenómeno de la camera obscura: tres formas de arquitectura liminar que se dan en espacios y tiempos de excepción. Tres observatorios que pasan a operar en el territorio en el que se insertan, y cuyas topologías —a través de agujeros y perforaciones— ponen en contacto la interioridad y la exterioridad, lo humano y lo no humano, o lo individual y lo colectivo. Cabañas, trincheras y cámaras son “tipos” de una “arquitectura menor”; menor tanto por su dimensión, por sus herramientas, como por el plano de igualdad que establecen. Es precisamente desde esta potencia de “lo menor” desde donde cuerpos, arquitectura y territorio se co-relacionan y co-producen; y desde donde pueden comprenderse muchas de las formas de arquitectura que hoy se están realizando, o de las que se pueden practicar.