El coleccionismo científico en Madrid en la segunda mitad del siglo XVIIIlas colecciones de palacio y las de Benavente-Osuna, infantado y marqués de Santa Cruz

  1. Bohigues Arroyo, Helena
Dirigida por:
  1. Concepción Lopezosa Aparicio Directora

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 14 de diciembre de 2021

Tribunal:
  1. Félix Díaz Moreno Presidente
  2. Maribel Morente Parra Secretaria
  3. Cristóbal Marín Tovar Vocal
  4. Amelia María Aranda Huete Vocal
  5. Carmen González Román Vocal
Departamento:
  1. Historia del Arte

Tipo: Tesis

Teseo: 157270 DIALNET

Resumen

El objetivo principal de esta tesis consiste en paliar la ausencia de estudios acerca de los gabinetes experimentales de ámbito privado surgidos en España durante la segunda mitad del siglo XVIII, mediante la reconstrucción y análisis de cinco de los conjuntos más representativos de la época, así como estableciendo el contexto, naturaleza y uso de estas colecciones en el momento en el que surgieron, de innovación, desarrollo y consolidación científica. El coleccionismo científico particular reflejó la influencia y el calado social que consiguieron los cambios en la metodología y maneras de abordar el conocimiento del mundo natural desarrollados en los siglos precedentes. El nuevo método científico experimental difundido por toda Europa, dentro del proceso de transformación cultural, política y social, trajo consigo la creación y uso de una instrumentación específica, imprescindible para garantizar la validez y reproductibilidad de los hechos planteados, siendo un complemento indispensable para su implantación y desarrollo. Los gabinetes de física experimental analizados ponen de manifiesto cómo las cualidades demostrativas y espectaculares de las prácticas experimentales las convirtieron en efectivos mecanismos de difusión científica, adoptadas tanto en la enseñanza como en los ámbitos de sociabilidad. Igualmente, se evidencia la relación con las experiencias realizadas por demostradores profesionales, que respondieron a la satisfacción de la curiosidad y al entretenimiento dentro de las prácticas habituales del ocio nobiliario, así como a la demostración de las propiedades utilitarias de la ciencia en la aplicación de la innovación técnica y tecnológica en la agricultura e industria. Las colecciones abordadas constituyen las dos concebidas dentro de Palacio Real, una impulsada por Carlos III para la educación de sus hijos y otra conformada por su hijo Gabriel para satisfacer sus propios intereses. Ambas culminaron la asimilación del nuevo método experimental por parte de la monarquía en nuestro país, como harán otras importantes monarquías europeas. Grandes familias nobiliarias como los condes duques de Benavente y Osuna, los duques del Infantado y el marqués de Santa Cruz también asimilarán estas prácticas y adquirirán instrumentos científicos para su propio uso, conformando colecciones coetáneas a las de la familia real y fomentando el comercio e intercambio de piezas. Estas colecciones desvelan la intrínseca relación mantenida con maestros, preceptores, maquinistas e ingenieros, destacando la familia Rostriaga, Francisco Pelletier, Tomás Pérez o José de Viera y Clavijo, que intervinieron en su desarrollo, configuración y fabricación de los instrumentos. De igual forma, se evidencia la estrecha interrelación existente entre las colecciones, mostrando el contacto entre coleccionistas y el intercambio de instrumentos. Estas transferencias particulares amplificaron la creciente red comercial de instrumentación establecida por fabricantes y demostradores, fomentando la difusión de las prácticas científicas y del conocimiento. En conclusión, se ha podido afirmar que en la segunda mitad del siglo XVIII existían en nuestro país gabinetes privados de física experimental tan completas como las poseídas por las instituciones educativas de mayor relevancia de la época. La naturaleza y composición de estos conjuntos privados eran semejantes: cumplían con los mismos objetivos educativos, de entretenimiento y desarrollo del conocimiento científico y utilitario, convirtiéndose a su vez en símbolos de estatus y poder entre las élites ilustradas. La amplia difusión de este tipo de coleccionismo, así como de los seminarios y espectáculos de los demostradores profesionales, evidencia la amplitud del calado de la práctica experimental en nuestro país y de su importancia como mecanismo de difusión cultural; sin embargo, también se manifiesta la paulatina dispersión de estas colecciones, que se disgregaron una vez pasada la novedad.