Cartografía de valoración económico-ambiental como herramienta para la planificación territorial

  1. Gómez Jiménez, Inmaculada
Dirigida por:
  1. Raúl Romero Calcerrada Director/a
  2. Pablo Martínez de Anguita d' Huart Director/a

Universidad de defensa: Universidad Rey Juan Carlos

Fecha de defensa: 15 de noviembre de 2013

Tribunal:
  1. Joaquín Bosque Sendra Presidente/a
  2. Pascual Fernández Martínez Secretario/a
  3. Mari Sundli Tveit Vocal
  4. Mario Soliño Millán Vocal
  5. Javier Velázquez Saornil Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 359373 DIALNET

Resumen

Actualmente la presión humana sobre el territorio continúa siendo un elemento clave de estudio de las Ciencias Ambientales. Los patrones de desarrollo y crecimiento tratan de hacerse compatibles con la conservación y mejora del medio ambiente natural a través de diversas disciplinas. Tradicionalmente, la planificación territorial ha buscado posibilitar dicha integración mediante una ordenación de las actividades en el territorio. Sin embargo, y pese al creciente desarrollo y mejoras de las tecnologías disponibles para aplicar dicha planificación, aún son muy frecuentes los modelos de desarrollo donde se presentan claros conflictos entre las actividades económicas y el sostenimiento de los valores ambientales. Sirva como ejemplo los numerosos casos denunciados en España en los últimos años por un desarrollo urbanístico incontrolado. Como hipótesis de partida de esta tesis, creemos que estos problemas de planificación de las actividades del territorio responden, por el contrario, a una falta de integración homogénea de los valores ambientales con los valores socioeconómicos en los criterios de la planificación. En el sistema de economía de mercado actual la gran mayoría de bienes y servicios ambientales no se miden en unidades comparables a las de los beneficios derivados de ciertos desarrollos urbanísticos (para continuar con el ejemplo). Esto conlleva una subjetividad en la comparación de los beneficios tangibles e inmediatos: económicos, empleo; en detrimento de los impactos sobre los servicios ambientales, menos tangibles y con repercusiones a más largo plazo. Una planificación óptima del territorio debe estar basada en la integración del medio natural (recursos naturales y servicios ambientales) con el medio socioeconómico, donde se traten de considerar las interacciones entre los tres aspectos del territorio. Esta tesis analiza las posibilidades de utilizar la valoración económico-ambiental como mecanismo de integración de los valores ambientales en la planificación territorial. Para esta integración se utilizarán, de una parte las técnicas propias de la economía ambiental y de otra, las Tecnologías de Información Geográfica (TIG). La valoración económico-ambiental permite introducir como un valor más dentro del mercado los valores (costes o beneficios) ambientales externos, que sin dicha valoración habitualmente son asumidos (podríamos decir ¿pagados¿) por el conjunto de la sociedad. La economía ambiental ofrece herramientas muy valiosas para la planificación y la toma de decisiones. La posibilidad de disponer de medidas cuantitativas y conmensurables en todos los ámbitos a considerar en la planificación, simplifica y acelera la toma de decisiones. Sin embargo, pese al amplio desarrollo acaecido en los últimos años, de los métodos de valoración y al gran número de estudios realizados, aún no existe un mecanismo que permita una integración sistemática de los valores ambientales en la toma de decisiones de planificación territorial (Grêt-Regamey y Kytzia, 2007). El objetivo principal de esta tesis consiste en evaluar si sería posible establecer una cartografía económica del territorio que reflejase, de un modo comparable al resto de elementos habitualmente considerados en planificación, los servicios ambientales y que sirviese como herramienta base para una planificación integrada de los aspectos socioeconómicos y ambientales. Para responder a los objetivos planteados y analizar en detalle las posibilidades de la integración en primer lugar se ha realizado un análisis extenso de la literatura, en aras de localizar posibles aplicaciones conjuntas de la economía ambiental y la planificación territorial. Gracias a este análisis de casos previos se ha concluido que no era razonable tratar de realizar una cartografía exhaustiva de todos los valores que constituyen el Valor Económico Total (VET) sino que ya suponía un gran avance en este campo el analizar las posibilidades de las tipologías de valores más representativas. Ante una construcción de cartografía basada en una recopilación de datos, se identificó la necesidad detectar las posibles debilidades y establecer soluciones. Por ello se han planteado tres casos de estudio para plasmar diferencias significativas sujetas al ámbito territorial de estudio, tipos de valores ambientales, distintas técnicas de valoración económico-ambiental y diferentes técnicas de generación cartográfica. En el primer caso se analiza el caso particular de los bienes de uso directo, con precio de mercado, aplicación a explotaciones forestales en el norte de Italia. Se realiza asimismo una comparativa de parámetros con la Sierra de Madrid. Como paso previo a la valoración económica, se identifican los bienes y servicios en la zona de estudio