La etica y el problema de Dios en Juan Luis Vives (1492-1540)

  1. Maestre Sánchez, Alfonso
Revista:
Anales del seminario de historia de la filosofía

ISSN: 0211-2337

Año de publicación: 2003

Número: 20

Páginas: 181-245

Tipo: Artículo

Otras publicaciones en: Anales del seminario de historia de la filosofía

Resumen

En la coyuntura histórica, turbulenta y apasionante a la vez del Humanismo Renacentista, caracterizada por la vuelta a la Antigüedad clásica y por la renovación de principios en todas las manifestaciones culturales, resultan afectadas, desde sus mismos cimientos, la filosofía y la religión. Esta crisis escolástica incide de tal manera en la conciencia de los individuos y de los pueblos, que exige sin demora una solución, aun cuando sea provisional, que haga posible a los hombres el simple fenómeno de seguir viviendo como tales. Nada tiene, pues, de extraño que entre las ruinas de la Moral tomista surjan impulsos moralizadores, como el de Justus Lipsius (1547-1606), queriendo renovar las doctrinas estoicas de Epicteto (ca. 50 a. de C.-125/138) y Séneca (ca. 4-65) y el de Pierre Gassendi (1592-1655), empeñado en cristianizar a Epicuro. Para algunos, a esto se reduce, más o menos, la Etica del Renacimiento. Otros opinan que la primera Ética de la filosofía moderna hay que buscarla entre los grandes filósofos, que sin pertenecer cronológicamente al Renacimiento, son consecuencia madura de él. Se refieren a Descartes (1596-1650), Spinoza (1632-1677) y Kant (1724-1804). Pero en opinión de significativos autores, no hay que remontarse hasta Kant para hallar la auténtica Ética del Renacimiento. Juan Luis Vives publicaba en 1524 un pequeño librito titulado Introductio ad Sapientiam [Introducción a la Sabiduría], que por su estructura ideológica interna y por su ascendencia senequista y cristiana ocupa un lugar preferente entre las Éticas modernas, y por su contenido y cronología puede ser considerada como la Ética del Renacimiento, al menos del Renacimiento español.