Encuadernaciones artísticas medievales y modernas en la biblioteca capitular de la seo, zaragoza

  1. IBAÑEZ ABELLA, M BELEN
Dirigida por:
  1. María Isabel Álvaro Zamora Director/a

Universidad de defensa: Universidad de Zaragoza

Fecha de defensa: 14 de enero de 2020

Tribunal:
  1. José Luis Pano Gracia Presidente/a
  2. Antonio Carpallo Bautista Secretario
  3. Juan Antonio Yeves Andrés Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 610879 DIALNET

Resumen

El patrimonio documental y bibliográfico, que conserva la memoria de nuestra sociedad y su cultura, custodia las encuadernaciones históricas, que dotan al libro de su apariencia externa, otorgándole una imagen de prestigio, sagrada o simbólica. La encuadernación artística, indivisible del soporte material que le da sentido y al que protege, se muestra autónoma en la elección de sus valores ornamentales, aunque pasado el tiempo será dependiente de los contenidos del libro. Se trata de un legado que debe ser puesto en valor, transmitiendo su importancia a las generaciones futuras. Estas cubiertas precisan de un conocimiento sistemático y ordenado, para establecer hipótesis razonadas sobre las corrientes artísticas que les afectan y que ellas mismas difunden. La encuadernación hace superar al libro su presencia como objeto físico y es el resultado del encuentro de dos voluntades, la del creador, que desea trascender lo meramente utilitario, y la del encargante, que se propone asumir las formas artísticas contemporáneas en la esfera de sus propiedades individuales. A esta confluencia artística se añade la de la confección del libro, como muestra la ciudad de Zaragoza, donde los artífices de encuadernaciones están íntimamente relacionados con los ocupados en la creación y comercialización del libro, actuando en este ámbito de forma inseparable, impresores, encuadernadores y mercaderes. Los gremios zaragozanos, al igual que otros hispanos, se dotan de ordenaciones desde el siglo XVI, coyuntura en la que el Concejo de Zaragoza decreta las Ordinaciones al Oficio de Libreros y Encuadernadores, el 5 de febrero de 1537, lo que las sitúa entre las primeras peninsulares. De la importancia de los gremios de libreros e impresores en la ciudad dan testimonio las numerosas publicaciones que se les han dedicado, en relación con su establecimiento, convivencia y colisión, a las que se suman los estudios sobre las ediciones de libros, sus promotores y las bibliotecas particulares más importantes. Nuestra investigación viene a completar las anteriores mediante los trabajos concretos realizados por los encuadernadores para el Cabildo, utilizando para ello los libros de sus Administraciones y los recibos emitidos por los artesanos para justificar sus cobros. La riqueza de registros nos ha llevado a transcribir la totalidad de los conservados, más allá de la que corresponde a la cronología de las encuadernaciones catalogadas, para obtener una visión general respecto a la adquisición, elaboración, custodia y conservación de los libros en la Seo. En lo que respecta a los estudios de encuadernaciones artísticas conservadas en archivos aragoneses, es pionera la publicación de José Galiay Sarañana, que ejemplifica mediante los volúmenes de la Catedral de Tarazona. El primer y único estudio de las destacadas encuadernaciones mudéjares conservadas en la ciudad de Zaragoza, con un carácter histórico-artístico, es el realizado por Mª Isabel Álvaro Zamora, puesto que la investigación de Mariano Caballero Almonacid, examina tan solo la técnica ligatoria. Nuestra tesis, realizada asimismo desde la perspectiva histórico-artística en la más destacada biblioteca eclesiástica de Zaragoza, define los siguientes seis objetivos iniciales: I. Catalogar los fondos de encuadernaciones artísticas de mayor entidad, cuyas tipologías son góticas, mudéjares y del siglo XVI. II. Valorar dicho conjunto respecto a sus posibles talleres de origen. III. Aportar documentación inédita del proceso de encuadernación en Zaragoza, que informe sobre características formales, técnicas del colectivo de artesanos y gustos artísticos de sus encargantes, identificando los encuadernadores activos en cada periodo contratados por el Cabildo. El estudio documental realizado permite asimismo, concretar algunos encargos de encuadernación y restauración de libros