y se referencian a los posibles indicadores físicos y cartográficos. Se seleccionaron los bienes/servicios más abundantes o con un mayor valor unitario: madera, almacenamiento de CO2, pastos y costes de gestión (para incluir no sólo los aspectos positivos). En general, son valores cuya valoración, y en algunos casos distribución espacial, ha sido ampliamente estudiada y es frecuente su valoración sobre el territorio. Sin embargo, su valoración y agregación sobre el territorio no está exenta de dificultades desde un punto de vista práctico. En cuanto a la factibilidad de la obtención de los valores económicos, una dificultad significativa en cuanto a la valoración a través de precios, ha sido eliminar las distorsiones que éstos pudieran tener, por ejemplo en base a subvenciones o a distorsiones de mercado, lo que también ha sido identificado por Merlo y Croitoru (2005). También se ha comprobado, especialmente a través de la comparativa Comélico-Madrid, que existe una gran dependencia entre la disponibilidad y calidad de los datos disponibles y la factibilidad de la valoración. Las principales dificultades encontradas son la relación entre la cartografía biofísica disponible y el indicador del bien o servicio y el acceso a precios. Como potencialidad, se observa un mayor acceso a los valores de una forma cartográfica y abierta, posibilitada por el desarrollo de las TIG y los servidores a través de internet. Uno de los elementos más significativos que se deducen de los casos de estudio es analizar los posibles sesgos y distorsiones que pueden afectar al resultado de la valoración. Para este primer caso de estudio se identifican el uso de un mismo precio para un área y la tasa descuento de las rentas como principales sesgos potenciales a considerar. En el segundo caso, se analiza la valoración de los servicios de uso indirecto, sin precio de mercado. En concreto, se realiza una valoración de la protección frente a la erosión hídrica en la ZEPA 56 (Sierra de Madrid). Por un lado se obtuvo una cuantificación cartográfica del servicio (la erosión causada por las lluvias ante los diferentes usos) y por otro fue necesaria realizar una valoración económica del mismo, para lo que se aplicó el método de costes de reposición. Las metodologías actuales de cálculo de la erosión están muy avanzadas y permitieron, no sin dificultad y un intensivo consumo de recursos disponer de una cartografía que cuantificase las pérdidas de suelo por erosión. Por medio de la simulación con SWAT se obtuvieron datos de producción de sedimentos para cada una de los mapas de ocupación del suelo. Sin embargo, dicha cartografía no era suficiente por sí misma para la valoración económica. Para dicha valoración se estimó que la clave de la valoración de este servicio estribaba en la irreversibilidad del proceso erosivo. Por ello, estos mapas de erosión neta se convirtieron en mapas que podían ser transformados a su vez, mediante el método de costes de reposición, en mapas de valor económico. Las metodologías para la cuantificación de la erosión están muy desarrolladas y alcanzan un alto grado de precisión (y también de complejidad). Sin embargo, el establecimiento de umbrales de irreversibilidad o críticos coherentes con el territorio no ha sido suficientemente estudiado. La espacialización no ha sido un problema en este caso, en tanto en cuanto la posibilidad de geolocalizar el servicio ha sido facilitada por las herramientas de modelización del servicio. El método de valoración económica utilizado (costes de reposición) tiene un carácter estático y en general se considera que conlleva sobreestimación por comparación a otras valoraciones (e.g. valoraciones de daños). En cuanto a los posibles sesgos y distorsiones que afecten a la comparación de los resultados de este caso con otros valores, es crítica la definición de umbrales. También existe un sesgo al escoger los costes de reposición a través de la reforestación, ya que esta puede no ser viable en algunos casos, quedando dichas zonas sin valorar. Además, una vez implementadas las reforestaciones (base del método aplicado) no sólo se conseguiría una protección contra la erosión, sino otros muchos bienes y servicios (externalidades positivas). Por ello, a la hora de valorar el coste que se vincula con la erosión, se deberían descontar estos potenciales beneficios futuros. También habría que tener en cuenta el tiempo necesario, en términos de coste de oportunidad, para reponer el servicio. Por último, en el tercer caso, se analizó la valoración de servicios de uso directo, sin precio de mercado. En concreto referido a la valoración de servicios recreativos en la ZEPA 56 (Sierra de Madrid). Los servicios recreativos, en su amplia variedad (paisaje, pesca, baño, ciclismo, senderismo¿) constituyen el grupo de servicios ambientales más frecuentemente estudiados por la economía ambiental. Se utilizaron varias áreas recreativas para representar mejor el uso recreativo de la zona. En vez de considerar cada área como un destino único se consideró como un conjunto. De esta forma, el número de visitantes era mayor, se ganaba en representatividad y en variabilidad. Se abordó este caso desde dos perspectivas metodológicas diferentes pero con un elemento común: la realización de encuestas. Por un lado, se utilizó el método de valoración económica