La imprescindible complementariedad entre la ética y la política en el pensamiento de Alasdair Macintyre

  1. Fernández Foppoli, Juan Martín
Dirigida por:
  1. Angel Manuel Molina Montoro Director/a
  2. Antonio Robles Egea Codirector

Universidad de defensa: Universidad de Granada

Fecha de defensa: 16 de diciembre de 2010

Tribunal:
  1. Francisco Javier Roiz Parra Presidente
  2. Fernando Fernández-Llebrez González Secretario/a
  3. Francisco Javier Rodríguez Alcázar Vocal
  4. María Isabel Wences Simon Vocal
  5. Octavio Uña Juárez Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Los motivos de la presente investigación tienen su origen en algunas inquietudes procedentes de mi época como estudiante de Ciencia Política en la Universidad de Buenos Aires, cuando profundamente contrariado por los problemas políticos y sociales de mi país la Argentina-, pensaba exclusivamente en soluciones técnicas para remediar esas cuestiones. Con el tiempo, fui considerando la posibilidad de encontrar una solución a esos problemas asumiéndolos desde una perspectiva filosófica, junto con el mencionado aporte técnico. La profundización en la filosofía política me llevó, de a poco, a considerar que el estudio de la Ciencia Política no puede realizarse independientemente del de otras ciencias sociales. En efecto, la Ciencia Política se hace más profunda y completa cuando está asistida por el estudio interdisciplinar de ciencias como la Historia, la Economía, la Filosofía, la Sociología, el Derecho, etc. En Alasdair MacIntyre, precisamente, pude encontrar a un erudito investigador interdisciplinar, al que su incesante afán como investigador le permitió conocer profundamente diversas líneas de ideas: el marxismo, el psicoanálisis, la filosofía analítica, el aristotelismo y el tomismo. Y en su caso, estas experiencias le reportaron un amplio conocimiento para configurar sus concepciones actuales, y también para elaborar críticas sólidamente fundamentadas hacia otros autores o corrientes de pensamiento. Las lecturas de sus escritos permitieron que se me hiciera evidente la mutua asistencia, implícita y explícita, que existe entre la filosofía y la política o, más concretamente, entre la ética de las virtudes y la política de las comunidades, en función del bien individual y común de los hombres. Poder descubrir este tipo de relación me resultó de sumo interés en función de ciertas inquietudes personales aludidas más arriba. Y es esa relación la que se ha intentado explicar y demostrar en las páginas de este trabajo. Por otro lado, observo una clara escisión entre la filosofía y la política en diversos ámbitos académicos actuales. Supongo que esta separación provocó -por un lado- que la filosofía quedara relegada al ámbito de la teoría y, consecuentemente, en forma exclusiva al mundo académico, y por el otro- que la política haya adquirido las características de una ciencia pragmática basada en las aplicaciones de técnicas burocráticas, y desentendida de los bienes más profundos inherentes al hombre y a la sociedad. No resulta difícil comprobar un persistente subdesarrollo en países del tercer mundo debido, principalmente, a la corrupción política interna a gran escala y/o a la interferencia económica de países del primer mundo. A la vez, reconocemos los extraordinarios avances producidos en materia de derechos humanos y de políticas sociales en los países del primer mundo. Pero puede considerarse que, bajo estos beneficios logrados, existen graves problemas sociales y morales, como la pérdida de identidades culturales, un desmesurado relativismo moral, el enaltecimiento de la vida económica y del consumismo, el crecimiento de las rupturas familiares, nuevas formas de esclavitudes sociales (el consumo de droga, la explotación de mujeres y de inmigrantes, etc.), un desarrollo tecnológico desligado de la cultura, la exigua educación en valores humanos, cívicos y espirituales, etc. Al respecto, puede estimarse que la unidad entre la filosofía y la política, orientadas al bien individual y común, podrían aportar algunas soluciones prácticas y teóricas para hacer frente a los problemas antes mencionados. Con este objetivo hemos decidido investigar el pensamiento de Alasdair MacIntyre, uno de los filósofos actuales de mayor relevancia en la investigación de la filosofía política, y considerado uno de los pilares de la corriente comunitarista. Más específicamente, el objeto de nuestra investigación será la relación existente entre la ética y la política en el pensamiento de Alasdair MacIntyre interpretadas como la ética de las virtudes y la política de las comunidades. Y, puesto que la intención final de toda la investigación del pensador escocés es buscar el bien de los individuos y de la sociedad, a medida que desarrollemos los temas de la presente tesis, también iremos