específicos, los materiales utilizados y el coste de los mismos. IV. Investigar la historia de la Biblioteca Capitular, que contextualice las obras catalogadas. V. Esbozar algunas relaciones entre estas encuadernaciones y otras cubiertas y obras artísticas anteriores y coetáneas, tanto hispánicas como europeas. VI. Reunir un glosario de la técnica y vocabulario específico de la encuadernación. Además, como resultado del trabajo de varios años en la biblioteca, hemos añadido unas breves consideraciones sobre el estado de conservación de los fondos catalogados, a partir de las pautas actuales de Conservación Preventiva del Patrimonio Cultural Bibliográfico, Documental y Gráfico, que asimismo aportamos. Igualmente, y como consecuencia del estudio documental realizado, hemos agregado a nuestra investigación otros cinco objetivos, dos de los cuales son identificar los antiguos propietarios tanto en los registros como mediante exlibris. El tercero es ponderar las aportaciones de las bibliotecas del Pilar y de la Seo a la actual Biblioteca Capitular, a través de los olim. El cuarto es documentar los trabajos de otros gremios relacionados con el libro, especialmente el de los impresores zaragozanos, y el quinto y último, evidenciar la importancia del Coro a través de los trabajos en la elaboración y mantenimiento de sus libros. Para alcanzar los objetivos enumerados anteriormente, adoptamos una metodología de investigación que se inicia con la recopilación de bibliografía, reflejada en el apartado de Bibliografía. Seguidamente, revisamos la documentación del Archivo Capitular de la Seo, de forma completa en dos de las cuatro grandes series de la administración del Cabildo de la Seo —la del Común y la de la Fábrica—, y de forma selectiva las de Sacristía y Actas Capitulares. Asimismo, se han consultado el Archivo Capitular del Pilar y otros archivos históricos, así como otras encuadernaciones artísticas custodiadas en Bibliotecas zaragozanas. Posteriormente, se han inventariado los ejemplares de la Seo, elaborando un inventario general a partir del que se elaboran otros parciales, más sintéticos y operativos, por categorías artísticas. Éstos se inician con las encuadernaciones más antiguas y continúan en progresión cronológica, permitiendo este orden estudiar la evolución de los motivos decorativos y técnicas utilizados sobre las cubiertas, y codificar sucesivamente los repertorios en las tablas correspondientes. Tras el inventario, se realiza una catalogación extensa de las encuadernaciones artísticas, mediante fichas de catalogación individuales. El proceso de catalogación finaliza con la elaboración de tablas que contienen los códigos de los patrones decorativos de los entrenervios y los motivos decorativos utilizados en las cubiertas (hierros ruedas y planchas) y sus imágenes, incluyendo en las de repertorios, una descripción extensa y bibliografía de otros autores. Finalmente hemos redactado la tesis ordenada en tres volúmenes. El primero recoge el estudio, y se organiza en siete apartados. Cinco de ellos abordan la investigación sobre la historia de la Biblioteca Capitular de la Seo, los gremios relacionados con ella y las tipologías decorativas de las encuadernaciones artísticas catalogadas, y dos se dedican a explicar nuestro proyecto de tesis y a recopilar la bibliografía. El segundo volumen reúne el corpus documental, contiene una explicación sobre las características de la documentación transcrita y los tres índices onomásticos elaborados. El tercer tomo se dedica a la catalogación, aportando en siete anexos el glosario de términos técnicos, los inventarios de las encuadernaciones artísticas, los catálogos de hierros, ruedas y planchas codificados, los patrones decorativos de los entrenervios, los cuatro registros de exlibris y olim localizados y un apartado dedicado al Patrimonio cultural bibliográfico, en relación a sus factores de deterioro y su conservación preventiva. Este ejemplar reúne en un DVD adjunto, diez archivos que contienen las fichas catalográficas de las encuadernaciones artísticas, agrupadas por categorías. El anterior estudio nos ha permitido desarrollar una serie de conclusiones que hemos diferenciado en varios apartados: I. En relación a la historia de la Biblioteca de la Seo, como colección y como espacio físico que contextualiza