Dermatitis artefactaEstudio clinico y de seguimiento

  1. RODRIGUEZ PICHARDO, ANTONIO
Dirigida por:
  1. Francisco M. Camacho Martínez Director/a
  2. José Giner Ubago Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Sevilla

Fecha de defensa: 28 de septiembre de 1987

Tribunal:
  1. Alfredo Robledo Aguilar Presidente
  2. José Carlos Moreno Giménez Secretario/a
  3. Ildefonso Blanco Picabia Vocal
  4. Miguel Armijo Moreno Vocal
  5. Ismael Sotillo Gago Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 16014 DIALNET lock_openIdus editor

Resumen

La Dermatitis Artefacta (D.A.) que forma parte de la “Enfermedad Inventada”, es una afección poco habitual en las consultad dermatológicas y la mayoría de los casos referidos en la literatura lo están como anécdotas ó curiosidades clínicas, incidiendo poco en la realidad de la enfermedad. Las publicaciones de series extensas, que intenten definir los rasgos de esta enfermedad son muy raras. El paciente tipo de la D.A. es una mujer, soltera y menor de 30 años, aunque puede afectar cualquier sexo, edad ó condición social. En su dificultad diagnóstica va a influir el miedo del dermatólogo a que, efectivamente, sea una enfermedad orgánica y la objetividad de la enfermedad para los familiares del paciente y el médico general. Las formas clínicas son tan polimorfas, como pueda ser la imaginación humana y la gran diversidad de medios empleados, oscilando entre mínimas lesiones cutáneas a formas destructivas y mutilantes. El paciente es siempre un enfermo psiquiátrico, que negará rotundamente que se ha provocado el cuadro cutáneo. Se asocian significativamente los intentos de suicidio, el abuso de medicamentos y la afición patológica a los quirófanos. Habitualmente peregrinan de médico en médico, hasta que son desenmascarados ó en raras ocasiones, tratados y curados. Los objetivos de esta Tesis Doctoral se resumen en los siguientes puntos: 1) analizar la frecuencia de D.A. en nuestro medio, 2) describir los distintos aspectos clínicos, 3) hacer un estudio de seguimiento que permita comprobar la evolución de la enfermedad, 4) en los pacientes que acudan determinar su estado socio-económico y cultural, 5) realización de un perfil sanitario que nos informe de otros aspectos asociados a la D.A. y por último, y debido a las dificultades que ofrecen estos pacientes para ser estudiados psiquiátricamente, 6) hacer un análisis psicológico uniforme que permita valorar el grado de afectación psiquiátrica. Con este propósito se revisaron las historias clínicas de 64 pacientes que fueron diagnosticados entre los años 1975 y 1984, y se citaron por carta para una nueva evaluación y estudio psicológico. Acudieron 34 de ellos. Los resultaos se han analizado estadísticamente, usando el chi-cuadrado, para comparar parámetros cualitativos, y la t de student para los cuantitativos. La distribución por sexo fue de 17 varones y 47 mujeres, de los cuales volvieron para el estudio de seguimiento 10 varones y 24 mujeres. Las formas clínicas se distribuyeron en 21 “Excoriaciones-erosiones” (volvieron 9), 13 pacientes presentaron “Ulceras-escaras” (volvieron 3), 12 con “Ampollas” (volvieron 8) y 18 con “Otras formas clínicas” (volvieron 14). Entre “Otras”, destacaron tres casos de “Paniculitis Facticia”, tres de “Quelitis Autoprovocada” y una de “Dermatitis de Contacto Artefacta”. Se comprobó que tenían significación estadística los siguientes parámetros: preferencia por mujeres, menores de 30 años, habitualmente solteras, localización única en varones y múltiple en mujeres, asociación entre distintas formas clínicas con diferentes grupos estarios, localización en miembros inferiores en varones y cabeza en mujeres. En 28 ocasiones los pacientes aceptaron ser enviados al psiquiatra, pero sólo 12 terminaron el estudio. Como terapéutica se mostró muy eficaz la cura oclusiva con cola de zinc, curando con ella el 81,8% de los pacientes; en los restantes casos se comprobó violación del vendaje. Por el estudio de seguimiento se detectó un alto índice de persistencia de lesiones (26,5%), sobre todo en mujeres (88,9%) y solteras (66,7%). El nivel cultural de los pacientes fue extremadamente bajo, ya que el 58,8% no habían sido escolarizados ó bien no habían finalizado los estudios primarios; asimismo la mayoría de ellos (82,4%) no tenían rentas ó éstas eran inferiores al salario mínimo. Los rasgos psicológicos más relevantes fueron un nivel normal de inteligencia, rasgos elevados de ansiedad y depresión y una mayor dependencia; al compararlo con un grupo control de pacientes dermatológicos.