Densidad mineral ósea en pacientes con vih menores de 40 añosmenor pico de masa ósea y alta prevalencia e incidencia de osteoporosis
- Gallego Galiana, Juan Felipe
- José L. Casado Osorio Director/a
Universidad de defensa: Universidad de Alcalá
Fecha de defensa: 05 de julio de 2021
- Agustín Albillos Martínez Presidente/a
- Mario Fernández Ruiz Secretario
- Carmelo García Monzón Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El aumento de la esperanza de vida de pacientes con infección por virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ha convertido la disminución de densidad mineral ósea (DMO) en un problema emergente. No se conoce de forma extensa la prevalencia e incidencia de baja masa ósea en pacientes VIH jóvenes, ni qué factores son los principales en esta población, o la influencia de un mayor pico de masa ósea (PMO) en la evolución. Igualmente, no existen estudios sobre la influencia de grasa o músculo sobre la DMO en menores de 40 años. En nuestro estudio la mediana de la DMO fue de 1,14 g/cm2 (RIC 0,85-1,84), objetivándose una prevalencia de baja DMO, definida como z score < -2, del 17% en CL y del 3% en CF, y una prevalencia de osteoporosis, si se utilizase T-score, del 11% en CL y del 0,3% en CF, lo que indica que nuestros pacientes tienen una prevalencia de baja DMO 5 veces mayor y una prevalencia de OP 6 veces mayor que la observada en la población española no VIH de una franja etaria similar. Analizando los factores que pudieran estar en relación con la baja DMO en pacientes menores de 40 años, encontramos el IMC y la masa muscular (MM). Analizando la correlación existente entre la DMO, la MM y la masa grasa (MG) en pacientes menores de 40 años, la DMO no se correlaciona con la MG como sí lo hace en pacientes mayores, mientras que sí lo hace la MM total. El PMO puede estar ligeramente retrasado en esta población, pero sigue encontrándose en la década de los 20 y sigue siendo importante el papel de la MM, que es el principal factor predictor de la DMO tanto en CL como en CF. Las variaciones en el IMC que dependen de la MM se correlacionan positivamente con la DMO. En una segunda DXA a los 3 años encontramos escasa variación porcentual en los pacientes con peor evolución, resaltando la lenta progresión de la pérdida de masa ósea en este grupo de pacientes.