las obras objeto del estudio. - La pérdida de fondos derivada de la Incautación. Del análisis documental se concluye que las bibliotecas de la Seo y del Pilar no se ven afectadas por el Decreto de Incautación. - La Biblioteca de la Seo a través de los libros de la Administración de la Fábrica. Las referencias a la denominada librería en la documentación, aparecen en el año 1412. Reseñamos las sucesivas intervenciones ejecutadas a lo largo del siglo XV, hasta que se reubica la biblioteca, a inicios del siglo XVI, momento en que se realizan un taujel, un mirador y su pavimentación con azulejos. Las noticias son menores, aunque continuas, hasta 1720. Hemos registrado todos los intervinientes en estas ocupaciones en el Índice onomástico de artesanos relacionados con la obra de la librería y mobiliario para los libros del coro. - La entidad de cada una de las bibliotecas antes de la unión de ambas. La consideración de que la Biblioteca actual es en su mayor parte la trasladada desde Pilar, se contradice con los olim registrados, que indican que es un fondo menor. - Las colecciones particulares incorporadas a la Biblioteca. Se documentan mediante los legados citados por las Actas, añadiendo nuestra investigación otros propietarios, tanto privados como Instituciones eclesiásticas, localizados en los libros y en los exlibris manuscritos. II. En relación a los datos proporcionados por la documentación del Común y de la Fábrica - Las referencias a los libros en los libros de la administración del Común. Los gastos del Cabildo con relación a los libros se diferencian según la naturaleza de éstos, según se dediquen a la adquisición, elaboración y encuadernación de los propios libros de cuentas, los litúrgicos y los que pertenecen a la Biblioteca. - Las referencias a los gremios relacionados con el libro en la documentación consultada. Las reseñas a la actividad de encuadernación son constantes y se inician simultáneamente a los registros del Común, siendo muy numerosos los asientos que registran su realización anónima. Destaca la importante cantidad de artesanos implicados en relación al libro, así como su variedad, consecuencia tanto de la larga serie documental transcrita como de la propia actividad, en la que se implican necesariamente diferentes gremios. Además, la documentación traslada continua y mayoritariamente la encuadernación de libros litúrgicos, incluidos los corales, desapareciendo las referencias a los de la Biblioteca desde finales del siglo XVI. Con los libreros citados, tanto de forma impersonal como de forma inequívoca, elaboramos un Índice onomástico de ligadores, libreros, encuadernadores, impresores, escritores calígrafos, capletradores, iluminadores, doradores, pergamineros, papeleros, peleteros, buidadores y fusteros, que permite conocer la totalidad de artesanos relacionados con el libro que trabaja para el Cabildo. - La política de contratación del Cabildo respecto a la encuadernación. Las relaciones establecidas entre el Cabildo y el gremio de los libreros se modifican a lo largo de la cronología investigada, debido a la amplitud de ésta, de la administración encargada de asumir los costes relacionados con los libros y de los encuadernadores elegidos para realizar estas tareas. Hasta comienzos del siglo XVI, los libreros se suceden en espacios de tiempo breves, aunque existe un evidente interés por hacerse encuadernador de confianza del Cabildo, habida cuenta de que no existe en este momento un maestro que monopolice las tareas de forma exclusiva y los libreros deben competir por conseguir estos encargos. En esta época, hemos documentado varios libreros zaragozanos, a los que deben añadirse otros que realizan asimismo importantes encargos, como Guillen Pras. La situación se modifica con la aparición de Martín de Cavallos, documentado por primera vez en 1516, y de forma regular hasta 1550, por tratarse del único encuadernador que recibe una pensión anual por sus trabajos, situación que se repite en el Pilar. A partir de mediados del siglo XVI, la contratación del Cabildo cambia nuevamente, sin dar a ningún librero la exclusividad de los trabajos, hasta que la obtenga Miguel Ganareo, entre 1598 y 1605. Posteriormente, los encuadernadores que trabajan para el Cabildo lo hacen en ocasiones de forma simultánea, hasta mediados del siglo