explicando las repercusiones de la ética y de la política en la vida práctica del hombre y de la sociedad. La metodología que hemos empleado para el desarrollo de nuestra investigación consiste en una progresiva evolución argumentativa desde las cuestiones más generales hacia las más específicas, respaldadas continuamente con los escritos de nuestro autor. Con esta metodología transitaremos por tres niveles de aproximación a nuestra tesis central: en el primer nivel abordaremos una aproximación al pensamiento de nuestro autor y el contexto teórico para mostrar los orígenes de nuestra tesis en el pensamiento de nuestro autor; en el segundo nivel procuramos acotar los temas de nuestra investigación a través de la explicación de las ideas centrales del pensamiento general de MacIntyre y de un diagnóstico específico; y en el tercer nivel explicamos detalladamente los conceptos centrales de nuestra investigación para luego argumentar, definitivamente, nuestra tesis de trabajo. Comenzaremos el primer capítulo con una aproximación al pensamiento general de MacIntyre, teniendo especialmente en cuenta que su evolución intelectual se halla fuertemente vinculada a su biografía. Por este motivo, nos parece conveniente elaborar dicha aproximación a través una breve reseña acerca de su vida, sus escritos, su trayectoria académica y de la evolución de su pensamiento. Este capítulo también nos permitirá comprobar el profundo interés de MacIntyre por la filosofía moral y por la política desde sus primeros escritos, y las diversas evoluciones producidas en estas cuestiones, como también el conocimiento de una gran cantidad de autores a los que recurre para elaborar su pensamiento: Aristóteles, Sófocles, San Agustín, Tomás de Aquino, Dante, Vico, Marx, Nietzsche, Heidegger, Collingwood, Kuhn, Popper, Wittgenstein, Ascombe, Stein, etc. Desde su infancia, MacIntyre pudo comprobar la importancia de las tradiciones gaélicas heredadas de sus antepasados como instrumento de lazo social. Esta experiencia resultó imborrable en la vida de nuestro autor pues los conceptos de tradición y de comunidad serán dos de los aportes más innovadores y relevantes en el pensamiento del filósofo escocés. Durante su formación universitaria MacIntyre encuentra un especial interés por la filosofía, la religión y la política: principalmente por la filosofía clásica griega, por la moral -como demuestra su tesis doctoral The significance of Moral Judgements-, por la teología protestante y por el marxismo. Una vez lanzado a la investigación y en su afán de encontrar soluciones a diversos problemas, especialmente en la crítica al liberalismo y ante los problemas filosóficos y políticos que descubre en el marxismo, se inscribe en el aristotelismo para finalizar su pensamiento maduro en la filosofía tomista y en la política del comunitarismo. Esto no nos debe llevar a pensar en un intelectual ecléctico o errante sino, muy por el contrario, en un coherente filósofo en búsqueda de la verdad, que cambiaba o rectificaba sus ideas, reconociendo públicamente sus errores cuando lo juzgaba necesario, y que mantenía aquellas ideas que consideraba acertadas, demostrando de esta manera una humildad intelectual no demasiado frecuente entre los grandes pensadores. Luego de su adhesión al pensamiento aristotélico, MacIntyre comienza a desarrollar una filosofía moral y política que será el fundamento de su pensamiento consolidado. De todas maneras, nuestro autor reconoce los condicionamientos culturales e históricos en el pensamiento del Estagirita y decide leer a Tomás de Aquino por considerarlo el mejor comentador y continuador de la filosofía aristotélica. Fundamentalmente MacIntyre se incorpora a la corriente aristotélico-tomista porque encuentra una filosofía moral y política sustentada en la biología metafísica del ser humano, pero -además, y no es una cuestión menor- ajena a las influencias del liberalismo y de la Modernidad. A partir de esta tradición de investigación el filósofo escocés proyecta los elementos esenciales de su pensamiento: la antropología filosófica, la ética de las virtudes, la política de las comunidades, la racionalidad práctica, la epistemología, la racionalidad práctica, etc., de manera que su crítica al liberalismo adquiere mayor profundidad. Suele considerarse a Tras la virtud, Justicia y racionalidad, Tres versiones rivales de la ética, y Animales racionales y dependientes como a las obras que componen la columna vertebral del pensamiento de MacIntyre. Con la publicación de Tras la virtud, el pensador escocés comienza a ser considerado uno de los pilares del pensamiento comunitarista, fundamentalmente debido a la recuperación de la ética de las virtudes, la propuesta de las comunidades locales y una profunda crítica a la filosofía y a la política del liberalismo. Justicia y racionalidad