La doctrina Sinatra

  1. Josep Borrell
Revista:
Política exterior

ISSN: 0213-6856

Año de publicación: 2020

Volumen: 34

Número: 197

Páginas: 46-56

Tipo: Artículo

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Resumen

Todo ha cambiado en la relación entre Estados Unidos y China desde que, a principios de este año, firmaban en Washington el acuerdo que debía poner fin a la guerra comercial iniciada en 2018. Hoy su rivalidad se extiende a todas las áreas, con cierres de consulados y recriminaciones mutuas, reflejando la competencia por la supremacía geopolítica mundial entre las dos grandes superpotencias como si de una nueva guerra fría se tratara. ¿Ha sido el coronavirus lo que ha producido este cambio? Aunque ese inesperado y exógeno agente no entienda de ideologías, sin duda ha actuado como un catalizador de una rivalidad subyacente que va a ser el factor geopolítico determinante de la época posvirus. El papel de la Unión Europea en ese escenario y cómo hacer frente a una China que desarrolla con determinación su nueva estrategia global es una cuestión fundamental para nuestro futuro. Y solo la podremos contestar positivamente desde la unidad entre los Estados miembros y la capacidad de utilizar nuestros instrumentos comunitarios, en particular el poder de nuestro mercado único. La unidad es fundamental en todos los terrenos de nuestra relación con Pekín, porque ningún Estado europeo es capaz de defender solo sus intereses y sus valores frente a la dimensión y la potencia de China, a la que necesitamos para resolver los grandes problemas globales, desde las pandemias al cambio climático o la construcción de un multilateralismo eficaz. En este nuevo escenario geopolítico, 2020 puede pasar a la historia como un año clave en las relaciones UE-China. A pesar de las dificultades creadas por la pandemia del coronavirus, los encuentros de alto nivel nunca habían sido tan intensos. El 22 de junio tuvo lugar la XXII Cumbre UE-China, celebrada por videoconferencia con una duración muy superior a la programada. Hay conversaciones en curso para programar otra videoconferencia de alto nivel que reuniría a los presidentes del Consejo Europeo y de la Comisión, así como a la canciller Angela Merkel, en representación de Alemania, que ostenta la presidencia semestral de la UE, con el presidente Xi Jinping. Y antes de final de año, si el Covid-19 lo permite, debe tener lugar en Leipzig (Alemania) una cumbre que reúna al presidente chino con los del Consejo Europeo, la Comisión y los Veintisiete jefes de Estado y de gobierno europeos. El objetivo es concluir antes de que acabe 2020 el acuerdo de inversiones UE-China, que llevamos negociando desde 2013. En la citada Cumbre con China de junio, la UE mostró a Pekín su decepción por la falta de progresos en la aplicación de los acuerdos alcanzados en la anterior reunión de 2019. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, señaló claramente que Pekín no había cumplido sus compromisos de reciprocidad en el acceso al mercado chino y reducción de las ayudas a las compañías estatales, lo que sitúa las empresas europeas en clara desventaja competitiva.