XVII. En el tercer cuarto del siglo XVII, los trabajos de encuadernación y reparación de los libros, todos pertenecientes al Coro, son realizados exclusivamente por Martín Navarro. En este momento, hay un significativo cambio, por cuanto la administración de la Fábrica se hace cargo de la elaboración y mantenimiento de ellos, quedando la del Común responsable de pagos secundarios. Desde 1675, la nómina de libreros, de los que consta su ingreso en el Libro de Actas de la Cofradía, es variada, sumándose a ellos otros intervinientes, que actúan en ocasiones como intermediarios. El más importante librero que trabaja para la Seo en el siglo XVIII es José Valero, documentado entre 1753 y 1773, y desde 1780, el librero Cristóbal Abella aparece en los registros de forma abundante y continua, trabajando de manera exclusiva prácticamente para el Cabildo hasta 1828, fecha que supone el fin de la documentación disponible. - Las referencias a los impresores y al Coro. Entre los gremios investigados destaca el de impresores, cuyos trabajos son de cierta entidad, bien editorial o económica —edición de libros, bulas y estampas—, o menores pero muy numerosos —edictos de canongía—. La nómina de impresores que trabajan para la Seo incluye a los más importantes a nivel local, aunque eran desconocidos los encargos documentados en el largo intervalo cronológico revisado. La importancia del Coro de la Seo y de la Escuela de polifonía aragonesa se confirma mediante las continuas referencias, de las que se han trasladado las que aluden directamente a la confección, encuadernación y reparación de sus libros, con las que elaboramos el Índice onomástico de escritores, compositores, ministriles, cantores, maestros de canto y maestros de capilla. III. En relación a las encuadernaciones artísticas medievales y modernas - Las encuadernaciones tardogóticas. Las encuadernaciones de fileteados. Proponemos como hipótesis, que estas cubiertas forman un grupo con entidad propia, caracterizado por su transversalidad y la variedad de sus patrones decorativos. Se trata posiblemente de obras de talleres locales, los manuscritos por ligarse generalmente en su lugar de elaboración o en el de residencia de su adquiriente, y los impresos, por transportarse normalmente en blanco, para aligerar su peso. Las decoraciones de sus cubiertas utilizan motivos muy extendidos geográficamente y recurrentes en los encuadernadores, lo que refuerza nuestra presunción. Las encuadernaciones tardogóticas de fileteados combinados con hierros. En este grupo se han localizado conjuntos con evidentes similitudes en las pieles, técnicas ligatorias y temas decorativos utilizados. Algunas cubiertas son manufacturas zaragozanas, en las que la modificación del diseño tiene un fin funcional, facilitando a los usuarios la distinción del contenido del libro, o meramente ornamental, mostrando el gusto del artesano y del cliente por la variedad. Otros patrones decorativos no resultan muy diferentes a los de la ciudad, pero sí sus hierros y la disposición, por lo que se concluye que se trata de ejemplares ajenos a los talleres locales. Finalmente, hemos catalogado colecciones de encuadernaciones claramente importadas, como las del círculo de París, las de manufactura alemana, y las de los talleres italianos. Las encuadernaciones tardogóticas de planchas. Se conservan dos ejemplares de encuadernaciones tardogóticas de planchas francesas, muy escasas en las bibliotecas españolas, y una serie de cubiertas alemanas que hemos denominado del círculo de Nuremberg, con decoraciones inspiradas en los brocados genoveses del siglo XV. - Las encuadernaciones mudéjares En las encuadernaciones catalogadas, la tipología artística mayoritaria es la de bandas rectangulares, patrón que se realiza de forma continua en la cronología considerada, al igual que la estructura de compartimentos, que aparece prácticamente de forma simultánea a la anterior. La presencia coetánea de ambas tipologías, indica que ésta última no supone una evolución, sino que ambos patrones se muestran independientes. El conjunto de encuadernaciones con lacerías es muy escaso, pero su elaboración es regular en el tiempo, perviviendo hasta mediados del siglo XVI. La continuidad de la encuadernación mudéjar traslada la afinidad de los clientes por sus valores básicos, especialmente