será una obra como resultado de una continuación y rectificación de algunos aspectos de Tras la virtud, en la cual nuestro autor comenta que las diversas concepciones de la justicia están fundamentadas en una determinada racionalidad práctica. El objetivo de Tres versiones rivales de la ética es destacar la importancia de las tradiciones de investigación para el estudio de la moral y explicar la preeminencia de la Tradición frente al Enciclopedismo y al Genealogismo. Animales racionales y dependientes es un libro en el que define de manera categórica su concepción antropológica y comenta la importancia de las virtudes y de las comunidades para el desarrollo de la naturaleza humana. Estas obras son el resultado de más de treinta años de lectura, reflexión e investigación, precedidos por una gran cantidad de conferencias y artículos que sirvieron de introducción a la escritura de dichas obras. Pero MacIntyre es un autor que su pensamiento se desarrolla progresivamente, con una fuerte lógica interna, a lo largo de sus obras más importantes y, por lo tanto, sus libros solo se pueden comprenderse a partir de una lectura cronológica de los mismos. Una de las primeras formas de aproximación que permite comprender el pensamiento de cualquier autor es el conocimiento de la realidad intelectual en la que se hallaba inmersa. Podemos comprobar a lo largo de las obras de MacIntyre, que la realidad intelectual de su época le permitió realizar agudas críticas a otros autores o corrientes de investigación vigentes y profundizar en sus escritos a partir de autores que estimularon su pensamiento. Con motivo de comprender y ubicar el posicionamiento intelectual e ideológico de MacIntyre dentro del contexto teórico en el que desarrolla su pensamiento, hemos resuelto explicar en el capítulo segundo las ideas de autores y corrientes de pensamiento que influyeron en el pensador escocés ya sea por sus divergencias, concordancias o por los aportes que le permitieron continuar avanzando en el desarrollo de sus ideas. De manera indirecta nos referiremos también dentro del contexto teórico- acerca de las diversas conceptualizaciones de la ética y de la política de los autores a los que nos referiremos, con el fin de comprender más específicamente las coincidencias y discrepancias con MacIntyre en lo que respecta a los principales temas de nuestra investigación. Hemos seleccionado a algunos autores más representativos de las corrientes de pensamiento pertenecientes al contexto teórico en el que se desarrolló el pensamiento de MacIntyre: del liberalismo a Friedrich von Hayeck, Karl Popper, John Rawls y Robert Nozick; del postmodernismo a Michel Foucault y Richard Rorty; del republicanismo a Quentin Skinner y Philip Pettit; y del comunitarismo a Charles Taylor, Michael Sandel, Amitai Etzioni, Michael Walzer y Robert Bellah. Estos autores no solamente son fieles representantes de su corriente de investigación, sino que, además, tuvieron algún tipo de relación con el filósofo escocés: aparecen en sus escritos, o han realizado trabajos en conjunto, o por sus discrepancias con nuestro autor, o por las influencias en el pensamiento de MacIntyre, etc. Una vez comentadas las ideas fundamentales de las principales autores con los que se vinculó intelectualmente MacIntyre, formularemos un esbozo de las ideas centrales desde las que se despliega el pensamiento maduro de nuestro autor junto con las principales diferencias, coincidencias y críticas hacia los autores anteriormente citados. Especialmente, procuraremos destacar -tanto de los autores pertenecientes al contexto teórico como del propio MacIntyre- las nociones acerca de la ética y de la política. Por otro lado, partimos del supuesto de que todo el pensamiento de MacIntyre se desenvuelve sobre unas ideas centrales que conforman los cimientos de su pensamiento: el enfoque antropológico, sociológico e histórico para el estudio de las acciones humanas, la historia y el lenguaje como medios para la indagación filosófica, la interrelación entre la moral y la política para la investigación social, la tradición de investigación aristotélico-tomista, la unidad entre praxis y teoría, la confrontación con otras tradiciones para el progreso de las propias indagaciones, la utilización de una metodología narrativa y una epistemología coherente con la tradición de investigación. La explicación de estos conceptos fundamentales se desarrolla en el capítulo tercero, y nos han sido de mucha utilidad para comprender con profundidad el pensamiento de MacIntyre, y para progresar con seguridad en la investigación acerca de los conceptos centrales de nuestra investigación a ética y la política- siguiendo la lógica y la coherencia características de nuestro autor. Con el fin de exponer con más claridad las ideas fundamentales, hemos conformado dichas ideas