Paradigmas de diseño y comunicación en el proceso creativo de la obra de Kubrick. 41 minutos en el espacio objetual y narrativo de La Naranja Mecánica
- VIÑAS LIMONCHI, MANUEL
- Estrella Martínez Rodrigo Director/a
- Joseba Bonaut Iriarte Codirector/a
Universidad de defensa: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 20 de septiembre de 2021
- Carmen Marta Lazo Presidenta
- Jordi Alberich Pascual Secretario/a
- María del Mar Grandío Vocal
- Javier Sierra Sánchez Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La funcionalidad y la estética de ciertos objetos que podrían ser considerados de diseño, emplazados en espacios rigurosamente compuestos, codifica la secuencia argumental que hilvana el guion de La naranja mecánica, dirigida por Stanley Kubrick en 1971. Medio siglo después de su estreno, este filme mantiene viva esa “antología de la cultura gráfica que prevalecía en el Londres de los últimos años sesenta” (Baxter, 1999, p. 251), representada en planos que se adornan con una diversidad de paradigmas visuales fijados para enriquecer la trama plasmada en celuloide por el director estadounidense. De este modo, la novela de Anthony Burgess (A Clockwork Orange, 1962), génesis literaria de la obra de Kubrick, pasa, en palabras de Alexander Walker (1975, p. 44), a ser “contada de manera gráfica y directa por Alex”, articulando un “tono estridentemente pop”, propio de los patrones sociales identitarios de esa época. Aislados, como caso de estudio, los —algo más de— cuarenta primeros minutos del filme, sería improcedente concebir dicho fragmento inicial, exclusivamente, como una cadencia de impetuosas coreografías plenas de violencia y sexo. Una lectura crítica que revierte Kubrick, integrando en el argumento y en la dirección escénica una extraordinaria dosis de creatividad narrativa y visual, tecnificada gráficamente y sustentada en mecanismos de diseño que afianzan el relato fílmico, amparándose en otros, igualmente importantes, como la música. A la postre, bienes físicos asistidos por un catalizador sociocultural, manifiesto en la escenografía a través de la hosca identidad de sus personajes. Partiendo de estos criterios, el presente tratado doctoral analiza la aparición en escena de modelos objetuales y espaciales, dispuestos por Kubrick como iconos de diseño que eluden la cotidianeidad para apostarse dentro de un dominio estilístico que detalla la realidad material y sociológica del relato. Elementos encuadrados dentro de las divisiones naturales del diseño, ya sea en su vertiente gráfica/comunicativa, industrial o urbanística, sugiriendo percepciones exclusivas de la filmografía de Kubrick, como pueda ser la psicodelia que emana de la forma, el color y la luz, para procurar objetos culturales que enuncian expresiones formuladas con el lenguaje gráfico y la magnitud social de corrientes como el pop art. Desde los títulos de crédito iniciales, hasta el final de la escena que transcurre en la residencia de la Sra. Weathers, Kubrick erige una escenografía rica en estándares particulares de diseño, que demanda una sistemática de investigación, igualmente, sólida. En este caso, una metodología que, instrumentada como análisis de contenido, aísla y mide los impactos visuales asociados a la actividad de los recursos escenográficos, para cualificar su relevancia en el guion como entes que intermedian en el comportamiento de los personajes, sumiendo, de paso, al espectador en la emotividad del relato. De igual modo, la afección artística y moral que admite el filme durante este tiempo introduce una herramienta más de estudio, la entrevista, que demanda una reflexión ad hoc a cargo de expertos asociados a las tres áreas del diseño aludidas. De actividad profesional coetánea a su estreno, así como radicada en décadas posteriores y vigente, su testimonio supone un acercamiento disciplinario al método fílmico propuesto por Kubrick, conjugado con las constantes vitales de la sociedad a lo largo de estos cincuenta años de existencia. REFERENCIAS RESUMEN Baxter, J. (1999). Stanley Kubrick. Biografía. Madrid: T&B. Walker, A. (1975). Stanley Kubrick dirige. Madrid: Taller de Ediciones Josefina Betancor.