el gusto por la ornamentación y los repertorios geométricos y vegetales. Se trata por tanto de una opción más entre las diferentes propuestas ofrecidas en la época moderna, una tradición a la que se debe el mantenimiento entre los encuadernadores de las técnicas del gofrado, muy avanzadas respecto al resto de Europa. También se mantiene el sistema ligatorio de cubiertas en media piel sobre tabla, y se adopta ocasionalmente el cartón como soporte de sus cubiertas, una estrategia de asimilación de técnicas y recursos característica del arte mudéjar. La técnica se manifiesta independientemente del tamaño de libro, proporcionándole una imagen de prestigio que explica su continuidad en el tiempo. La documentación indica que los libreros y encuadernadores que trabajan en Zaragoza en la época bajomedieval y moderna, tienen origen europeo —hispanos, franceses o alemanes—, descartándose en el periodo que hemos investigado la presencia de otros colectivos. - Las encuadernaciones renacentistas. Las peculiaridades que presentan las encuadernaciones renacentistas en España deben entenderse en un ámbito, temporal y geográfico, en el que las innovaciones técnicas —especialmente en el utillaje, la rueda, y en el uso del dorado— y los novedosos repertorios renacentistas se asumen en convivencia con el estilo mudéjar. Entre las encuadernaciones artísticas del siglo XVI correspondientes a la tipología renacentista, hemos diferenciado tres grupos, el primero las cubiertas de fileteados y de hierros, más numerosas en el segundo cuarto de siglo, tal vez por su novedad. Se trata de una corriente desornamentada que carece de consecuentes artísticos en la encuadernación española. Las cubiertas de orlas tienen una presencia mayoritaria, que se explica por el uso de la rueda, instrumento que permite ornamentar con mayor rapidez las pieles, y la preferencia de los clientes por sus repertorios figurativos. Esta tipología puede considerarse una pervivencia artística del mudéjar, por ser sus estructuras compositivas de bandas guarnecidas con ruedas análogas a las mudéjares, suponiendo tan solo la asimilación de la novedad técnica. El patrón decorativo más utilizado es el de bandas con forma rectangular, concentrándose las novedades de la encuadernación renacentista española en la zona central. Ésta abandona la organización de hierros en retículas y ajedrezados mudéjares y recupera los frisos verticales de acuerdo a dos modelos: los que utilizan hierros sueltos, que aportan movimiento y ligereza a la cubierta, y aquellos en que los hierros se conectan, mostrando orden y equilibrio. La creatividad del encuadernador se despliega especialmente cuando idea motivos compuestos, que en principio agrupan al mismo hierro y posteriormente incorporan varios de ellos para elaborarlo. Tanto en la tipología de fileteados y hierros como en la de orlas, el uso del dorado es escaso, lo que se explica tanto por la carestía del material como por la pericia técnica que su realización conlleva. No obstante, su representación es significativa en la Biblioteca de la Seo, aunque debe ser contextualizada con las características de esta librería, que custodia numerosos libros litúrgicos. Mantenemos la denominación de “tipos populares”, aunque consideramos más adecuada la de “estilo ornamental” propuesta por J. L. Checa, para definir la tercera tipología, pervivencia y desarrollo de otras anteriores y coetáneas. Su presencia en la Biblioteca no es excepcional y por su cronología —t.p.q. 1520-1595— se cuestiona si realmente es un estilo de transición. Cabe resaltar que en este conjunto, el juego de las diferentes formas geométricas y la complejidad de los motivos centrales, asimilan su estética a las complejas lacerías mudéjares, que desaparecen en España a mediados del siglo XVI, en coincidencia con la aparición de estos diseños, que parecen recoger estas preferencias. Por su singularidad, destacan en la colección las cinco encuadernaciones de planchas renacentistas alemanas, en su mayoría propiedad del canónigo Llorente. Finalmente, debemos señalar que, a falta de estudios equivalentes al presente, no ha sido posible realizar una comparativa de la ciudad respecto a los que hasta ahora se vienen considerando como los grandes centros de encuadernación de la península: Toledo, Salamanca, Barcelona y Madrid.