en dos grupos: por un lado las ideas relacionadas con la investigación interdisciplinar y, por otro lado, las referidas a la tradición de investigación en la cual se halla inscrito Alasdair MacIntyre. La investigación interdisciplinar es el resultado de una estrategia que le permite justificar con mayor profundidad sus argumentaciones y que nos demuestra en cierta manera- la erudición del pensador escocés al incorporar especialidades como: filosofía, teología, historia, sociología, literatura, política, filología, etc. La tradición de investigación es un concepto que atraviesa todo el pensamiento, pues el filósofo escocés repara que ninguna investigación puede partir absolutamente de cero y, por lo tanto, es imprescindible la pertenencia a una tradición de investigación a partir de la cual se pueda continuar investigando, ratificando o refutando las ideas internas a la propia corriente. Luego de varios años de investigación dentro de la tradición marxista y de una fugaz incursión por la filosofía analítica, debido a las incoherencias internas de ambas tradiciones, MacIntyre se adscribe a la tradición de investigación aristotélico-tomista desde la que desarrollará su pensamiento maduro. Ya hemos mencionado que el pensamiento del filósofo escocés nos es indiferente a la realidad histórica que lo circunscribe. MacIntyre considera que el Enciclopedismo y el Genealogismo son las dos corrientes de pensamiento más influyentes en la actualidad, tanto en el plano intelectual como en el de la vida cotidiana. Según el pensador escocés, el Enciclopedismo es la corriente de investigación propiamente liberal que se origina a partir de pensadores como Locke, Smith, Kant, Hume, de los iluministas franceses, etc. y permanece en la actualidad a través de pensadores como Friedman, Hayeck, Nozick, Rawls, etc. El Genealogismo representa el pensamiento postmoderno originado por Nietzsche y continuado por intelectuales como Foucault, Derrida, Deleuze, Rorty, etc. Pero para MacIntyre ambas corrientes de investigación poseen errores intelectuales desde sus orígenes, los cuáles derivaron en graves problemas que podemos observar en el presente. Por lo tanto -y debido a los temas que atañen a nuestra investigación- en el capítulo cuarto realizaremos un diagnóstico ético y político, con el fin de indicar los errores que encuentra MacIntyre en las propuestas específicas del Enciclopedismo y del Genealogismo, de manera que también podamos aproximarnos al proyecto ético-político alternativo del pensador escocés. También -a partir del diagnóstico que hemos elaborado- podremos explicar un tema que con perspicacia MacIntyre descubre: la ética y la política de ambas corrientes derivan en errores similares. El emotivismo y el perspectivismo son las éticas características del Enciclopedismo y del Genalogismo respectivamente, pero ambas derivan en un relativismo moral en el cual los valores morales son el resultado de convenciones sociales o de preferencias personales sin dejar espacio a algún tipo de certeza acerca de la moral. La filosofía liberal se pudo plasmar en un sistema de organización burocrática a partir de los criterios de eficacia y de racionalidad (medios-fines y costos-beneficios) formulados por Max Weber, pero MacIntyre interpreta que los valores de racionalidad neutral propuestos por Weber son decisiones puramente subjetivas y, por lo tanto, de raíces nietzscheanas. En general los genealogistas no poseen un programa política específico porque consideran que cualquier forma institucionalizada de gobierno representa a alguna voluntad de poder y suelen ser eminentemente críticos con la democracia liberal. La alternativa de la ética y de la política de MacIntyre ante el fracasado proyecto moral y político del Enciclopedismo y del Genealogismo será la ética de las virtudes y la política de las comunidades, que explicaremos en el siguiente capítulo. Debido a la extensión que requiere la argumentación de la relación entre la ética de las virtudes y la política de las comunidades, hemos juzgado oportuno desarrollarla en dos capítulos continuados. De esta manera, el capítulo quinto y sexto constituyen el núcleo central de nuestra investigación y en los cuáles podremos establecer que, en el pensamiento de Alasdair MacIntyre, la ética y la política tienen una relación de imprescindible complementariedad: no podrían existir una sin la otra, y ambas se perfeccionan mutuamente. Comenzaremos por el análisis de la antropología filosófica, que es el principal soporte sobre el que MacIntyre elabora todo su pensamiento. El pensador escocés no presenta ninguna definición antropológica pero supone que el hombre debe pasar de un primer estadio, de la naturaleza tal como es, a otro educado, o tal como debería ser si desarrollara su esencia. MacIntyre considera que la naturaleza humana en estado