Correspondencia entre hechos y conceptosFilosofía, ciencia y hechos naturales

Resumen

Wittgenstein sostuvo que las reglas del lenguaje no se explican según hechos naturales y que la gramática no rinde cuentas a ninguna realidad. Sin embargo, los hechos naturales desempeñan un rol decisivo en la constitución y en el mantenimiento del sentido de nuestras expresiones lingüísticas. Nuestros conceptos se encuentran indisolublemente correspondidos a hechos naturales que subyacen a la gramática y que forman un armazón de hechos. La tensión entre el desinterés teórico por la determinación de los hechos empíricos que subyacen a la gramática y el interés lógico y filosófico por hechos que concurren para la regularidad de nuestras prácticas lingüísticas refleja la peculiaridad de la perspectiva de Wittgenstein respeto a la correspondencia entre hechos y conceptos. Los hechos naturales tienen una función lógica irreductible a un rol justificativo, por ello su importancia no viola la autonomía de la gramática. Pero una vez que no hace falta identificar cuáles son los hechos que están correspondidos a nuestros conceptos, su importancia con frecuencia pasa desapercibida. De distintas maneras, en nuestra investigación hemos puesto de relieve la importancia de los hechos naturales destacando desde su indispensable contribución para el carácter determinado del sentido de nuestras expresiones lingüísticas hasta su papel en la genealogía del debate sobre certezas y fundamentos. Los hechos naturales a los que Wittgenstein se refiere de manera casi siempre indeterminada son la expresión de un modo particular de entender la cuestión de la generalidad, y eso supone importantes consecuencias para, entre otras cosas, la concepción de sistema y nuestro modo de plantear lo que consideramos fundamental. El objetivo de este trabajo consiste en señalar la singularidad de la perspectiva de Wittgenstein sobre la relación entre hechos y conceptos, pese a la tendencia natural de comprenderla a la luz de la clave de la autonomía de la gramática, cuya fuerza a menudo enmascara el rol de la heteronomía de la gramática (de los hechos naturales) en la determinación del sentido.