del coste de viaje. Por el otro, como posible mecanismo de espacialización cartográfica, se utilizó un método de preferencias visuales. Uno de los problemas principales para la obtención de los valores económicos en este caso ha sido la calidad del mapa de carreteras de la región de estudio. Otro problema de tipo cartográfico se presentó a la hora de localizar el punto de origen (en el viaje) del encuestado, que se resolvió por un sistema de localización de códigos postales y uso de centroides. Puesto que la valoración de coste de viaje valoraba las ¿áreas recreativas¿ sin una distribución espacial del entorno, se optó por analizar las posibilidades que un método complementario como el de las preferencias visuales podría permitir como alternativa para la espacialización (Peron et al., 1998; Ribeiro y Barao, 2006; Tahvanainen et al., 2001; Wrbka et al., 2004). Los resultados de la correlación indicaban que todos los parámetros visuales analizados estaban relacionados, de forma significativa, con el valor que los usuarios otorgaban a cada una de las fotografías, con la excepción de la variable irregularidad. Esto es un claro indicador de la importancia de los efectos visuales de las prácticas de gestión forestal en la valoración que los usuarios del bosque hacen de éste (Fry, 1996; Tyrvainen et al., 2001). De los cinco parámetros que resultaron relevantes, sólo dos (CL y DN) eran suficientes para explicar la variabilidad de los valores recreativos, según indicó la regresión múltiple. Pese a las dificultades, consideramos que el trabajo aquí iniciado sienta un precedente hacia una nueva forma de abordar este tipo de estudios. Los posibles sesgos y distorsiones que afectan a la obtención de datos mediante encuestas están muy estudiados y se encuentran disponibles en la literatura, y se trataron de minimizar en lo posible. Otros sesgos que pueden aparecer en el modelo de coste de viaje son el tratamiento del tiempo de viaje y del tiempo de estancia en el área objetivo (Earnhart, 2003; Mokhtarian, 2005; Wilman, 1980). De forma específica al caso de estudio, una de las principales distorsiones está relacionada con la vinculación entre el área forestal y el área recreativa y el método empleado para la espacialización. Todas las áreas recreativas consideradas estaban vinculadas a una masa de agua más o menos apta para el baño, lo que dejaba en entredicho si el valor obtenido para estos puntos de recreo podía en algún modo ser extrapolado al área de estudio como conjunto (ZEPA 56) o dependía exclusivamente de la presencia del agua. En cuanto al método alternativo de espacialización a partir de las preferencias visuales, por ser un planteamiento novedoso, sería necesario ahondar más para poder definir la fiabilidad y fortaleza del método. Uno de los aspectos más importantes de una cartografía de valoración económica de bienes y servicios ambientales que sea útil para la planificación del territorio es que sepa interpretar los efectos entre las medidas de planificación realizadas y los resultados/efectos sobre el capital natural. La combinación de métodos empleada (coste de viaje más preferencias visuales) es muy adecuada en este caso porque permite establecer recomendaciones de gestión forestal (un modo de planificación) con un efecto directo en la valoración. Como principales conclusiones, consideramos que las investigaciones aquí realizadas representan una contribución a la aplicación de la valoración económico-ambiental a la planificación del territorio. Los resultados de los diferentes casos de estudio nos han mostrado que sí es posible realizar una cartografía económico-ambiental del territorio, con un detalle razonable, pero que aún se requieren mayores investigaciones sobre qué aspectos pueden o no incluirse. Parece mucho más difícil, sin embargo, alcanzar este grado de detalle al respecto de causalidad en cuanto a los valores de no-uso. Sin embargo, la información actualmente disponible no permite equiparar la actualización espacio temporal de las valoraciones económico-ambientales y sus cartografías a otras cartografías habitualmente utilizadas (vegetación, elevaciones, etc.). Desde un punto de vista meramente práctico, parece difícil que sea justificable a nivel por ejemplo de un estudio de impacto ambiental previo a un proyecto concreto, el realizar una valoración económica de todos los bienes y servicios que pudieran resultar afectados. La valoración de los servicios de uso indirecto (como el caso de la erosión) se ha mostrado como todo un desafío y consideramos que la metodología aún no está madura para una aplicación directa. Uno de los principales retos que ha planteado este uso de la valoración ambiental en el territorio es la definición de los límites espaciales. Relativamente sencilla cuando se valoran bienes tangibles, muy compleja cuando se valoran servicios como por ejemplo el estudiado del valor recreativo. De cara a futuras investigaciones, el elemento que sin duda ofrece un mayor potencial y que además cuenta con una mayor base de estudios previos, es el valor recreativo. Una opción consistiría en integrar varios modelos de análisis concreto (escenarios con actuaciones definidas) para llegar a superar el desafío de la cartografía holística del territorio, empezando por la relación entre cambios en el paisaje y el valor recreativo. ¿