ineducado el ser humano posee un yo, una identidad personal, una unidad narrativa y es un animal racional y dependiente. El yo es la unidad de un cuerpo y un alma que permite la individualidad y que por medio del reconocimiento propio y de los demás podrá definir su propia identidad. Pero la vida humana consiste en la unidad de todas las actividades en la vida de un hombre interrelacionadas entre sí, y dirigidas hacia un fin comprendido dentro de una historia narrativa. Por último, MacIntyre también considera que el hombre es la unidad en su aspecto animal y racional, y que a lo largo toda su vida en mayor o menor medida- dependerá de otros seres humanos. Por medio del ejercicio de las virtudes morales e intelectuales y dentro de un contexto social como las comunidades locales, el filósofo escocés juzga posible el pasaje al segundo estadio de la naturaleza humana, o educada o tal como debería ser si desarrollara su esencia. Cuando la vida humana está dirigida y persigue el bien, MacIntyre dice que el hombre florece; por eso el florecimiento humano es el desarrollo de las facultades de la naturaleza humana de modo que el hombre pueda ser un razonador práctico e independiente, o sea, capaz de orientar sus acciones hacia el bien con una independencia que no es absoluta. Sustentado en la filosofía moral de Aristóteles y posteriormente de Tomás de Aquino, MacIntyre elabora un concepto particular acerca de la virtud en función del bien individual y del bien común del hombre. La importancia que nuestro autor atribuye a las virtudes lo lleva a un estudio minucioso y prolongado de las mismas. Por lo tanto, para explicar este tema central de nuestra investigación, realizaremos una descripción evolutiva acerca de la ética de las virtudes a través de los escritos más importantes de nuestro autor. Pero la aplicación de la ética de las virtudes en el pensamiento macinteryano requiere de unos específicos contextos socio-políticos denominados comunidades. Las comunidades son pequeñas asociaciones intermedias entre la familia y el Estado, tales como un hospital, un sindicato, un grupo religioso, una universidad, etc., que tienen como finalidad el bien de sus integrantes y la defensa ante las agresiones del Estado y del Mercado. En este tipo de comunidades se llevan a cabo una serie actividades esenciales para la vida del hombre: las tradiciones comunitarias, la búsqueda del bien individual y común, y las relaciones de reciprocidad, de representación y de deliberación. Consideramos que la relación entre la ética y la política se origina a partir de la función que poseen dichas nociones para el perfeccionamiento de la naturaleza humana en estado ineducado. Por lo tanto comenzaremos explicando la función de la ética y de la política en relación con los conceptos de: naturaleza humana tal como es, yo, identidad personal, y animales racionales y dependientes. De esta manera, podremos comprobar cómo, en el pensamiento de MacIntyre, la antropología filosófica es el origen de la ética de las virtudes, de la política de las comunidades y de la relación de complementariedad entre ambas. Tanto el florecimiento humano o llegar a ser un razonador práctico independiente, resulta del tránsito de la naturaleza humana tal como es hacia la naturaleza humana tal como debería ser, y se especifica cuando el hombre dirige sus acciones hacia su propio bien a través de la educación, del ejercicio de las virtudes morales e intelectuales, y de la relación con otros seres humanos. El florecimiento sucede cuando los hombres se comportan como animales racionales, orientando sus deseos e inclinaciones humanas hacia aquello que han juzgado que es su bien y el de los otros, sabiendo dominar las respuestas inmediatas hacia los estímulos. Pero también las comunidades locales logran un florecimiento a partir de la racionalidad práctica de sus miembros, y de una profunda educación en las virtudes morales e intelectuales. El florecimiento personal y el florecimiento de una comunidad demandan un perfeccionamiento general, pero sobre todo un perfeccionamiento moral pues sólo de esta manera es posible alcanzar los bienes verdaderamente genuinos del hombre y de la comunidad. Luego elaboraremos el análisis específico entre la ética de las virtudes y la política de las comunidades que se deduce de los escritos de nuestro autor. Primero comenzaremos explicando cómo se complementan cada uno de los componentes del concepto de la virtud formulado por nuestro autor (la práctica, la unidad narrativa de vida y la tradición moral), con las comunidades locales, para luego continuar con explicaciones más generales de dicha complementariedad. Para MacIntyre, el ser humano solamente puede pretender su perfección humana a través de la pertenencia a una comunidad, pues necesita un lugar que le permita, por medio de los vínculos sociales, adquirir los conocimientos y la educación necesaria para la excelencia moral. Por otro lado, y con la misma finalidad, el ser humano necesita ejercitar las virtudes morales e intelectuales para su florecimiento personal, pero dicho ejercicio no puede llevarse a cabo de manera aislada sino que es necesario un determinado contexto social, pues las virtudes son prácticas sociales. Esto significa que la perfección humana es indisociable de la perfección moral y que solo puede ponerse en práctica en un ámbito político. Es necesario destacar que la implementación de la ética de las virtudes precisa una formación principalmente práctica a través de las actividades cotidianas en las que se desenvuelven los hombres, y que la educación de las virtudes posee una doble repercusión en la educación de las virtudes: es posible realizar el bien individual como razonadores prácticos e independientes y el bien común como seres racionales y dependientes. De esta manera podremos comprender que la calidad política estará en relación con la calidad del ejercicio de las virtudes de los miembros de una sociedad. Luego explicaremos que la relación entre la ética de las virtudes y la política de las comunidades en el pensamiento de Alasdair MacIntyre es de una imprescindible complementariedad: ambas se necesitan y se perfeccionan mutuamente. La ética no podría aplicarse sin un ordenamiento político, y la política no podría cumplir con la función de realizar el bien de las personas sin una ética. Solamente en una relación de complementariedad entre ambas es posible la integración del bien común con el bien individual. Por otra parte, una de las cuestiones más relevantes en los escritos de MacIntyre es la justicia. En este sentido, consideramos que la justicia tiene una relación directa con los temas centrales de nuestra tesis, pues para el filósofo escocés, la justicia tiene una posición clave entre las virtudes porque proporciona el juzgar y obrar rectamente, y también es la principal virtud de la política, pues cualquier comunidad política establece sus bienes partiendo de un determinado concepto de la justicia. Esto nos permite concluir que, si la justicia es la principal virtud que tienen en común la ética y la política, resulta atinado considerar que la justicia cumple una función inherente en la complementariedad ética-política. Existe la posibilidad de que esta investigación, exclusivamente centrada en nuestro autor, nos haga perder cierta objetividad y espíritu crítico. Con el fin de remediar esta contingencia, hemos resuelto exponer en el capítulo séptimo algunas críticas y objeciones relevantes, tanto de otros investigadores como nuestras, acerca del pensamiento de Alasdair MacIntyre. Una primera parte de dichas críticas estará orientada sobre aspectos generales del pensamiento de nuestro autor, y una segunda parte a la crítica de los temas propios de la investigación. Las críticas que hemos elaborado -tanto generales como particulares- nos han sido de mucha utilidad para comprender algunos errores o inexactitudes en el pensamiento de nuestro autor, para tener en cuenta el punto de vista de otros autores respecto a los temas de nuestra investigación y, finalmente, para complementar la propuesta ética-política que realizaremos en el capítulo siguiente a modo de conclusión personal. Es conveniente aclarar también que hemos resuelto avanzar, a lo largo de toda la investigación, sustentados casi exclusivamente en las referencias constantes a los textos de nuestro autor para no traicionar sus ideas. Por este motivo, hemos dejado para el último capítulo nuestras conclusiones más personales, respecto a los temas desarrollados en esta tesis. Aquí expondremos los aspectos que nos parecen más relevantes en la vida y en el pensamiento de MacIntyre: la importancia de sus ideas en el debate actual de la filosofía política, las repercusiones de sus escritos y la originalidad de sus ideas. Luego explicaremos la actualidad de las corrientes de investigación categorizadas por nuestro autor desde tres pensadores relevantes: Jürgen Habermas, Joseph Ratzinger y Richard Rorty; de esta manera podemos confirmar el acierto en la clasificación de las tres corrientes de investigación por parte de nuestro autor. Finalmente, en este capítulo, presentaremos un diagnóstico ético-político y una propuesta ética-política personal con la finalidad de esbozar, directa o indirectamente, nuestras coincidencias y discrepancias más destacadas con la propuesta ética-política de Alasdair MacIntyre. Como es de uso habitual en una investigación de estas características, la bibliografía utilizada se menciona hacia el final del trabajo. En relación con la misma, hemos resuelto clasificarla en primaria (escritos pertenecientes a MacIntyre) y secundaria (escritos pertenecientes a otros autores).